Después del tira y afloja que ha durado más de dos meses, ayer finalmente la Mesa del Parlament aprobó que los servicios jurídicos emitan un informe sobre si Fernando Toll-Messía cumple los requisitos para ser síndico de Cuentas. "Ha sido un proceso largo, prácticamente kafkiano", lamentó Xavier Pericay, portavoz de Ciudadanos. Este partido fue el que solicitó el citado informe, pero hasta ahora el órgano de gobierno de la Cámara le iba dando largas. "Veremos qué será ahora" este dictamen, añadió Pericay, dejando entrever sus dudas sobre si se entrará a dilucidar el fondo de la controversia.

Pericay aprovechó para censurar "el tono impropio" usado por Toll-Messía en su escrito de alegaciones. "Un cargo público, que cobra lo que cobra, no puede manifestarse en estos términos", criticó el dirigente de Ciudadanos. "Mi nombramiento es ahora inamovible", llegó a afirmar el síndico, que fue nombrado a propuesta de Podemos. Marga Prohens (PP) tachó de "inadmisible" el retraso en encargar el informe, así como las palabras de Toll-Messía, que denotan "soberbia y prepotencia. Un síndico no puede decir al Parlament lo que tiene que hacer, es una falta de respeto", reprochó Prohens. "Estamos totalmente de acuerdo y nos alegramos de que los niveles de exigencia [sobre la idoneidad de los altos cargos] sean los mismos cuando nos afecta a nosotros", apoyó la medida Laura Camargo (Podemos).