La reunión de la comisión de seguimiento del Pacto sirvió para poco más que la constatación por parte de PSOE, Podemos y Més de que el enfrentamiento del partido de los círculos con sus socios de legislatura por la política de nombramientos de cargos, en especial con los socialistas, daña enormemente la imagen del Ejecutivo y de los propios partidos del Pacto. El reconocimiento, sin embargo, no fue seguido de alguna decisión inmediata para cerrar las heridas. Las discrepancias continúan, con el foco puesto en la exigencia por parte de Podemos de la destitución del socialista Francisco Fernández Terrés al frente de la empresa pública Sitibsa y la negativa del Govern a ceder.

La escalada de tensión que se había producido en las últimas semanas se concretó el martes, en el pleno del Parlament, en el apoyo de Podemos a la petición del PP de que se cesara a Juli Fuster como director general del Ibsalut (por haber sido nombrado por la consellera Patricia Gómez, quien a su vez es su pareja) y de Pau Thomàs como asesor de la conselleria de Trabajo, por tratarse del hijo del socialista Vicenç Thomàs, vicepresidente del Parlament. Ayer, PSOE y Podemos siguieron culpándose mutuamente de la división, aunque con el reconocimiento de que a todos les conviene calmar las aguas.

Para ello, la salida que encontraron fue la de dividir la comisión de seguimiento del Pacto en dos: una para tratar sobre los acuerdos de gobernabilidad y la otra para centrarse en las discrepancias por los nombramientos. El objetivo es que los enfrentamientos no oculten los avances en el cumplimiento de las medidas de gestión. En cuanto a Fernández Terrés, el único compromiso del PSOE fue agilizar al máximo la comparecencia en el Parlament del gerente de Sitibsa, solicitada por el PP. "Ahí se podrán aclarar todas las dudas, afirmó ayer la portavoz socialista Pilar Costa, quien insistió en que Podemos "no ha dado ni una sola razón objetiva contra los nombramientos", a pesar de lo cual "votó junto al PP". Para el PSOE, el partido de los círculos incumplió "la palabra dada" de dar por zanjada la cuestión de los cargos.

Podemos, sin embargo, insiste en que sobre Fernández Terrés existen sospechas de connivencias con constructores de Menorca y que debe ser destituido. "La tensión no ha de aumentar, pero para eso PSOE y Més han de ser más flexibles", dijo el líder del partido de los círculos, Alberto Jarabo, al acabar la comisión de seguimiento del Pacto. A su juicio, "este problema debería haberse eliminado mucho antes, porque había soluciones para hacerlo, pero los partidos del Govern han demostrado una gran inflexibilidad ante la exigencia de regeneración democrática". Jarabo, quien recordó que Podemos ha aceptado nombramientos que no le gustaban, consideró que el de Fernández Terrés suponía traspasar una línea que su partido no puede permitir y que lo ocurrido se debe a la "inflexibilidad" del Govern.

Entre los nombramientos que aceptó, a pesar de mostrar sus discrepancias, se encontraban los de Fuster y Thomàs. No obstante, el martes pidió su dimisión aunque el PP no aceptara su enmienda de que también se solicitara la de Fernández Terrés. La imagen fue la del partido de los círculos votando con el PP, la de la inestabilidad de un Govern que pierde su primera votación en el Parlament, la de la presidenta socialista Francina Armengol desoyendo el mandato parlamentario de que destituya a dos cargos de su Ejecutivo, la de un PSOE que coloca a afines y parientes y la de Més instalado en la ambigüedad de afirmar que tampoco está de acuerdo con algunos nombramientos criticando a los socialistas por este motivo, pero sin usar su fuerza para evitarlos.

"La situación no nos gusta, pero debemos intentar reconducirla hacia otra en la que todos nos entendamos", dijo Jarabo quien precisó que la votación con el PP "ha de ser excepcional", pero Podemos exige "responsabilidad al Govern ante la regeneración democrática que votó la ciudadanía".