Pese a la guerra abierta entre hoteleros y el resto del sector turístico a cuenta del alquiler vacacional, el negocio del alojamiento crece para todos. Y a gran velocidad. Mientras los hoteleros batían este verano récords de rentabilidad y precio, los propietarios que alquilan han vivido meses de lleno, con tarifas también al alza. Lo constataban ayer desde una de las mayores agencias mundiales de alquiler turístico por internet, Homeaway, que detalla que Balears acapara ya el 15% del negocio español de arrendamiento vacacional. Solo Andalucía y Cataluña alcanzan mayores cotas en esta temporada, aunque con una mayor oferta de alojamiento.
Las islas destacan además entre las regiones en las que más avanza el alquiler: el número de viajeros que escogieron está opción ha aumentado durante el último año un 15%, la tercera mayor tasa de subida del Estado. Solo Andalucía y Cataluña elevaron más sus cifras, detalla Homeaway. Mejor fue en los hoteles, que lideran en ocupación, con precios que nadie más se atreve a aplicar y una rentabilidad que supera los máximos históricos.
Mallorca toca techo
Los apartamentos y casas que más se alquilan en Balears son los de Mallorca, que acapara la mitad del arrendamiento turístico. Pero la isla está ya en máximos. De hecho, la demanda es casi idéntica a la del verano pasado, apunta Homeaway, que en cambio documenta fuertes subidas en el caso del resto de islas.
Destaca entre todas Formentera, que se apunta una de las tasas de crecimiento del alquiler turístico más elevadas del mapa mediterráneo: el arrendamiento ha crecido este verano un 37%, con la que Formentera ya concentra uno de cada diez viajeros que recurren en Balears al alquiler para pasar sus vacaciones. También sigue el alza en el mercado de Eivissa, que en el último ha vivido un incremento del 26% de la demanda de alquiler. Menorca, con menos presión turística, está cerca del ritmo de crecimiento ibicenco: la demanda de arrendamientos para pasar las vacaciones en la isla engordó un 21%.
Según Homeaway, los datos muestran el buen momento que vive una modalidad de alojamiento que crece sin freno en todo el mundo. Tanto para escapadas como para viajes más largos, como los que se hacen a destinos de sol y playa como los baleares, donde la estancia media es de una semana.
