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Ecotasa

El tributo turístico se quedará menos de un tercio de la subida de precios de 2016

Los hoteleros han pactado con los touroperadores incrementos medios de tarifa del 5%, cuando la tasa del Govern tendrá un impacto del 1% en el precio - Los grandes operadores turísticos señalan que esas subidas llevan ya incluida la repercusión de la nueva ecotasa, al ser previsible su aplicación

Los hoteles de 5 estrellas, como el Garonda de la Platja de Palma, deberán cobrar dos euros la noche. alejandro fernández

La subida de precios pactada por los hoteleros con los touroperadores para el año que viene ronda de media el 5%. Y el impuesto turístico que aplicará el Govern a partir de mayo equivaldrá al 1% de la tarifa en el caso más general (entre un euro y un euro y medio de impuesto en la mayoría de establecimientos) y al 1,5-2% en el peor de los supuestos (el tributo de 2 euros para los de cinco estrellas). O dicho de otro modo: como mucho, el impuesto se comerá un tercio de la subida que los hoteleros han acordado para 2016 con los touroperadores.

Los datos son claros, y minimizan el impacto de la aplicación inmediata que desata las iras hoteleras. Son recientes y del Instituto Nacional de Estadística. En agosto, la tarifa media de la noche de hotel en Balears fue de 110,75 euros, con mucha diferencia la más cara de todo el mapa turístico español. Pues bien, para el año que viene se han firmado aumentos de entre el 4 y el 7% con los touroperadores, como confirman tanto hoteleros como touroperadores. Es decir, de cobrar 110,75 euros por habitación y día se pasaría de media a tarifar entre 115 y 120 euros. ¿Qué ocurriría con una tasa turística de entre uno y dos euros por noche como la que planea el Govern? Pues que el hotelero que se frotaba las manos por una subida “espectacular, nunca vista”, dicen, con la que iban a cobrar entre 5 y 8 euros adicionales por noche de verano, deberá conformarse con ganar entre 4 y 7 euros más. Y en el caso de los hoteles de cinco estrellas, algo parecido: su tasa sería en principio de dos euros, pero sus precios son mucho más altos (hasta 10.000 euros por semana se cobraba este verano), con lo que se quedaría en sus cajas más del 80% de la subida de precios pactada para el año que no viene. Hablando en plata, entre 5 y 15 euros, según reconocen en los establecimientos.

Rentabilidad máxima

Que no es poco ganar. De hecho, los empresarios hoteleros seguirán quedándose con la parte gruesa de la subida pactada, incluso sin finalmente el govern decide aplicarla ya a principios de la temporada 2016 (aunque estudian dejarla para noviembre). Resultado final en el caso de que se implante ya: un euro de la subida del año que viene para la sociedad balear (en el caso en el que trabaja el Govern), entre 4 y 15 por noche para el hotelero. La tasa turística se comerá así en cualquier caso menos de un tercio de las ganancias adicionales pactadas para 2016. Y en algunos establecimientos no se llevará ni la décima parte de lo acordado, en el caso de que los hoteles decidan no repercutir el impuesto al cliente, toda vez que los precios con los touroperadores están cerrados para el año que viene.

¿Peligran pues las empresas hoteleras por el impuesto? No parece: según datos oficiales del Instituto Nacional de Estadística, la rentabilidad por habitación está en máximos históricos en Balears, comunidad que además tiene los hoteles más rentables de España. Cada noche de verano, el ingreso por habitación disponible supera ya los 90 euros, una rentabilidad a la que ni se asoman el resto de destinos españoles. Tanto es así que la rentabilidad es de 60 euros en el conjunto de España (30 menos que en Balears) y de 70 en el segundo destino más rentable, Cataluña. Con lo que no hay gran peligro, como reconocen en privado los propios empresarios hoteleros, que hablan de un 2016 “incluso mejor que este 2015, que está siendo espectacular”.

Tan bien ha ido y tan fuerte está Mallorca, que en los principales touroperadores explican que esas fuertes subidas pactadas con los hoteleros (para fastidio de los touroperadores) llevan ya incluido el impacto de una tasa turística que no pilla a nadie por sorpresa: las elecciones fueron en mayo y los hoteleros saben desde entonces que quienes hoy gobiernan querían aplicar el impuesto. ¿Negociaron los precios de 2016 sin tenerlo en cuenta? “Yo creo que apretamos todos más por eso, aquí nadie es tonto”, resume un hotelero, que se ríe a carcajadas cuando se le pregunta si entonces las quejas públicas del sector por el supuesto daño que hará el año que viene el tributo turístico alegando que los precios ya están negociados es puro circo y estrategia negociadora, como opinan en el Govern. “En realidad, ¿qué más da? Todos sabemos cómo están el norte de África y otros competidores, acabamos de vivir la barbaridad de Túnez. Sabemos que será un buen 2016 e intentamos rentabilizarlo al máximo, como cualquier empresario haría. Pero si damos tanto la coña con esto es porque no estamos pensando en 2016, estamos pensando en lo que pueda venir después, cuando los competidores se recuperen, que parece que no lo harán aunque llevemos años diciéndolo, pero lo harán y serán muy fuertes”, resume, cabal.

“Tengan en cuenta el esfuerzo”

En su caso, dice el hotelero, hay un matiz de peso que explica que la subida de tarifa sea de casi el 10% para el año que viene: hace ya dos años que elevó el hotel de categoría. “Pasar a un cuatro estrellas supone una subida de entre el 20 y el 35% en dos años”, apunta. En esos casos, el impacto de la tasa turística, esos en torno a dos euros, sobre un incremento total de hasta 30 euros por habitación y noche puede parecer poca cosa, pero la realidad es que la inversión realizada, que en algunas reformas superan los 15 millones de euros, hay que amortizarla. Y eso supone pagar intereses bancarios, formación de plantillas y más trabajadores. “Luego la rentabilidad es mayor y amortizas rápido, pero cuando nosotros decidimos la inversión en 2012, con toda la crisis, no sabíamos que 2013, 2014, 2015 y 2016 iban a ser los mejores años de nuestra historia”, analiza, paciente, el hotelero, que a la vez que le quita dramatismo al impuesto turístico, atempera las acusaciones de avaricia que escucha día sí, día también. “Entiendo la necesidad de recaudar más, y sé que ese impuesto no será tan grave como a veces hacemos ver, pero no me digan que nuestros beneficios de estos años no se han trasladado a la sociedad, cuando en nuestros establecimientos se ha recaudado más IVA que nunca, más IBI que nunca, más cotizaciones a la Seguridad Social, y cuando algunos tenemos hoy más trabajadores en plantilla que nunca. ¿Podemos aportar más? Sí, pero también espero que se tenga en cuenta si algún día esto no va tan bien, que ese día llegará”, concluye, poniéndole equilibrio y neuronas a un debate en el que con demasiada frecuencia se argumenta desde las vísceras y el prejuicio.

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