La semana pasada se confirmó que la denuncia de un antiguo blauet al exprior de Lluc Antoni Vallespir se ha resuelto por prescripción de los delitos denunciadosprescripción de los delitos denunciados, pero la Iglesia continuará con su investigación. Así lo confirmó ayer el obispo, Javier Salinas: "A nivel canónico continuamos con nuestro proceso", indicó. "En nuestro caso no hay prescripción de los hechos y se seguirá estudiando".

Eso sí, el obispo quiso precisar que eso no quiere decir que "que ya se le haya condenado ni que sea culpable", sino que se busca "aclarar qué es lo que hay".

Monseñor Salinas hizo estas declaraciones ayer, tras conocerse el pasado viernes la decisión de la juez de instrucción 5 de Palma de cerrar el caso al estimar que la supuesta víctima tardó demasiados años en denunciar unos hechos que habrían ocurrido entre 1993 y 1998, cuando contaba entre 13 y 18 años. El auto estimó así las alegaciones del letrado de Vallespir, quien pidió el sobreseimiento de la causa al estimar prescritos los presuntos delitos. La fiscalía también concluyó que era imposible investigar la denuncia por prescripción. El auto puede recurrirse.

"El proceso civil tiene sus reglas y se ha archivado y punto, ya decidirá la parte acusadora si presenta un recurso, ellos sabrán", indicó el obispo, "a nivel canónico el proceso continúa".

Irrupción en Sant Miquel

A preguntas de los periodistas, Javier Salinas también habló sobre las penas de prisión que ha pedido el Obispado para los jóvenes que irrumpieron en la iglesia de Sant Miquel durante una misa en febrero de 2014 en un acto de protesta contra la reforma de la ley del aborto que planteaba por aquel entonces el gobierno de Mariano Rajoy. El obispo expresó su deseo de llegar a un acuerdo con los acusados, pero insistió mucho en que los actos que protagonizaron son "muy graves".

A finales de agosto se cerró la instrucción del caso y trascendió que la acusación particular, el Obispado, ha solicitado cuatro años de cárcel para las seis personas que irrumpieron durante la Eucaristía. Salinas consideró que "no se puede negar que se tocó un derecho fundamental que está tipificado" y que fue un hecho "muy grave", ya que "no fue tocar la puerta, fue la interrupción de una comunicación interna". No obstante aseguró que están "abiertos al diálogo" partiendo desde "el reconocimiento de los hechos" y que les gustaría poder cerrar un acto de conciliación.

El obispo consideró que el suceso "fue doloroso para todos", -"especialmente" para él, precisó- y aunque garantizó que la institución que encabeza tiene "espíritu de misericordia", también expresó su confianza en que "los demás también sean honestos y justos".

Refugiados sirios

Otro de los temas sobre los que se pronunció ayer la cabeza de la Iglesia Católica en Mallorca se refieren a declaraciones y anuncios recientes del papa Francisco, como la petición que hizo el pasado domingo para que cada parroquia acoja a una familia de refugiados de la guerra en Siria.

El obispo señaló que en la isla ya hay una serie de parroquias que se han ofrecido y que todo se articulará a través de Cáritas, pero razonó que todo dependerá de "la gente que vendrá, de cómo vendra y cómo querrá ser tratado". Salinas insistió mucho en que habrá que evaluar primero las necesidades de los refugiados -en temas de "salud, ideas educativas..."- y decidir cómo se ubican -"hay quién dice que deberían estar todos juntos en un mismo edificio y otros abogan por la dispersión", detalló-. En cualquier caso, indicó que el Obispado quiere ayudar a la Administración y apuntó que "ya existe una buena corriente de comunicación con el Govern".

Salinas admitió que el anuncio del Santo Padre les sorprendió ya que "no estaba previsto". Consideró que la idea está "muy bien" y apoyó la actitud de una "Iglesia abierta a todos" como algo "necesario", aunque aventuró que al final habrá "más oferta que demanda de ayuda". Menos desprevenidos les pilló el anuncio del Papa sobre su voluntad de agilizar y abaratar los trámites para conseguir la nulidad matrimonial. "Una justicia muy lenta acaba siendo injusta" , reflexionó Salinas, quien recordó que el matrimonio "no es solo un tema burocrático" sino algo que representa "la vida de las personas".