La consellera de Asuntos Sociales y Cooperación, Fina Santiago, mantuvo ayer sendas reuniones con la Iglesia de Mallorca y con la Cruz Roja para ultimar los preparativos para acoger a los refugiados sirios que le toquen a esta comunidad autónoma, una cifra que aún no está decidida aunque, como reiteró la consellera, "si se hace en base a los criterios de población, llegarán en torno a las trescientas personas".

Lo que sigue siendo una incógnita que previsiblemente se resolverá en las próximas horas no solo es el número de personas que serán acogidas en las islas sino también la fecha de su llegada. "No sabemos ni cuándo llegarán ni si lo harán todos a la vez o escalonadamente", admitió Santiago, que recordó que estas personas, al recibir el estatus de refugiado, adquieren todos los derechos de los ciudadanos del país excepto el del sufragio y que por tanto será una decisión suya si permanecen aquí una vez terminado el conflicto en su país o regresan a él.

Tras reunirse con el obispo de Mallorca, Xavier Salinas, y con Antoni Barceló y Juana Lozano, presidente y coordinadora general de Cruz Roja en las islas, Santiago explicó que la intención es acoger a los refugiados en una primera fase de entre cinco y seis meses en un mismo alojamiento que, a la espera de un informe técnico que realizarán arquitectos del Govern desplazados ayer tarde al local, todo apunta a que será el albergue de la Platja de Palma. "Parece que las habitaciones están bien y solo habría que actuar en la cocina y en algunos espacios comunes, además de reparar los desperfectos causados por okupas", señaló Santiago, que reveló que ha pedido apoyo a la Iglesia para estos arreglos y la limpieza.