Volvían los hoteleros a la Conselleria de Turismo para iniciar "la reconquista", como bromeaba al entrar uno de ellos, pero parece que tendrán que esperar para conseguir que el Pacto de izquierdas les tienda la alfombra roja que mantuvo siempre a sus pies el Govern Bauzá. Se quejan de ecotasa y les dicen que tendrán que apechugar con ella. Lamentan la "demonización del sector" y les responden que es una pena y que se hará lo posible por frenarla, pero que reduzcan la precariedad laboral. Critican el alquiler vacacional y les contestan que van a regularlo, pero para que pueda hacerse.

Así que ahora pintan bastos, aunque las formas sean sedosas, como reconocieron ayer todos los reunidos en la sede de la Conselleria de Turismo. De un lado, la directiva del mayor lobby hotelero español, Exceltur, grupo en el que también están grandes empresas de la aviación, el ocio y la logística. De otro, el vicepresident del Govern, Biel Barceló, responsable del área de Turismo. Y sobre la mesa, tres temas espinosos y un puñado de buenas intenciones, como desestacionalizar, elevar la calidad del turismo y todas esas cosas tan bonitas de las que se habla desde hace decenios (sin resultados reseñables, al menos positivos). Así que manda lo espinoso: el impuesto al turista que va a implantar el Govern, la regulación del alquiler turístico de viviendas y los límites de los que se empieza a hablar en algunas zonas para relajar el agobio por exceso de viajeros en los meses de julio y agosto. Todo ello unido, llevaba al presidente de Exceltur a asegurar, antes de que nadie le preguntara, que al sector "le preocupa la demonización"al sector "le preocupa la demonización" que se empieza a ver contra el negocio hotelero.

¿Demonización? "Me refiero a aquellas personas, una parte de la sociedad, que piensan que el turismo no es necesario y causa más inconvenientes que beneficios", respondía el presidente de Exceltur, Amancio López ¿Pero se refiere a partidos políticos o algo así? "No, no, no, a la sociedad, que a veces sale en los medios diciendo que el turismo no es bueno", abundaba el líder patronal, que subrayaba que el turismo es "una suerte" que aporta el 45% de la riqueza de Balears. Así que a cuidarlo. Y eso pasa por ponerle coto, por ejemplo, al alquiler turístico, que "donde se ha implantado con frecuencia ha contribuido a degradar el destino", dice.

También les preocupa "la implantación de algún impuesto turístico". "Siendo un sector tan estratégico y que va tan bien debe ser protegido, en ningún caso ponerle un impuesto especial", argumentaba el líder de Exceltur. ¿Se consiguen entonces ingresos para mantener los servicios públicos de calidad que requiere el destino cobrándole impuestos a negocios que vayan peor y sean menos estratégicos? Pues no, no es eso. Según el de Exceltur, la solución es mejorar la financiación autonómica y "buscar otras fórmulas que no sean el impuesto turístico". ¿Pero tienen los hoteleros algún informe mínimanente científico que avale lo que dicen, eso de que la ecotasa es una amenaza aterradora que acabará con la prosperidad? Pues no, no los tienen. O no los exhiben cuando se les pregunta, como ayer.

Aunque tampoco les serían muy útiles los informes. El Govern lo tiene claro. Lo confirmaba el propio Barceló, que plantea la ecotasa "como una oportunidad para reinvertir en el turismo". Así que ecotasa sí, alfombra roja, no. Pero con buenas formas: "Los empresarios nos sugieren cuestiones a estudiar como el impacto que puede tener [la ecotasa] en temporada baja, o el impacto según el importe que se fije de impuesto. Todo eso lo tenemos en cuenta desde el primer día", resume Barceló, que a su vez pide a los empresarios que se impliquen a la hora de pedir mejor financiación , les insta a trabajar conjuntamente para reducir la precariedad laboral y les invita a construir un turismo sostenible que permita alargar la temporada. Eso sí que tendría empaque de reconquista.