A falta de que el Govern entregue hoy las cuentas completas y despeje incógnitas que ayer no quiso aclarar, la clave que explica que todas las partidas suban pese a que el año que viene el déficit tiene que ser más bajo que nunca son los impuestos. Los ya existentes y los nuevos. Los que ya había, porque gracias a la buena marcha de la economía (sobre todo por el turismo) la recaudación recupera niveles solo vistos antes de la crisis. Y los nuevos tributos, porque aportan recursos indispensables para sostener proyectos estrella del nuevo Govern como la renta básica, el refuerzo de las plantilla de educación y sanidad, o la mejora de los resortes de atención social. La subida fiscal, dice el Gobierno, busca solo recursos entre quienes más tienen. Y mirando la letra pequeña de los gravámenes, eso parece. El Governo no cuantificó cuánto piensa recaudar con estos cambios fiscales.

Los ingresos: La mejoría económica y nuevos tributos disparan los ingresos públicos en 244 millones

El gasto público récord de 2016 se pagará con una recaudación fiscal mayor. En total, los ingresos no financieros pasarán de 2.977 presupuestados en 2015 a 3.221 de 2016, un 8,2% más. En los presupuestos crecen así más los ingresos que los gastos. El Govern prevé que los tributos cedidos aporten un 25% adicional (703 millones en total), mientras los gravámenes propios (incluido el nuevo impuesto turístico) dejan 136. Aumenta lo que llega del modelo de financiación (2.168 millones, 144 millones más, gracias a la buena marcha de la economía y de la captación vía IVA, IRPF o impuestos especiales). El único capítulo que reduce su recaudación es el de tasas públicas, que dejarán en las arcas 92 millones, un 1,7% menos, tras eliminarse el pago que implantó el Govern Bauzá por renovar tarjeta sanitaria.

Impuesto de la renta: El Govern respeta la bajada a las rentas medias y solo sube el IRPF para quien perciba más de 70.000 euros al año

El equipo económico del Pacte traslada a los presupuestos su promesa de buscar recursos entre los más pudientes. Para ello, mantiene la rebaja de Impuesto de la Rentra aprobada la pasada legislatura para rentas inferiores a 70.000 euros, pero sube el tipo fiscal para quienes superan esa cifra. Lo hace en cuatro tramos, de modo que vayan pagando más conforme se superen los 70.000, los 90.000, los 120.000 o los 175.000 euros. El Govern dice que este aumento solo afecta al 1,6% de los contribuyentes y afea que el anterior Ejecutivo del PP bajase el IRPF de las rentas más altas del 52% de 2014 al 44% de 2015, ocho puntos de reducción que hacían de Balears la comunidad que menos esfuerzo pedía a los más adinerados.

Lujo: Elevan el tributo a las transacciones patrimoniales que superen el millón de euros

En plena crisis del ladrillo, en Balears hay un tipo de producto inmobiliario que ha disparado sus precios y sus ventas: el inmueble de lujo. El Govern quiere pescar en ese negocio, que ha provocado la llegada de cientos de millones de euros de compradores fundamentalmente extranjeros. Para sacar tajada, crea un nuevo tramo en el Impuesto de Transmisiones Patrimoniales: a partir de un millón, habrá que pagar un 11% de gravamen. El Govern dice que solo se verán afectadas el 2,6% de las operaciones, aunque no detalla qué cuantía suponen esos movimientos que llegan a precios de vertigo como 30 millones (un 11%, en ese caso serían 3,3 millones de impuesto).

Patrimonio y herencias: El Impuesto de Patrimonio afectará a menos gente, pero sube el tributo de sucesiones en las herencias más altas

Una de cal y otra de arena. El Govern aligera el impuesto de Patrimonio, que solo pagarán quienes tengan más de un millón (700.000 euros están exentos de tibuto, y otros 300.000 de margen sin pagar por la vivienda habitual). En cambio, sube el tributo de sucesiones para los casos de conyuges y de padres a hijos, aunque solo afecta a herencias que superen los 700.000 euros, el 3,1% del total, según el Govern. El tributo de donaciones, en cambio, no se toca: 7% para "fomentar el cambio patrimonial generacional", sostiene el Ejecutivo.