Leían hace apenas dos semanas en estas páginas que Mallorca y Eivissa le ganaban la batalla turística mundial a Disney World. Lo certificaba un estudio de Hotelbeds, que desde Palma gestiona el mayor banco de camas del planeta. Sus datos eran de reservas. Venían a decir que la isla atrae más que ningún otro destino de viajes, algo que percibe cualquiera dispuesto a pelearse con el abarrote asfixiante que se vive este verano en los puntos más calientes del turismo balear. Ahora otro estudio, este de BBVA, dice además que las hordas de viajeros que ocupan la isla en estos meses de chancla y toalla además gastan. Mucho. Muchísimo.

Y no es que los turistas digan que gastan, que en BBVA superan la fiabilidad de las encuestas tirando de la fuente más infalible: le han seguido la pista al dinero. Para ello han analizado 5,4 millones de transacciones realizadas con tarjeta en julio y agosto a través de terminales de venta, una red al más puro estilo Matrix a la que no se le escapa ni un céntimo. Ahí se ve quien gasta, dónde lo hace y en qué se deja los euros. El análisis tiene chicha para las islas, que con Barcelona lideran el gasto turístico. Mallorca y Eivissa le ganan así la batalla a la Costa del Sol, apoyándose sobre todo en el dinero de viajeros británicos, alemanes, franceses y rusos, que pese a la crisis del rublo, ahí están, puliendo tarjeta al ritmo generoso del nuevo rico.

Aunque hay microdatos más interesantes que un liderazgo turístico de sobra conocido. Por ejemplo, el trabajo de BBVA revela que Mallorca y Eivissa son los destinos más internacionales de España. Con diferencia. Dos de cada tres euros que se gastan en ambas islas proceden del extranjero, una proporción a la que no se acerca nadie. Ni siquiera la cosmopolita Barcelona supera el imán balear: en la ciudad española que han puesto de moda directores de cine como Woody Allen apenas el 18% de las transacciones con tarjeta corren a cargo de extranjeros, frente al 62% de Mallorca o el 66% de Eivissa.

Otros datos no son tan favorables. Al menos para Mallorca. Es el caso del gasto por transacción con tarjeta, que insinúa que Eivissa lo está haciendo mucho mejor que Mallorca. Las pitiusas parecen estar logrando el objetivo de mejorar el nivel de su turismo. Así se explicaría que en Eivissa la transacción media sea de 141 euros, la más alta de todo el mapa turístico español, por encima de los 135 euros de Barcelona y la Costa del Sol. Y por supuesto por encima de Mallorca, que parece estar perdiendo la batalla por el lujo con su alianza histórica con un viajero tipo más austero: el alemán. Con todo, Mallorca factura por operación con tarjeta de crédito un 40% menos que Eivissa: 101 euros. Las Pitiusas exprimen a sus clientes mejor que nadie, como muestran los datos de BBVA y ejemplos como el de la famosa factura de restaurante de Formentera.

El trabajo de BBVA permite además comparativas de máximo detalle. Si se analiza el emergente mercado ruso, se sacan dos conclusiones. Primera, que la crisis rusa es dura, pero aún así Mallorca aguanta el pulso y supera incluso a la Costa de Sol en ventas a ciudadanos rusos (24.960 frente a 23.966 de las playas andaluzas). Y segunda: Mallorca está fracasando a la hora de atraer a los rusos con pasta. Esos se van a Eivissa: a la isla blanca llegan muchos menos viajeros del país-continente, pero cada vez que un ruso desenfunda la tarjeta se deja 180 euros, frente a los 107 que gasta en Mallorca, o los 134 de Barcelona. La apuesta ibicenca por el lujo empieza a dar frutos. O eso hacen pensar los datos de BBVA.

Aunque Mallorca también avanza en algunos frentes. Es el caso del mercado francés. Los galos son los turistas que más gastan en España, y no son ni de lejos los que más viajan a las islas (las dos primeras posiciones están copadas por británicos y alemanes), pero curiosamente es en Mallorca donde más manirrotos se muestran. Su gasto medio por operación (76 euros) en Mallorca y Eivissa es el más alto de España. Y cada vez son más: con 64.000 transacciones en julio y agosto, las islas superan en actividad gala a la mismísima Madrid.

Y aún así el negocio es el de siempre: alemanes y británicos, británicos y alemanes, que hacen de las islas el rincón menos dependiente del turismo español. Si se cogen solo las operaciones que hacen con su tarjeta en Mallorca los alemanes (93.058 en las terminales de BBVA en julio y agosto) basta para superar la actividad germana en Cataluña, la Comunidad Valenciana y Madrid... juntas. Y lo mismo con los británicos. 97.008 operaciones en Mallorca, solo superadas por las 159.000 que hacen en la Costa del Sol, pero por encima de las 75.000 de Barcelona. El poderío de la libra se nota también en su gasto: cada pasada de tarjeta son 95 euros de media, así en Mallorca como en Eivissa, donde los ingleses aflojan más billetes que en Madrid (48.853 operaciones frente a 35.331 madrileñas). El mercado británico deja además una curiosidad: pese a Magaluf en Mallorca y Sant Antoni en Eivissa, los ingleses han encontrado en la Costa del Sol el paraíso más barato en el que hacer balconing y turismo cutre. Allí se gastan 87 euros por operación, muchos menos que en unas islas que, además de asfixiarse como nunca, sacan brillo a las tarjetas de media Europa.