El turismo paga la fiesta. Un día después de presentar unos presupuestos vendidos por Hacienda como los más sociales de la historia autonómica, el Govern por fin dio el detalle de las cuentas, en el que aparece la explicación que faltaba, la que ocultaron un día antes al ser preguntados por ello: quién pierde para que las ramas sociales ganen peso y euros en los presupuestos de Balears para el año 2016. Y la respuesta ya la tienen: el turismo y los ciudadanos más ricos (en general los que ganan más de 70.000 al año y tienen patrimonios superiores al millón de euros) se hacen cargo de la cuenta.

Aunque el enfado con los presupuestos se palpa especialmente en el negocio turístico. El sector que aporta casi la mitad de la recaudación fiscal en Balears, que el año que viene además generará otros más de 50 millones de euros públicos con el nuevo Impuesto de Turismo Sostenible (la reformulación de la ecotasa de 2003), recibirá en 2016 para promoción y actuaciones turísticas menos dinero que en 2015. Con impuesto turístico se quedan peor que sin él.

Concretamente, de los 4.241 millones de gasto presupuestado por el Govern Armengol para 2016, el Departamento de Turismo (que comparte asignación además con los de Investigación e Innovación) verá llegar 57 millones. Si se miran solo las partidas asignadas a la dirección general de Turismo, el presupuesto público para el sector es 32,8 millones, un 3% menos que en el último ejercicio del PP de Bauzá, en el que el dinero para Turismo ya quedaba en mínimos. De este modo, de cada cien euros de gasto repartido entre las consellerias del Govern balear apenas 77 céntimos son para Turismo, una porción mínima que ayer indignaba a los empresarios del sector que ha puesto a Balears a la cabeza de la recuperación española.

También recorta el Govern presidido por Francina Armengol (PSIB), con Biel Barceló (Més) como vicepresidente encargado de asuntos turísticos, el presupuesto de la Agencia de Turismo de Balears (ATB). Pasa de 21,48 millones de euros en 2015 a 19,90 en 2016, un 7% de tijeretazo. Si se cuentan todas las partidas de carácter específicamente turístico (dirección general más ATB), el recorte al turismo es del 4,7%. De 55,3 millones en 2015 a 52,7 en 2016. Y eso dentro de los presupuestos que consagran el gasto público más elevado de la historia autonómica, 2.444 millones de euros entre consellerias y empresas públicas, que en un 82% acabarán en lo que el Govern considera "gasto social" (sanidad, educación, servicios sociales y empleo).

El verdadero destino de la ecotasa

¿Y dónde van a parar los al menos 50 millones de euros que el Govern prevé recaudar en los primeros meses de existencia de la reinventada ecotasa, hoy llamada Impuesto de Turismo Sostenible? Pues según la consellera de Hacienda, Cati Cladera, del destino no hay duda: en el borrador del impuesto se consagra que será una recaudación finalista, o traducido, todo el dinero acabará financiando actuaciones de corte turístico. Y si es así, ¿por qué el Govern no lo ha asignado a Turismo? Porque dice la consellera que, de momento, se reparte entre todas las consellerias, porque la política turística será transversal, e irá más allá de la típica promoción. Entonces, ¿puede la consellera decir alguna actuación turística concreta que se vaya a financiar en 2016 con esos 50 millones? Pues no, reconoce que no puede, porque todavía no hay ni comisión para distribuir el dinero del tributo.

Con lo que hay un impuesto nuevo, pero no se sabe aún para qué. Y en cualquier caso, ¿por qué esos 50 millones se han presupuestado en otras consellerias y con qué criterio se ha hecho el reparto? Pues oficialmente tampoco queda claro, más allá de una alusión del director general de Presupuestos a que "no se podía hacer de otro modo". Aunque sí se podía: bastaba con dejarlo en un fondo turístico que no se tocase a la espera de que se tomasen las decisiones. Pero en vez de eso, mientras tanto se asigna a otras consellerias, sin que se explique el criterio. ¿Se ha empleado pues ese montante de 50 millones para darle lustre social al presupuesto por la vía de inflar con dinero turístico el presupuesto de Sanidad o Servicios Sociales? Correcto. Frente al discurso público y oficial de esta semana, fuentes políticas de alto nivel del Govern reconocen en privado que se usan esos 50 millones del impuesto turístico "para cuadrar los presupuestos". Las mismas fuentes confiesan que ese dinero se emplea para maquillar el déficit de la sanidad pública, reconocido por la consellera de Salut en 177 millones de euros. Con lo que ni de este modo alcanza para cerrar el agujero en el presupuesto sanitario (para saldar un desfase de 177 millones asignan solo 73 más).

La disputa entre consellerias por la ecotasa se zanjó hace unas semanas en una reunión de todos los consellers, cuando la titular de Hacienda advirtió rotunta que sin adelantar el impuesto a mayo de 2016, en contra de los prometido por el vicepresidente turístico a los hoteleros, no cuadraban las cuentas y era además imposible dotar de 20 millones el proyecto estrella del Ejecutivo: la renta básica para personas sin recursos, ya recortado de los 60 millones prometidos inicialmente a los 20 finalmente asignados. Ahí acabó el debate y se aprobó el polémico tributo.

Manos libres

Lo que sí confirma oficialmente el Govern es que ha dejado en suspenso la Ley de Finanzas Públicas del Govern Bauzá, que entraba en vigor plenamente en 2016. De este modo tiene las manos libres para jugar con las partidas como quiera, incluidas las de fondos finalistas como serían los obtenidos con la "ecotasa". El texto legal, en su día aprobado por unanimidad de todas las fuerzas políticas con representación en el Parlament, dificultaba la ampliación de partidas del presupuesto, amén de otras restricciones técnicas. Ahora esas trabas desaparecen y facilitan el plan del Govern para canalizar en 2016 la recaudación del impuesto turístico a cuadrar las cuentas y reducir el déficit, y no a turismo como se prometió a los empresarios para apaciguarlos. Desde ayer el turismo ya sabe la verdad que reflejan los números: el mayor gasto de la historia autonómica, 4.444 millones, reserva al turismo apenas 52 millones, 1,17 euros de cada cien. El diablo está en los detalles, así en el amor, como en la guerra.