­Mateo Isern se impone en la elección del cabeza de lista del PP balear a las generales y Biel Company gana la ´primera vuelta´ para presidir el partido. El exalcalde de Palma será el candidato popular a las próximas elecciones tras doblar ayer en apoyos a su principal rival, Álvaro Gijón, el postulante del PP de Palma y el sector españolista. Isern, la cara de los que exigen el retorno al regionalismo, obtuvo 99 votos (el 62 %) frente a los 51 que sacó Gijón (32%). El resto de aspirantes tuvo un papel puramente testimonial.

En el Senado el vencedor fue Miquel Ramis (48%), avalado por el sector regionalista, pero el segundo puesto se lo adjudicó Cati Soler (38%). Fue la única victoria que pudieron permitirse ayer los rodriguistas, fruto de dividir el voto sus rivales entre las aspirantes Maria Antònia Garau y Antònia Fornari.

De las votaciones salen vencedores y vencidos, y de nuevo aflora la profunda fractura del PP. Prueba de que en la junta insular se jugaba algo más que la designación de los candidatos a las Cortes fue la elevadísima afluencia: acudieron 161 de los 164 miembros que la integran, "y los tres que faltan es porque no están en Mallorca".

Alas a los críticos

Los dos bandos en guerra han medido sus fuerzas en lo que ha sido el ensayo del congreso extraordinario del primer semestre de 2016, que elegirá al nuevo presidente de la formación.

El triunfo ayer de Isern lo es por partida doble: el sector regionalista o crítico -que derrocó a José Ramón Bauzá tras la debacle electoral de mayo- logra colocar a sus candidatos en Madrid por un lado y arrinconar a los fieles al bauzanismo. Por el otro, Company se garantiza ser el candidato aventajado en el cónclave, tras el espaldarazo mayoritario ayer de la part forana.

Aunque ya se ve como nuevo líder del PP, el exconseller de Agricultura todavía no tiene el sillón ganado. La elección del futuro presidente se hará en unas primarias de verdad y no como las de ayer. Podrá votar toda la militancia, y ahí entran también Menorca, Eivissa y Formentera. Los regionalistas dicen controlar la primera, está por ver qué pasa con el resto.

El fuerte nerviosismo vivido se reflejó nada más terminado el recuento: Company se fundió en un intenso abrazo con Isern, ambos agotados y a la vez con cara de alivio. Y es que antes de las votaciones no las tenían todas consigo. Las dos facciones habían maniobrado a destajo hasta el último minuto para tener controlados a los 164 miembros de la junta.

Pese a haberle prometido el voto, muchos fallaron a Gijón, el candidato del PP de Palma comandado por José María Rodríguez. Esta corriente también suma a Bauzá -ayer se dejó ver en la junta, en la más absoluta soledad- y al ala españolista que apadrinó Carlos Delgado y él potenció.

La victoria de Isern sobre Gijón estaba cantada de antemano; la decepción en las filas rodriguistas llegó al constatar su fracaso para que lo fuera por un ajustado margen, y bajar así los humos a Company. Ironías de la política, el palmesano Isern se lo jugaba todo esta vez en la part forana. No sin esfuerzo de los regionalistas, que le han tenido que hacer "todo el trabajo" de fontanería porque, se quejan bastante en privado, "Mateo es lo mejor que tenemos pero también un señorito; solo quería telefonear a sus conocidos" para pedirles el voto. Isern conserva todavía tics de alcalde: sin ocupar ningún cargo se pasea con chófer y jefe de prensa.

Teniendo en cuenta que el área metropolitana de la capital -desde Andratx a Llucmajor pasando por Marratxí- y también Inca y Manacor apoyaban en teoría al otro bando, los regionalistas tuvieron que afanarse a fondo. Más tarde lo celebraron en un local del Paseo Marítimo de Palma. "Lo han hecho mejor y hay que reconocérselo", admitía un rodriguista luego.

"Hoy este partido ha empezado a abrirse", celebró Isern su éxito. Son "unos resultados claros", destacó el cabeza de lista, "que nos dan mucha fuerza para ganar las elecciones generales". Isern repitió hasta cuatro veces que para la campaña "trabajaremos todos juntos". También afirmó que "se aparca cualquier tipo de discusión" entre "las diferentes sensibilidades" del partido, porque "ya llegará el momento". "Cuando se acercan unos comicios, el PP se une", enfatizó.

Por su parte, Gijón felicitó a su rival -hasta ayer no se saludaban- y aseguró que "todo el mundo se pondrá a trabajar a su lado". Dentro de la junta, el presidente del PP, Miquel Vidal, le proclamó como número 4 de la candidatura y Gijón aceptó. Otra ironía -esta sí mayúscula- que deja la contienda será ver a Rodríguez movilizando a los suyos para que el 20-D voten a Isern. ¿O no?