Laura Camargo, diputada y portavoz de Podem Illes Balears, puso ayer rostro a la explotación laboral en el sector turístico de Balears. Reunió a unas 20 camareras de pisos que explicaron que las obligan a trabajar por encima de sus posibilidades, que realizan más horas de las que estipula su contrato y que, además, tienen la amenaza de que hay mucha gente en el paro.

Camargo, el pasado mes de julio ya denunció esta situación del principal sector económico de Balears. Lo hizo justo antes de reunirse con Inmaculada Benito, la presidenta de la Federación Hotelera de Mallorca. Benito negó en varias ocasiones la denuncia del grupo parlamentario de Podemos.

Ayer, Camargo quiso aportar los testimonios de su denuncia y anunció la presentación de varias proposiciones no de ley en el Parlament encaminadas a solventar esta situación: "Estamos en un verano que hemos tenido récord de Turistas, pero también ha sido récord en horas de trabajo sin remunerar y récord de precariedad laboral y de fraude. Hay que decir basta", aseveró la parlamentaria.

Tres portavoces explicaron su situación. Consolación Reyes que lucía el brazo en cabestrillo fruto de su inagotable jornada de trabajo, fue la más contundente. "Nuestro trabajo es inhumano. Tenemos que limpiar 24 habituaciones en 6 horas, además de retirar la basura, hacer las camas, llevar la ropa a la lavandería, fregar los pasillos y las zonas comunes del hotel". Reyes añadió que este tipo de trabajo a destajo está provocando lumbalgias, hernias y lesiones en los brazos. "Hacemos el trabajo que se nos encarga en el tiempo establecido, o nos amenazan diciendo que hay mucha gente en el paro esperando".

Natividad Cano, también camarera de pisos, denunció una práctica que están incrementando las empresas hoteleras: la externalización de la limpieza. "La empresa subcontratada paga a las camareras de pisos 650 euros al mes, cuando lo normal son unos 1.300 euros. De esta forma, con un suelo pagan dos trabajadoras", aseveró. También denunciaron contratos de 4 horas que al final realizan 8 y se quejaron de la poca ayuda de los sindicatos.

Laura Camargo apeló a la "responsabilidad de las empresas para que regulen la carga laboral de sus empleados". De igual modo, recordó que "no mentíamos cuando realizamos la denuncia" y apoyó el trabajo de la conselleria de Trabajo con su plan contra la explotación.