Un barco con 3.500 toneladas de residuos, procedentes de Irlanda, atracará hoy en el puerto de Alcúdia para ser trasladado su cargamento a la incineradora de Son Reus. Se trata del primer cargamento de residuos foráneos que llega gobernando en el Consell de Mallorca el Pacto de Izquierdas. Un gobierno insular que había prometido que su primera medida sería la paralización de la importación de basuras para evitar que "Mallorca no se convierta en el vertedero de Europa".

Fuentes del departamento de Medio Ambiente del Consell de Mallorca apuntaron ayer que ha sido imposible paralizar este cargamento por la tramitación que conlleva. Aseguraron que están trabajando para impedir la llegada nuevos barcos, previstos para finales de mes.

El contrato para la importación de basura indica que la llegada de residuos se paralizaría durante la temporada turística y se reanudaría en septiembre. Es lo que se está produciendo con el cargamento que llega hoy al puerto de Alcúdia.

En el Consell aprobaron la pasada semana evaluar las posibles indemnizaciones y reclamaron a Tirme poder revisar los contratos. Dichos documentos están en inglés técnico y se están traduciendo por parte de expertos. Los servicios jurídicos quieren analizar qué posibles indemnizaciones tendría que pagar el Consell en caso de ordenar la paralización de la importación del llamado Combustible Sólido Recuperado (CSR), nombre técnico de la basura previamente tratada que debe llegar de Irlanda, Italia y Cataluña.

Los contratos concluyen a finales de año. Por ello, el Consell quiere estudiar si vale la pena paralizar de forma inmediata, en caso de que las indemnizaciones sean pequeñas, o esperar a enero si son muy cuantiosas.

Lo cierto es que una de las promesas electorales de los tres partidos de izquierda que ganaron las elecciones ya no se ha podido cumplir. Habían anunciado a bombo y platillo que una de las primeras medidas sería paralizar de forma inmediata la importación de residuos. En el Consell confían en que los próximos cargamentos previstos no lleguen a Mallorca. Restan 10.000 toneladas, según el contrato.