El comercio tradicional es consciente de que el nuevo Govern está especialmente predispuesto a escuchar sus reclamaciones y ayer los máximos responsables de las confederaciones sectoriales de España y Balears, Manuel García-Izquierdo y Pau Bellinfante respectivamente, pusieron sobre la mesa su listado de propuestas ante la presidenta balear, Francina Armengol, y el conseller del ramo, Iago Negueruela. Dos son inicialmente las prioridades del sector: la puesta en marcha de planes de dinamización de las zonas comerciales para intentar paliar el impacto que se prevé que tenga la apertura en 2016 de un nuevo centro comercial en el Coll d'en Rabassa, y la reducción del número de festivos con apertura comercial de los 15 previstos a 10. Aunque ya se anuncia que la lista de demandas va a tener una continuidad durante los próximos meses.

Según expuso Pau Bellinfante, el daño que las citadas nuevas instalaciones puede hacer sobre el comercio tradicional, especialmente durante los primeros meses de su funcionamiento, hace necesaria la puesta en marcha de planes de dinamización antes de febrero, dado que diciembre y enero ya muestran un elevado indice de consumo gracias a la campaña navideña y al inicio de las rebajas. Manuel García-Izquierdo se sumó a esa reivindicación de ayuda al comercio tradicional, advirtiendo de que aunque todos los formatos son necesarios, incluidas las grandes superficies, romper el equilibrio entre éstas y las medianas cadenas y pequeños establecimientos puede generar daños muy serios a éstos últimos.

Este mensaje fue recogido por Armengol y Negueruela, que se comprometieron a colaborar con ayuntamientos y consells insulars para el desarrollo de un plan cuatrienal destinado a reforzar al sector comercial y mejorar su competitividad, con el desarrollo de los citados planes de dinamización para los municipios que lo soliciten.

Bellinfante señaló que el plan que se ha propuesto desde la CBC contempla el crear dos zonas comerciales en Palma como prueba piloto para su posterior desarrollo en el resto del territorio balear. En concreto, se ha diseñado una zona que incluye Jaume III, Born y todos sus alrededores, y otra que agruparía zonas como Sant Miquel, Vía Sindicato y Jaume II, que con la ayuda del Ayuntamiento se diferenciarían en su imagen y en las que se organizarían espectáculos para atraer a los clientes, especialmente en las calles adyacentes a los principales ejes antes señalados.

Menos festivos abierto

Otra reivindicación expuesta por Bellinfante fue la reducción de los festivos con apertura para limitarlos a diez al año, una vez que el Parlament balear ha adquirido el compromiso de analizar este tema.

En relación a este punto, el conseller Negueruela anunció que se va a dialogar con todos los sectores comerciales, además de con los sindicatos y las asociaciones de consumidores, para intentar llegar a un acuerdo, y rechazó comprometerse respecto al número de jornadas no laborables en las que finalmente se autorizará la actividad comercial.

Un punto respecto al que la confederación del comercio isleño renuncia a plantar batalla es la decisión de que la zona del centro de Palma calificada como zona de gran afluencia turística pueda abrir todos los días del año. Según Bellinfante, este hecho se relaciona con la pretensión de que la ciudad reciba más turistas durante la temporada baja.

Sin embargo, el presidente de la patronal Pimeco, Bernat Coll, que también asistió a la reunión con los representantes del Govern, apuntó que durante esta legislatura sí se buscará que se redefinan otras zonas de gran afluencia turística que incluyen a municipios enteros.