-Para que se haga cargo del tipo de entrevista: “¿Empezamos por las catalanas o por el Pacto?”
-Lo más complicado es la situación catalana, que es la española. Al conocer a los poderes españoles en directo en el Senado, entendí que España no tiene remedio. Lo dije en la tribuna, ni quieren ni pueden cambiar o encontrar soluciones. Lo pasarán mal cuando acabe la expulsión de Cataluña. El Pacto de Govern está sólido en una economía de guerra.
-Barceló tiene el mismo cargo que usted, tras 16 años.
-El avance ha sido considerable, hemos roto el techo del PSM y tratamos al PSOE de tú a tú. Este resultado avala decisiones que yo tomé en el pasado. Apoyo a Biel Barceló en la necesidad de ampliar el nacionalismo.
-Pero Biel Barceló no es president.
-Mi opción era compartir la presidencia del Govern, como en Palma. El president es un cargo representativo, gestionan las conselleries.
-¿Pilar Carbonell al frente de turismo?
-Yo no la conocía, Biel me habló muy bien de ella.
-¿Artur Mas está acabado?
-Mas es el elemento más importante del soberanismo. Le da prestigio internacional y transversalidad, un dato clave para atraer a sectores del empresariado catalán.
-Ha sustituido “nacionalismo” por “soberanismo”.
-No somos prisioneros de las palabras. Ante la presión por confundir nacionalismo con nazismo, utilicemos el concepto soberanista.
-Es estéril cortejar a empresarios desde el Pacte.
-Mayoritariamente fue así en el primer Pacte. Sin embargo, en las últimas autonómicas y con una candidatura más izquierdista que la encabezada por mí, se ha contado con el apoyo importante de sectores empresariales cansados de un Estado hostil.
-Los dos ‘Antolenin’, Verger y Noguera, son depredadores de la política al acecho de Barceló.
-Son jóvenes, muy formados, con honestidad demostrada en el gesto de Verger de dimitir por una querella ignominiosa, calumniosa y difamatoria. No amenazan a un líder que sabe construir equipos.
-¿Quién ganó las elecciones catalanas?
-Indudablemente las ganó el soberanismo, pero les dañó la encuesta a pie de urnas de TV3 que hablaba de mayoría en votos. Es un triunfo independentista pese a los medios españoles. Las asociaciones de periodistas deberían denunciar su manipulación grosera.
-¿Creyó que el PP inventaría a alguien como Bauzá?
-Siempre dije que Matas haría bueno a Cañellas, representaba una juventud desideologizada. Bauzá tiene una ideología de extrema derecha, un españolismo rancio que sorprendió incluso a los suyos.
-Gustan más las entrevistas a políticos jubilados.
-Tal vez hablamos más claro. Me dicen que me he vuelto más radical con los años, yo replico que me he hecho más consciente.
-Ah, la vanidad de Sampol.
-Fue un clisé de mis adversarios, nada funciona tan bien como una contracampaña. Decían que puse caoba tropical en el despacho, y era lo más barato del mercado. Y no opté a la vicepresidencia por ambición personal, sino para que Antich no capitalizara en exclusiva la acción del Govern. La capitalizó de todas formas.
-¿Podemos llegará entero a las generales?
-Se está desgastando, le pasa factura la renuncia a sus ideales después de movilizar a personas despolitizadas. El problema es una alianza de PP y Ciudadanos, cuyo modelo territorial puede ser peor que el PP.
-En Madrid no hay nada que rascar.
-Las élites madrileñas, los grandes poderes del Ibex 35 y sus partidos turnistas han dibujado una caricatura de Cataluña como enemigo. Son víctimas del monstruo que han creado, después de tres siglos de funcionar con los recursos catalanes, de Valencia y de Balears.
-¿Sería más práctico cerrar IB3 y refundarla?
-No, porque me pasé cuatro años intentando que mi Govern montara una televisión y no lo conseguí. IB3 necesita un buen lavado y, aunque será difícil hacer la BBC, ya Televisió de Mallorca demostró que se puede lograr un producto digno con poco presupuesto.
-No pensaba preguntarle por el Papa.
-Me impresiona lo que escribe sobre medio ambiente, y en Washington irritó a los Republicanos. Soy agnóstico o ateo, pero el párroco de Montuïri me pasó un libro del Papa progresista en los económico.
-Ser político sale rentable.
-Ganaba más en la empresa privada a finales de los ochenta que en el Senado. La política no exige dedicación exclusiva sino obsesiva, con un embrutecimiento cultural. El resto de tu vida pasa a un segundo plano.
-Se quedó a un paso.
-¿De qué? Hice camino, hoy tomaría algún atajo y daría algún rodeo. Sin el PSM, seríamos una provincia como Valladolid o Soria, la asimilación castellana habría triunfado y el territorio se hallaría en peor estado.