Quién se molestaría en enemistarse solo con la mitad del género humano, si con una pizca más de esfuerzo puedes soliviantar también a la otra mitad. Así reza la doctrina de esta sección, aplicada estrictamente de nuevo para exigir desde aquí el derribo de medio monolito de sa Feixista. Nostálgicos del franquismo y del antifranquismo unidos en indignación compartida, en próximas entregas comunicaremos si la demolición ha de seguir un eje transversal o longitudinal.
Uno de los días más provechosos de mi vida laboral lo invertí junto a Jordi Évole, recorriendo la ruta real en Palma para una emisión de su programa. El mago de Salvados ha vuelto a intervenir en Mallorca, ahora desde la distancia, para trasladar a los socios del Pacto las excelentes referencias de la tapada del PSOE a directora general de IB3. Se llama Margarita Cardona Cardona. No es periodista, pero sí ibicenca. El anfitrión de las audiencias regias de La Sexta la conoce y reconoce, porque han coincidido durante tres años en la productora El Terrat de Andreu Buenafuente, que ambos han abandonado casi a la vez en fecha reciente.
La economista Margarita Cardona, con antecedentes ejecutivos en el IESE y en Deutsche Bank, fue consejera delegada de El Terrat. Nuestra imagen de hoy la atrapa durante una entrevista con FormulaTV, el pasado mes de junio. Allí ensalza el "talento", en las antípodas de IB3. La también ibicenca Pilar Costa es la encargada del PSOE para resolver la situación del canal autonómico, y ha refugiado a su candidata como directora de gestión del área de salud de Eivissa y Formentera del Ib-Salut.
Cardona trabaja para el Govern desde el 1 de septiembre, a la espera de que llegue el nombramiento en IB3. El domingo pasado les anunciamos que Neus Fernández era la candidata para la dirección general de Alberto Jarabo, que mantiene su opción en contra del PSOE. Sin embargo, el influjo balsámico de Évole ha endulzado a Podemos el desembarco de Cardona, una ejecutiva con ambición y carácter suficientes para renovar los cargos radiotelevisivos fracasados a las órdenes de Herr Kommandant Bauzá. Més no está muy conforme con Margarita, pero no menospreciemos la capacidad de seducción de Salvados.
En la otra orilla, Antoni Pastor se plantea dimitir como vicepresidente de El Pi, a raíz de la entrega del partido en Manacor al PP que derrotó en solitario. El exalcalde se enfrentó con éxito al mipartidismo antes que Podemos, y se siente lógicamente traicionado. En fin, hay mallorquines que todavía no identifican a Francina Armengol, pese a nuestro esfuerzo promocional. La presidenta sale de la envidiable Casa Roca (amo los infomercials), detrás de Sindicat, con sus dos niños y feliz por el trato que le dispensaron. A alguna dependienta le costó saber quién era, la propietaria subsanó el lapsus asesorándola en persona.
Durante la oprobiosa de Bauzá, tan olvidado que ya no sirve ni como término de comparación, incurrimos en repetidas ocasiones en el error de atribuir a la maldad lo que podía explicarse más fácilmente por la necedad. Vengo rumiando esta conclusión cuando recibo en mi correo un "Anuncio Embajada Británica", así que lo leo en posición de firmes. Me informa de que se ha "Nombrado nuevo cónsul general para el noroeste de España". Me detalla a continuación que "la región del noroeste de España incluye destinos tan populares para los británicos como Cataluña y las Islas Baleares". Empiezo a desorientarme, pero lo peor está por llegar.
En el texto de la embajada se sitúa en media docena de ocasiones a Mallorca en el "noroeste de España". El nuevo cónsul de esa región, Lloyd Milen, especifica que "los Consulados del noroeste de España son de los más activos del mundo". La situación empeora al escuchar al embajador Simon Manley, a quien teníamos derecho a creer mejor formado. El hombre de Londres en Madrid insiste en que Mallorca y Cataluña pertenecen al "noroeste de España".
Disculpamos al embajador, porque desde Madrid el resto de España parece una gigantesca provincia. De repente adquiere sentido la maniobra de alemanes que huyen de su clima desgraciado como Uff Claassen, cuando aspiran a girar no solo Son Moix sino a Mallorca entera, porque es más fácil que girar al Mallorca. Para centenares de mallorquines pudientes que insisten en enviar a su hijos al Reino Unido a que aprendan cómo se dice porro en inglés, Oxford y Cambridge proporcionan la misma educación que la UIB. Y claro, en el "noroeste de España" no tiene por qué irnos peor que en Este lado.
El Rey Juan Carlos es un hombre renacentista, siglo arriba siglo abajo. Ya dispone del velero que ha perseguido con afán. Mide once metros, modestos para un monarca por muy jubilado que esté. Recuerde dónde leyó antes que el entonces Jefe del Estado se había encaprichado de compatibilizar un lujoso barco a vela con el Fortuna. Acudió a la presentación del modelo en el Club de Mar, donde se le insinuó diplomáticamente que los organizadores preferirían contar con la presencia más comercial de Letizia Ortiz. Llamó a su hijo a Marivent, pero Felipe VI le replicó que ya estaban duchados y no pensaban salir. No hubo velero gratis.
El mallorquín Andreu Jaume, posiblemente el último editor que merece tal nombre, acaba de lanzar los Diarios (1956-1985) de Jaime Gil de Biedma. La perdición sin desperdicio, y Mallorca como sustrato en las fotografías que muestran al máximo poeta en las Conversaciones junto al mar sin pulso de Formentor, en compañía de Cela, Octavio Paz, Blas de Otero o Gabriel Celaya.
Hasta fecha muy reciente, ninguno de los siete presidents de que ha gozado Balears había pasado por el trance de una separación matrimonial. Incluso ahora, es la comunidad con mayor estabilidad conyugal. Vean La verdad, o una de ellas.
Reflexión dominical cronometrada: "Desde Einstein, no sabemos qué hora es".
