El director general del Servei de Salut, Juli Fuster, acompañado de su director general de Planificación, Evaluación y Farmacia, Joan Pou, comunicó ayer en persona al doctor Francisco Kovacs que el Servei de Salut no le renovaría el contrato para derivarle pacientes con dolor de espalda poniendo así fin a una relación que se remonta hasta el año 2001, independientemente del color del partido en el poder en las islas.

"Le hemos explicado que nos encontrábamos en un momento de gran dificultad económica y que teníamos que priorizar y limitarnos a ofrecer las prestaciones que figuran en la cartera de servicios de Sistema Nacional de Salud (SNS), que ahora no podíamos ofrecer terapias alternativas. El déficit es el que es y en unos momentos en los que no podemos hacer frente al pago de la carrera profesional debemos priorizar. Y además hemos aprovechado que el convenio se acababa para no renovarlo", explicó Fuster, que desligó esta decisión de la polémica suscitada por la inclusión en los órganos de gobierno de la Fundación, sin su consentimiento expreso, tanto de la presidenta Francina Armengol como del vicepresidente Biel Barceló.

Fuster explicó que tanto él como Joan Pou aprovecharon que el doctor Kovacs les había solicitado una reunión para concedérsela ayer y, de paso, comunicarle que no iban a renovarle el convenio para derivarle pacientes.

"Pese a que en el contrato no figuraba ninguna cláusula en este sentido, decidimos comunicárselo ayer con dos meses de antelación a la finalización del convenio", abundó un precavido Fuster.

Preguntado sobre cuál fue la reacción del doctor Kovacs, Fuster contestó que, lógicamente, "no ha dado saltos de alegría. Nos ha dicho que considera que su técnica es muy buena y que ahorra mucho dinero al Servei de Salut. Y cuando le hemos preguntado por qué no figuraba entonces en la cartera de servicios del SNS, se ha limitado a decirnos que detrás de esa decisión había intereses ocultos", reveló el director general.

Fuster, que recalcó que esta suspensión no afecta a muchos pacientes, recordó que el IB-Salut cuenta con servicios de rehabilitación, fisioterapeutas y unidades del dolor que pueden realizar la misma labor que la Fundación Kovacs y que por tanto, en estos momentos, "no tiene sentido ofrecer estas terapias alternativas".