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El Govern quiere "reeducar" a la audiencia de IB3

´Gerros´, Joan Ramon Bonet, 2012, 100x135. La mirada de un fotógrafo que no ha querido perturbar la consistencia de la isla ni con el impacto incruento de su cámara. La esencia del mallorquín silencioso, en la edad de los patriotas a gritos.

Los secuaces del Sanador Bauzá en el canal basura IB3 se proclaman hoy apolíticos o directamente de izquierdas. Mientras brujulean, imploran su continuidad a los miembros del Govern. Tres domingos atrás les contábamos que el director general del engendro aprovechó la recepción del Rey en La Almudaina, para aferrarse a Francina Armengol y arrancarle un “no te fallaré”. No fue la única estrella de la cadena que aprovechó la presencia de Felipe VI para solicitar una prórroga. Uno de los previsibles damnificados con presencia en pantalla, asegura haber recibido esta respuesta de la consellera Esperança Camps:

-Hay que reeducar a la audiencia de IB3.

En primer lugar, este propósito supone que IB3 tenga algo parecido a una audiencia. De momento, IB3 está reeducando al Govern. Con la magra excusa de que “no habrá injerencias”, la izquierda pagará los destrozos del canal autonómico, un reducto libertario del PP. Provinciana y ramplona antes que partidista.

Recuerde dónde leyó en abril de 2014 este titular, “La consellera Juana María Camps veranea durante todo el año en Menorca”. La Audiencia de Palma ha ordenado investigar la posible existencia de “indicios de malversación”. Los contribuyentes pagamos 32 viajes documentados en esta sección de nuestros pecados en apenas ocho meses, pese a que la miembro del Govern cobraba un complemento de 22 mil euros por trabajar fuera de su isla. También documentamos las ridículas contraprestaciones que enmascaraban los desplazamientos, de la mujer que trabajó con ahínco para que el PP perdiera el Consolat. Así, cinco días de vacaciones para asistir a la “Presentación de la Revista de las fiestas de Sant Joan”.

Hoy nos concentramos en un único apellido. Aparte del reproche penal, la instrucción judicial contra Camps es un bofetón político al impenitente Bauzá. Cuando nombró consellera a la abogada que lo arruinaría, el farmacéutico ya sabía por esta sección de sus infinitos viajes a Menorca siendo directora general de Trabajo. No es el delito presunto, es la obstinación evidente. En lugar de devolver el dinero de sus viajes como medida conciliadora, Camps se jactó de que era el comportamiento habitual entre consellers ibicencos y menorquines. Y todavía se preguntan por qué fueron desalojados a patadas. A propósito, también pagábamos las galletas de Inca y el chocolate.

Acabemos con las contradicciones del caso. Los estudiantes que ocuparon la conselleria de Educación han sido condenados a multas de cientos de euros, pese a que no causaron ningún desperfecto. En cambio, la actuación de la gobernante se juzgará a años vista. Por cierto, entre los funcionarios aterrorizados por la algarada estudiantil se encuentran los encargados de firmar las cuentas y de velar para que no se cuelen viajes inapropiados ni galletas de Inca. Pueden alegar que la invasión juvenil desorientó su brújula moral.

Marga Prohens chilla que las catalanas han sido “malas para el PP, pero buenas para España”. Es decir, que el PP es malo para España, no sé si podremos aguantar tanta sinceridad. Entre las rendidas misivas de miles de admiradoras, recibo una detallada carta de la Agrupación de Guardias Civiles no Asociados a Asociaciones Oficiales en Baleares. Al margen de las reminiscencias del Frente Popular de Judea y el Frente de la Judea Popular, fundan su “nacimiento en que los representantes de las asociaciones profesionales se han entregado a los cantos de sirena que les hizo nada más ser destinado el Coronel D. Jaime Barceló”. A continuación, una retahíla de acusaciones que le pondrían los pelos de punta a un tricornio. La Guardia Civil aventaja en tensiones al Pacto III, solo que con armas. Me ha sobrecogido el relato del traslado en Automovilismo.

Siempre he escuchado a mis mayores que el atraso intelectual mallorquín responde a que no hemos tenido una burguesía, tiempo verbal que da misericordiosamente por sentado que ahora la tenemos. El drama no es la ausencia de un banco mallorquín finalmente lograda, sino la desaparición de los banqueros mallorquines. Jaume Vicens Vives, el mayor historiador español e incluso catalán, los consideraba esenciales para consolidar una sociedad no colonizada.

Un buen librero me cuenta la anécdota de una novela que le llegó defectuosa, porque a los volúmenes entregados les faltaban las veinte últimas páginas. Vendió treinta ejemplares, solo sufrió una devolución. ¿Queda alguien ahí que haya leído un libro hasta el final, por no hablar de las interrupciones del WhatsApp?

El catalán Lluís Rodés Camperà es uno de los científicos más importantes del siglo XX. Estudió astronomía en Harvard, trabajó en el observatorio de Mount Wilson, formó parte de Uniones Internacionales, un cráter lunar lleva su nombre. Hilari Raguer lo incluye en su ensayo Cristianos por la República. Apunta que tras la Guerra Civil “fue confinado en un pequeño pueblo de Mallorca”, a traducir por Biniaraix. Falleció en la isla en 1939, de un infarto no ajeno a las tensiones de la Guerra Civil. Se ignoraba todo sobre el destino de sus restos mortales, pero aquí interviene esta sección. El jesuita se halla enterrado en un panteón del cementerio de Sóller, donde lo acogió una generosa familia mallorquina. La identificación se produjo el mes pasado y ha supuesto una conmoción entre los historiadores catalanes.

Hoy nos ilustra Gerros, una fotografía de Joan Ramon Bonet fechada en 2012. El hermano de Maria del Mar ejerce una mirada que no ha querido perturbar la consistencia de la isla ni con el impacto incruento de su cámara. La esencia del mallorquín silencioso, en la edad de los patriotas a gritos. Me tranquiliza saber que sigue ahí.

Reflexión dominical extraviada: “No toda persona puede conquistar a otra, pero toda persona puede perderla”.

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