Unas 500 personas participaron ayer en el II Congreso para la Evangelización organizado por el Obispado de Mallorca, que se celebró en el Colegio Madre Alberta de Palma. Un total de 450 participantes, 50 voluntarios y 30 responsables de talleres asistieron a este congreso que tenía por lema 'Educamos', según informó el Obispado.

El objetivo de este segundo Congreso, como prolongación del celebrado el año pasado, ha sido el de profundizar en la tarea evangelizadora de la Iglesia. Además fue "un acontecimiento eclesial, un espacio y un tiempo para enriquecerse mutuamente a través de las aportaciones de los ponentes y de los contactos con otros miembros de la Iglesia, así como también con la participación en los talleres experienciales".

El congreso centró su reflexión sobre dos elementos primarios para la evangelización: la familia y la escuela, ya que ambas "no sólo han cambiado, sino que están en cambio permanente". Según el Obispado, este cambio, "obliga a tomar más conciencia del momento que vivimos, así como también descubrir las nuevas maneras para hacer de estos dos elementos nuevas plataformas evangelizadoras".

Durante el Congreso, Agustín Domingo Moratalla expuso la ponencia 'De la microética familiar a la macroética global. Desafíos del Papa Francisco en la nueva escuela y la nueva familia'. Domingo Moratalla es doctor en Filosofía y Letras por la Universidad Pontificia de Salamanca y profesor titular y catedrático acreditado de Filosofía Moral y Política en la Universidad de Valencia. La segunda ponencia marco corrió a cargo de Virginia Cagigal de Cregorio, profesora del Departamento de Psicología de la Facultad de Ciencias Humanas y Sociales de la Universidad Pontificia de Comillas, quien se centró en 'Educar en la fe desde la colaboración familia-colegio'.

Por la tarde se celebraron talleres donde se ofrecieron ideas prácticas para que tanto la escuela como la familia puedan seguir educando "responsablemente" desde el Evangelio. Entre los temas tratados en los talleres estaban la buena convivencia, el comportamiento de los hijos, la inteligencia espiritual, el autoconocimiento, la Biblia en familia, fe y adolescencia, la prevención de la drogodependencia, la resolución de conflictos, la educación en el tiempo libre, la oración, la transmisión de la fe, los valores, las relaciones sociales y las nuevas tecnologías y educar desde la parroquia.