La presidenta del Govern, Francina Armengol, afirmó ayer que el futuro "impuesto del turismo sostenible" es una "apuesta valiente y decidida" del Govern para mejorar el medioambiente y el turismo balear e invitó a los hoteleros a "trabajar juntos desde la discrepancia" para que sea un éxito. En este sentido pidió "desdramatizar" su puesta en marcha, un llamamiento que no caló en el PP cuya portavoz parlamentaria, Marga Prohens, acusó al Ejecutivo del Pacto de intentar frenar la llegada de turistas. "Con la imposición de la ecotasa, el mensaje que los partidos de izquierdas quieren dar es que no quieren que lleguen tantos turistas a Balears", afirmó Prohens. Añadió que para la izquierda, "el turismo es algo que tiene efectos perniciosos o es una fuente de explotación laboral" y sostuvo que "para ellos el turista no es un amigo, es alguien que molesta". El líder de El PI, Jaume Font, no mostró entusiasmo por la medida aunque admitió que "mientras no haya una mejora del sistema de financiación" la futura ecotasa "es interesante". No obstante, Font pidió al Govern que "no le haga un TIL al turismo y consensúe el impuesto con el sector", a la vez que consideró que la mayor parte de la recaudación debe reinvertirse en el sector y entre el 30 y el 35 por ciento debería ir para sanidad y educación". Por parte de los partidos del Pacto el líder de Podemos, Albert Jarabo, mostró su satisfacción por el anuncio del borrador del futuro impuesto, si bien consideró que debe reforzarse el destino medioambiental y social. "No aceptaremos que este impuesto, que debía ir para reducir la carga impositiva de los ciudadanos de Balears, pueda beneficiar al sector hotelero", advirtió. Añadió que "la clave" para saber a dónde se destinará la futura ecotasa estará en "quién integrará" la Comisión de Impulso del Turismo Sostenible que evaluará los proyectos en los que se invertirá la recaudación del impuesto.