La presidenta del Govern, Francina Armengol, y el rector de la Universitat de les Illes Balears, Llorenç Huguet, prometieron ayer que el próximo curso la Universitat balear impartirá un grado de Medicina. Fue durante la inauguración solemne del curso académico de la institución docente. Huguet celebró el cambio en favor de la educación del nuevo Govern, pero al mismo tiempo se mostró reivindicativo al exigir equiparar la inversión pública por alumno a la media estatal, ya que en estos momento está a la cola de las universidades españolas.

La presidenta del Govern recogió el guante lanzado por el rector y se mostró dispuesta a firmar un gran acuerdo de financiación mediante la fórmula de contratos programa para mejorar la UIB. De igual modo, Armengol apostó por revisar el mapa de titulaciones universitarias y el desarrollo de un nuevo modelo del profesorado en Balears.

Tanto Huguet como Armengol dejaron claro que la UIB es la máxima autoridad en materia de lengua, un aspecto que se había puesto en duda desde el Govern del PP durante la pasada legislatura.

El salón de plenos del rectorado estaba lleno a rebosar. Las primeras autoridades políticas de Balears se dieron cita en un acto académico de solera. Por primera vez en los últimos tres años un president del Govern presidía la inauguración del curso universitario. Francina Armengol no quiso ser como José Ramón Bauzá, que por temor a las reivindicaciones no hacía acto de presencia en la UIB.

"Sería arrogante pensar que de forma inmediata se puede cambiar el rumbo. Lo que puedo prometer es trabajar al máximo para conseguir presupuesto para el personal y, si se consiguen más recursos, avanzar en la modernización de la universidad", aseveró la presidenta del Govern. Francina Armengol comenzó su discurso dando las gracias a la comunidad docente y criticando que las "manías ideológicas" del anterior Govern del PP hubieran "descapitalizado la educación y, por consiguiente, maltratado a nuestra tierra". Defendió la educación pública como el elemento clave para la "igualdad de oportunidades", destacando el papel de la UIB en este proceso. También abogó por la libertad de cátedra, sin injerencias políticas en la Universitat y el papel de la UIB en favor de la defensa de la lengua catalana.

Asimismo, la jefa del Ejecutivo pidió ayuda a la Universitat para "repensar el modelo económico de nuestra sociedad" y se congratuló de que "después de cuatro años podemos iniciar un curso con normalidad".

Llorenç Huguet

El rector Huguet realizó un discurso cordial, pero se mostró contundente en sus reivindicaciones: "No pedimos la luna, solo acercarnos al resto de universidades". Le recordó a Armengol que no conseguir la inversión media por alumno es "condenar el futuro de la Universitat y de los estudiantes". Huguet explicó que la UIB es pionera y una de las primeras universidades de España con mejor nivel en proyectos, pero recordó que está en la última posición en inversión. "No todo debe salir del esfuerzo del personal y de los estudiantes", advirtió Huguet. Reclamó "un gran pacto por la educación".

El secretario general de la UIB, Pedro Grimalt, criticó con contundencia las "ideas de un exministro" (Wert) por implantar el modelo de los grados de tres años y los másters de dos.