De cambio normativo a cambio normativo, pasando por otra reforma, un amago de experimentos y vuelta a modificarlo todo. Ante la paradoja de la inestabilidad como norma y el cambio como estado permanente, los profesores -protestas aparte- aprenden a adaptarse para tratar de seguir dando clase de la mejor manera posible según su criterio.

Los docentes ayer tuvieron su 'vuelta al cole' para preparar el curso que empieza el próximo día 11 y en el que la LOMCE abarcará toda la Primaria, dos cursos de Secundaria y uno de Bachillerato. Varios profesores señalaron a este diario que se toman la ley como un telón de fondo que no les gusta, pero que no les impedirá hacer lo que les gusta: enseñar.

Desde el colegio público de El Molinar- Infant Felip, Rosa Comas consideraba que "todo profesor con un poco de sentido común ve que la ley no tiene nada de pedagógica", pero que, a pesar de esto,todos iniciaban el curso "con ganas". Esta maestra aseguraba: "Pese a todo todavía tenemos ganas innovar y de hacer cambios, de dar otra mirada a la educación, solo queremos hacer bien nuestro trabajo y con calidad".

A su lado, su compañera Patricia Alomar asentía y afirmaba: "Aquí hay muy buen ambiente y todo el tema de la huelga y los problemas de infraestructuras nos han unido más como centro y con la comunidad, con las familias". Comas añadía que eso el año pasado incluso se tradujo en que varios profesores y algunos padres voluntarios fueron los que se encargaron de pintar las paredes del colegio en su tiempo libre: "No nos toca a nosotros, pero lo hacemos porque amamos la escuela y queremos que nosotros y los niños estemos a gusto,".

El colegio de El Molinar es uno en los que se han llevado a cabo obras durante este verano, después de que en noviembre del año pasado se desprendiera parte del techo de un aula de Infantil, afortunadamente cuando los niños estaban en el patio.

Según explicó ayer el director, Miguel Ángel Marín, se ha impermeabilizado la cubierta y se han cambiado las ventanas y persianas -estaban muy deterioradas y algunas incluso habían caído al patio-, pero aún quedan plafones del techo falso sin poner así como algunos cristales.

A la puerta de su despacho, varios padres derivados desde la Oficina de Escolarización esperaban pacientemente a que el sistema informático volviera a funcionar para poder tramitar su matrícula. "Vine ya a finales de agosto para evitar este tipo de incidencias, pero no consigo hablar con Conselleria", lamentaba Marín, que echa de menos una línea directa con Educación que facilitase la comunicación a los centros.

Respecto a la LOMCE, el director confirmaba que no están especialmente preocupados ya que no les afecta tanto. "Seguimos ofreciendo Plástica y Música y el 90% de las clases las hacemos por proyectos y sin libros de texto", aclaró.

El CEIP de La Soledat tuvo su susto el curso pasado ya que también se cayó parte del techo de una clase, pero su directora, Encarna Miró, celebraba ayer que afortunadamente ya estaba "casi todo arreglado". En el colegio de Es Pont de Son Gotleu, con una importante presencia de amianto en las cubiertas, aún no han empezado las obras ya que el inicio está pendiente de un acuerdo entre el claustro, la asociación de padres y el IBISEC -el órgano de la Conselleria que se encarga de las infraestructuras educativas-.

En los institutos la LOMCE se estrena, pero ayer, entre papeleo y exámenes de recuperación, tampoco fue el tema de conversación principal en centros como el IES Capdepera. Su director Llorenç Pol así lo señaló: "No es un tema que haya salido, está claro y asumido, y no hay muchas novedades", razonaba, "lo único es que tenemos una persona más a media jornada para Música".

Respecto a los otros institutos, Pol indicó que aún no había hablado con sus compañeros de la Asociación de Directores ADESMA, pero que la idea es hacer un recopilatorio con las posibles incidencias que se vayan detectando y ponerlas en común en una reunión que celebrarán a finales de mes.