El director del Secretariado del Pastoral Penitenciario y cura de la cárcel de Palma, Jaume Alemany, mostró ayer su disconformidad total con las declaraciones del Obispo de Mallorca, Javier Salinas, que solicitó una pena de cárcel de cuatro años para los manifestantes de la iglesia de Sant Miquel el pasado mes de febrero. Alemany califica la petición como algo "inhumano" al "privar a alguien de su libertad.

Jaume Amengual ha mostrado su desacuerdo de manera contundente y hace referencia a una cita del Papa Francisco en la que "mostraba una delicadeza exquisita hacia los privados de libertad, disponiendo que sólo cruzando la puerta de la ceja, puedan disfrutar de la gracia del Jubileo de la Misericordia".

"Nos parece del todo contradictorio que, mientras que, en nombre de la iglesia católica, unos reclamamos que la prisión sea el último recurso y que se busquen medidas alternativas, otros, desde las instancias oficiales, reclamen una pena tan destructiva de la persona" apunta el director del Secretariado del Pastoral Penitenciario. "Se trata de llamar la atención sobre las consecuencias nefastas que lleva para el condenado la pena de prisión", continúa en su escrito Amengual, quien afirma que se suma a las reacciones en contra "por razones obvias". El cura no quiere entrar a valorar los hechos pero considera una medida descabellada enviar a prisión a este colectivo.

El director del Secretariado del Pastoral Penitenciario se muestra contrario a las políticas llegadas a cabo por el gobierno, quien critica esta postura y ofrece "trabajar por implantar la humanización de un sistema penal y penitenciario que ofrece vías educativas, de insercción y de reconciliación. "Demasiadas veces se frivoliza sobre las condenas de presión, exigiendo cumplimientos y endurecer el Código Penal". Unos hechos que el cura de la cárcel señala "que se hacen desde el desconocimiento de una realidad dolorosa".