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El futuro judicial del expresidente

Matas se confesará culpable si se le asegura una pena no superior a cinco años

La defensa del expresident del Govern negocia un acuerdo global con la fiscalía Anticorrupción que le exige reconocer su culpa en las causas pendientes y devolver el dinero - El resultado de las elecciones es clave en la negociación

El expresident del Govern, Jaume Matas. B. Ramon

Jaume Matas está dispuesto a confesar su culpa en el caso Nóos, pero no a cualquier precio. Si se declara culpable lo hará no solo en este juicio, sino en todos los procesos judiciales que le quedan pendientes, siempre y cuando logre cerrar un acuerdo global y no únicamente puntual con la fiscalía Anticorrupción. Es decir, pretende llegar a juicio con un acuerdo cerrado y con una pena de prisión pactada, no superior a los cinco años, aunque ello le conlleve regresar de nuevo a la cárcel.

El expresident del Govern lleva meses negociando con la fiscalía Anticorrupción. El peso de la negociación la ha asumido el fiscal Pedro Horrach, que se mostró dispuesto a llegar a un pacto, pero con las condiciones que él determinara. El exministro debía confesarse culpable, aceptar que cobró comisiones ilegales y, sobre todo, devolver el dinero. También se le exigía que aceptara ingresar en prisión, aunque mucho menos tiempo del que se podría conseguir en cada juicio, donde las posibilidades de conseguir una sentencia condenatoria contra Matas son muy elevadas, como se ha demostrado en los dos procesos que ya se han celebrado.

Debido precisamente a los malos resultados que obtuvo en los dos juicios que se han celebrado contra él, Matas decidió, aconsejado por sus abogados, cambiar de estrategia. Era absurdo continuar defendiendo determinados argumentos para justificar sus decisiones, porque era consciente de que los jueces no se creían sus excusas y ello se traducía en sanciones muy severas. Su ingreso en prisión por un delito leve como fue el tráfico de influencias le hizo recapacitar y se dejó aconsejar por sus abogados, que consideraron que lo más lógico es alcanzar un pacto. Los abogados le dijeron que sería de nuevo condenado y que no tendría sentido que fuera entrando y saliendo de la cárcel. Lo mejor era llegar a un pacto, aceptar una determinada pena de prisión, cumplirla en la cárcel y a partir de allí dar por terminados sus problemas judiciales.

Esta decisión de alcanzar un pacto global, que se escenificaría por primera vez en el juicio del caso Nóos, no depende únicamente del fiscal Horrach. El acuerdo debe ser revisado y sobre todo autorizado en Madrid, es decir, en la fiscalía general del Estado. Esta acuerdo de momento no ha sido aceptado, en parte porque se está a la espera del resultado electoral del próximo mes de diciembre. La decisión definitiva depende en gran parte del color político del próximo Gobierno.

Sin embargo, el calendario empuja a Matas. El juicio del caso Nóos se inicia el 11 de enero y puede que en estas fechas todavía no se haya concretado la composición del Gobierno. Si se produce un cambio de gobernantes de otro partido político, la situación podría perjudicar a Matas. La tolerancia cero ante los políticos corruptos y la máxima sanción contra ellos es uno de los argumentos principales que esgrimen las formaciones políticas que aspiran a gobernar. Si se cumpliera estos principios, no se autorizaría a la fiscalía a ningún pacto global con Matas, con independencia de que se mostrara dispuesto a confesarse culpable. No ha trascendido la pena de prisión que el fiscal exige que cumpla, pero fuentes próximas a la negociación señalan que estaría entre los tres y los cinco años. El expresident ya ha comunicado que no dispone del dinero que le está exigiendo la fiscalía, pero que podría reunir una importante cantidad. Aunque se ha sospechado que Matas cobraba comisiones, este dato nunca se ha confirmado. Con el pacto tendría que confesar que cobró este dinero.

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