La fiscalía Anticorrupción reclama una condena de ocho años y seis meses de prisión para Gennadius Petrov, el mafioso ruso que fue detenido en su mansión de Calvià, desde donde controlaba negocios ilegales en su país. El escrito de acusación, que firman los fiscales José Grinda y Juan Carrau, no solo afecta a Petrov, sino también al resto de 26 integrantes de su organización criminal. La acusación imputa al ciudadano ruso, que logró huir de la justicia, los delitos de asociación ilícita y blanqueo de dinero. Además de la pena de cárcel, la fiscalía reclama una sanción económica de 100 millones de euros. Difícilmente el juicio contra esta organización de la mafia rusa que se asentó en España podrá celebrarse con la presencia del principal acusado, Petrov. En el año 2012 el mafioso ruso logró evadir la acción de la justicia, huyendo de España tras aprovechar un permiso de salida para visitar a su suegra enferma. Cuando se marchó dejó abandonadas todas sus propiedades en Mallorca, valoradas en varios millones de euros. Los servicios secretos españoles tienen constancia de que en estos momentos vive en Rusa, en concreto en San Petersburgo. Dado los niveles de influencia que tiene, debido a su actividad económica, Petrov vive protegido por las más altas instancias políticas del país. Además, Rusia no extradita a ningún ciudadano nacional, por lo que España ni siquiera se plantea solicitar su detención, dado que esta orden no se cumpliría. Tampoco está previsto que Petrov voluntariamente pretenda regresar a España, ya que sabe que automáticamente sería detenido e ingresado en prisión. Estaría en la cárcel, al menos, hasta que se celebrara el juicio. Por tanto, lo más seguro es que el proceso se resuelva sin su presencia y se decrete su situación de rebeldía. No es el único de su organización que está huido. Hay varios. Este grupo se estableció en territorios de la costa española y desde allí sus integrantes dominaban sus negocios. Los fiscales mantienen que los mafiosos rusos contrataron en España a asesores económicos para poder blanquear el dinero que obtenían en sus actividades delictivas en Rusia.

Por ejemplo, en Mallorca Petrov creó varias sociedades dedicadas al negocio inmobiliario. Adquirió varias fincas, que incluso vendió a varios de sus compañeros mafiosos. Sus colaboradores más próximos también están acusados.