Los juzgados de instrucción 3, 5 y 9 de Palma archivarán las causas abiertas hace varios años contra el fallecido empresario José María Ruiz Mateos, al que se le imputaban estafas, alzamientos de bienes y administraciones desleales millonarias por la compra de varios hoteles en Mallorca, Menorca y Canarias. Las causas seguirán abiertas contra varios hijos del fundador de Rumasa y Nueva Rumasa, que en sus declaraciones judiciales echaron sobre las espaldas de su padre la responsabilidad de las compras.

Las varias decenas de millones de euros que la familia Ruiz Mateos consiguió al hipotecar algunos de los seis hoteles comprados en Mallorca y Menorca acabaron, según un informe de la Unidad Central de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF) de la Policía, en el extranjero, en los bolsillos del clan o en el maremágnum de la caja única del quebrado grupo empresarial.

La empresa de los Ruiz Mateos Hotasa, en concurso de acreedores, adquirió a mediados de la pasada década seis hoteles en Mallorca (Samoa y Club Eurocalas, en Calas de Mallorca; Sarah y Clumba Mar, en Can Picafort, Beverly Playa, Peguera, y Santa Fe, en Santa Margalida) y uno en Menorca, el Club de Cala en Forcat, de Ciutadella.

Los compradores ofrecieron un precio muy atractivo para los antiguos propietarios y pactaron con ellos la compra a plazos. La familia Ruiz Mateos pagó algunas de esas mensualidades, pero acabó dejando de abonar el grueso del precio convenido.

La primera querella contra ellos fue formulada en 2012 por Francisco Miralles, propietario del holding hotelero y sanitario Inversiones Grupo Miralles, quien les acusó de envolverle en una rueda de falsas garantías de cobro de los pagarés mensuales y de estafarle más de 14 millones de euros.

Miralles, representado por Isabel Fluxà, vendió a Hotasa el Eurocalas, que fue poco después hipotecado por 19,1 millones de euros. Este dinero no fue invertido en el establecimiento de Calas de Mallorca y la UDEF presume que siguió el destino de los 673 millones de euros captados por Nueva Rumasa en los últimos años, entre ellos 337,4 millones de los pagarés suscritos por inversores modestos.

La familia mallorquina Radó reclama a los Ruiz Mateos 1,3 millones de euros derivados de la venta del hotel Beverly de Peguera y de otro establecimiento en Canarias. Otro clan mallorquín, los Hoz, acusan a Ruiz Mateos y sus hijos de estafarles en la compraventa del Samoa. Los denunciantes cuantifican los perjuicios en 20 millones de euros. El Samoa fue también hipotecado por otros 16 millones, que se esfumaron hacia paraísos fiscales.

Circos en los juzgados

José María Ruiz Mateos tuvo que declarar en varias ocasiones en los juzgados de Palma por estas acusaciones y en la mayoría de sus visitas montó circos mediáticos.

Ruiz Mateos padre, el antaño poderoso señor de la abeja, caído en desgracia y resucitado en Nueva Rumasa, desfiló el 24 de enero de 2012 por dos juzgados de instrucción de Palma, acusado de graves delitos de estafa, y no paró de decir y hacer gansadas.

El patriarca de la saga Ruiz Mateos llegó a la sede judicial con retraso, pero impecablemente vestido. Con su habitual traje a rayas, engalanado con un vistoso pañuelo de seda blanca en el bolsillo de la americana, el empresario se jugaba ese día la libertad si no comparecía. Meses más tarde el empresario compareció ante la juez de instrucción 3 detenido y custodiado por la Policía.