-¿Ha sacado ya alguna conclusión sobre el nuevo Govern?
-Cuando empezó la legislatura y se conformó el Govern ya me hice una idea. Falta ver la capacidad de impronta que tendrá cada conseller sobre su gestión, pero sí tengo hecha una composición de lugar. Es difícil prever cómo será la legislatura, pero no será un camino fácil, como no lo hubiera sido para ningún Govern. Gestionar una Comunidad con una deuda de 9.000 millones de euros es difícil para cualquier gobierno. Lo difícil está en saber si hay gestores para gestionar esa deuda.
-¿Qué quiere decir?
-Que es una losa muy enorme. La deuda condiciona tus acciones, en especial en cuatro puntos básicos que son la sanidad, la educación, los servicios sociales y el fomento de la economía para crear empleo. Aquí está, en mi opinión, la piedra angular de cómo tirar adelante. Sabiendo lo que debemos, teniendo claro que Madrid estará paralizada hasta pasadas las elecciones generales y que el horizonte del Govern para un acuerdo satisfactorio de un nuevo sistema de financiación sería el 1 de enero de 2017, quedan 16 meses para gestionar un enorme problema. Y eso si se consigue pronto. A El Pi lo que le preocupa es cómo se gestiona esto hasta entonces. De ahí mi preocupación por saber qué gestores hay para hacerlo.
-¿Por ahora los gestores que ve aprueban o suspenden?
-Es pronto para saberlo. Lo veremos con los presupuestos. Hay que estar dispuestos a no maquillarlos y enseñar a la sociedad balear la realidad de lo que debemos para priorizar en las cuatro áreas que he dicho. Si seguimos metiendo partidas que no sabemos si podremos ponerlas o no en marcha y después a 1 de julio paralizamos el gasto en según que conselleries porque el dinero se ha de ir a sanidad, educación y servicios sociales... Una vez que está claro que el Gobierno de Rajoy no dejará aumentar el límite de déficit, creo que la única salida que tiene el Govern es hacer un plan de eficiencia del gasto que puede tener. Eso no son recortes, sino ver los gastos que son necesarios. Lo que es evidente es que recurriremos a la deuda que nos permiten, el 0,3%, al final nos pasaremos de ese límite y habremos hecho 300 o 400 millones más de gasto, lo que significa que cuando acabe 2016 deberemos más de 9.000 millones. Así estamos colapsando a la Comunidad y matando el futuro de Balears."La oposición no tiene carta blanca para empreñar al Govern. Debe ser contundente, pero también dar soluciones"
-Sin recurrir a la deuda que permita el límite de déficit, salvo que incrementen los ingresos, difícilmente se podrán cuadrar las cuentas.
-Nuestra postura es la de un apoyo total al Govern, implicando a la sociedad civil, para reivindicar ante Madrid el nuevo sistema de financiación y el REB. Es fundamental la compensación de los costes de insularidad para ser competitivos y sobre todo para una cosa que como ciudadano español me irrita: quiero tener los mismos deberes que todos los ciudadanos españoles, pero también los mismos derechos. Y no los tengo. Los derechos son oportunidades para las personas y aquí los ciudadanos no tenemos las mismas oportunidades que otros ciudadanos que están en la península. Esto es un bloque en el que apoyaremos totalmente al Govern. El otro bloque es cómo hacer para llegar a 2017 sin recortar en sanidad, educación y bienestar social.
-¿Ahí es donde no tiene claro el rumbo del Govern?
-Habrá que hacer un plan de eficiencia y priorizar el gasto, analizando por qué gastamos y cómo lo gastamos. Entre otras cosas evitando las duplicidades con los consells. Sociedad y políticos debemos tener claro que de lo contrario estamos a punto de entrar en el colapso porque debemos ya más del 37,5% del PIB y con el crecimiento de deuda llegaremos al 50 por ciento en un máximo de cuatro años más. En países europeos hemos visto los colapsos que ha habido. Nosotros estamos aun a tiempo de no dejar esta herencia a nuestros hijos. Esto implica un gran pacto por la eficiencia y una corresponsabilidad de los partidos a la hora de querer aportar soluciones.
-Eso de intentar no gastar más de lo que se tiene lo decía Bauzá. Y llegaron los recortes.
-No. Bauzá lo que hizo fue seguir gastando. Por ejemplo, metiendo millón y medio con Microsoft, no haciendo nada y quitando 1.200 trabajadores de sanidad. Educación, sanidad y bienestar social son prioritarias. Necesitamos contratar enfermeras, médicos y profesores y que la gente con dependencia cobre a tiempo. Esto es lo fundamental y esto puede llegar a suponer el 70 por ciento del presupuesto autonómico. Con el 30 por ciento restante habrá que ser eficaces. Debemos mucho y hemos de poder pagar y poder vivir, lo que implica renunciar a cosas que no son prioritarias..
-El Govern ha optado por la subida de impuestos para lograr más fondos.
-Creo que es un error. Parece que empieza a repuntar algo la economía y hay mucha gente que se ha endeudado para aguantar estos ocho años de crisis y ahora que llega el momento de que pueda repuntar, le subes los impuestos cuando ha de devolver los préstamos. Hay que ver a qué rentas afectará. Pero en el caso de las transmisiones patrimoniales, o gravar patrimonio... Se ha sudado, se ha pagado y por culpa de que Madrid no nos trata como nos corresponde, aquí, en la Comunidad Autónoma en donde más hemos sudado, nosotros mismos nos castigamos con subidas del impuesto de patrimonio. Creo que hay otras vías, que pasan por un plan de eficiencia.
"Lo preocupante es cómo gestionamos 9.000 millones de deuda hasta que llegue la nueva financiación en 2016"
-¿Y la ecotasa?
-Mantenemos lo que hemos dicho siempre, que para implantar un impuesto turístico ha de haber acuerdo con el sector. Si hubiera un sistema de financiación como toca, no haría falta, pero mientras no lo haya hemos de funcionar. El dinero de la ecotasa debería ir al sector turístico en un 70 por ciento y el 30 por ciento restante dedicarse a sanidad, educación y servicios sociales, que es donde hace falta el dinero.
-El Govern llegó a plantear incluso un impuesto sobre grandes superficies comerciales, aunque al final todo indica que no se implantará. ¿Hubiera estado de acuerdo?
-Ya se quiso poner en otras legislaturas. Las grandes superficies no han tenido en la legislatura pasada ningún problema para avanzar, mientras sacrificamos al pequeño y mediano comercio. Creo que es distinto que la ecotasa porque el sector turístico no tiene nada que ver con las grandes superficies, que suelen ser grandes inversores extranjeros que hacen caja aquí. La mayoría de hoteleros son de Balears y muchos de ellos tienen tres o cuatro hoteles, no una gran cadena. Sin grandes superficies, viviríamos, pero sin establecimientos turísticos, no tenemos modelo. Dicho esto, de entrada todo lo que sea poner impuestos lo veo mal. Si se pusiera tendría que haber un consenso.
-¿El Pi como oposición dura o como colaboración?
-Estamos en la oposición, pero sin duda para ser constructivos y que esto salga adelante. Es más, creo que en el poco tiempo de legislatura lo estamos demostrando. En el Parlament hacen bloques y nos hemos quedado en medio.
-Y sentados en el pleno del Parlament junto a Podemos.
-Podemos nos quiso quitar las sillas del centro de la sala de plenos, que eran nuestras. Pero bueno, por deferencia no hemos puesto ningún problema.
-¿Quién manda en el pacto?
-Espero que Francina Armengol. Espero que con la experiencia de los representantes del PSOE y Més en los otros dos pactos, sepan recoger lo positivo y evitar lo que fue negativo. Tienen un inconveniente, un socio que les hace de vigilante. Han aceptado tener un vigilante que se llama Podemos.
-Lo necesitaban para formar mayoría.
-Necesitaban sus votos, no un vigilante. Sería mejor un colaborador. La verdad es que prefiero que Podemos no esté en el Govern. Ya lo dije antes de que cerraran el Pacto, que prefería que se huyera de radicalizaciones. Tenemos un problema que es que se acaba de formar Govern y en seguida hay elecciones generales, lo que provoca una situación de stand by. Podemos y otros partidos juegan a las generales. Yo también podría jugar a eso, pero lo importante son los 9.000 millones de deuda y contratar a los profesores, médicos y enfermeras que necesitamos. Ellos están obsesionados con las generales, yo lo estoy por las listas de espera en la sanidad y la falta de profesores de apoyo.
-Tampoco El Pi tiene tantas expectativas de lograr un diputado.
-Ya veremos. Hasta el rabo todo es toro. Le hemos hecho un ofrecimiento a Més y lo ha rechazado, aunque espero que se lo piensen mejor. Nosotros nos presentaremos o bien en solitario o con partidos, como Més, que no reciban órdenes de Madrid. De los que reciben órdenes de Madrid estamos escaldados como un cangrejo peludo.
-En las pasadas autonómicas, además de la entrada de El Pi en el Parlament, tuvo la satisfacción de ver la marcha de Bauzá.
-A mí lo que me da alegría es El Pi. Quien me conoce sabe que no soy nada rencoroso. En política no puedes estar si eres rencoroso, porque mientras estás con el rencor no estás con las soluciones para la sociedad. El rencor te hace mirar sólo a uno o a dos y nubla la vista para ver el todo.
-¿Qué capacidad tiene para hacer oír su voz un partido minoritario cuyos votos no son necesarios para sumar mayorías?
-Eso de que nuestros votos no vayan a ser necesarios en esta legislatura es algo que lo quiero ver. Creo que van a ser necesarios muchas veces. Además, en 2019 hay elecciones autonómicas. Si haces un trabajo riguroso y serio, trabajas por ser plural y ser capaz de llegar a la gente, estoy convencido de que El Pi crecerá muchísimo.
-¿Ha habido trasvase de militantes del PP hacia El Pi?
-De momento no. A nosotros nos interesa una forma de entender la vida desde el centro, la moderación, con el arraigo a esta tierra, con un saber integrar a las personas que vivimos en ella. Estamos convencidos de que es un espacio ideológico muy grande.
-¿Cual es la estrategia de El Pi para estos primeros meses de legislatura?
-Nuestra estrategia es llevar al Parlament aquellas cosas que dijimos que eran prioritarias. El tema de las grandes superficies, que nuestra lengua sea requisito para entrar en la administración, acabar con el conflicto en la educación y volver a la ley de normalización lingüística, hacer piña para un nuevo sistema de financiación y un nuevo REB. Estaremos centrados en estas cosas y también coordinados con nuestros ayuntamientos para hacerles de puente si nos necesitan con el Govern o con los Consells.
-Con esas prioridades podría estar en el Govern de Armengol.
-No. Puede que Armengol lo diga, pero ahora lo tiene que hacer. Volver a la normalidad en esta tierra no pasa solo por decirlo, pasa por hacerlo. Aun no han pasado cien días de Govern. Hay cosas en las que se está donde se debe estar, pero hay otras que sabremos si se estará donde se ha de estar cuando veamos el presupuesto. Por el momento, la señora Armengol gestiona un presupuesto del señor Bauzá, del Govern anterior. Me preocupa que todo se demore a 1 de enero porque hay elecciones generales. A Armengol lo que le pido es que actúe con contundencia y no se pierda con los fuegos artificiales de Podemos. Si hay que actuar en una serie de cuestiones, se hace. Y sobre todo hay que contar a la ciudadanía qué debemos y cómo podemos pagarlo.
-Las mayores críticas al Ejecutivo de Armengol han sido por los nombramientos. ¿Se suma a ellas?
-No he visto nombramientos distintos a como han sido los últimos 25 años. Lo que sí creo que ha cambiado es lo que quiere la sociedad y quizá según qué nombramientos no deberían haberlos hecho por eso. En política hay que saber intuir lo que quiere la sociedad, dentro de los parámetros que marca la legislación. La sociedad ha cambiado y eso también vale para la oposición. Antes parecía que el papel de la oposición era el de ser molesto al Govern. En este momento, la oposición no tiene carta blanca para ser un empreño para el Ejecutivo. Creo que la oposición debe ser contundente, pero también capaz de ofrecer soluciones a quien gobierna.
-¿Ve a sus excompañeros del PP en condiciones de jugar el papel de principal partido de la oposición?
-No es que les vea en condiciones, es que tienen la obligación de jugar ese papel. Y espero que lo jueguen. Lo que pasa que eso tiene un recorrido. Tienen un proceso abierto de elecciones internas y yo soy respetuoso con el funcionamiento de los otros partidos.
