La controversia por determinados nombramientos de nuevos asesores empieza a preocupar dentro del nuevo Govern de izquierdas. El pacto de no agresión alcanzado el miércoles entre PSOE, Podemos y Més estalló por los aires en menos de 24 horas cuando los podemistas, enmendándose a ellos mismos, exigieron el jueves lo que no ha hecho siquiera el PP ni ningún otro partido en la oposición: la cabeza de un alto cargo recién designado -el socialista menorquín Francisco Fernández-, acusándole veladamente de corrupto.
El Consolat no contempla hoy por hoy la renuncia del gerente de la empresa pública Sitibsa, pero sin duda la petición de Podemos incrementa las tensiones entre los socios de gobernabilidad. La formación que lidera Alberto Jarabo denuncia sin rodeos "un problema estructural en los nombramientos del PSIB en el Govern", que achaca a que sus aliados no han hecho el cambio de chip y siguen instalados en "la vieja política". Sin apuntarse al bombardeo en público, en Més también culpan a los "errores de calado" de los socialistas que el foco se sitúe este verano en la contratación del personal eventual en los nuevos gobiernos. La colocación frustrada del veinteañero Jordan Thomas para la conselleria de Salud se lleva la palma, resaltan.
Al PSOE le molesta especialmente la actitud combativa de Podemos, cree que alimenta al PP contribuyendo a crear "la falsa imagen" de un Govern de enchufados socialistas y de Més, del que los podemistas quieren salir indemnes, "cuando también tienen a gente colocada", recuerdan fuentes del partido de Francina Armengol. Sin ir más lejos, solo en el Consell de Mallorca Podemos cuenta con siete cargos de confianza o asesores que cuestan al erario público 220.335 euros al año.
Reproches aparte, esta semana se ha evidenciado una flagrante descoordinación entre instituciones en lo que a nombramientos se refiere. En un alarde de transparencia, el Govern ha colgado en su web los currículums de los diecisiete asesores que ha nombrado hasta el momento (www.caib.es/assessors). Podemos saca pecho de la iniciativa, pero por contra el Consell -donde sí forma parte del gobierno- ha eludido difundir los perfiles profesionales de los elegidos a dedo para trabajar básicamente para los partidos.
Lejos de amainar, la polémica puede recrudecerse en los próximos días, pues la contratación de cargos de confianza y asesores no ha terminado ni mucho menos. En el Govern hay cinco plazas por cubrir en otras tantas conselleries -Turismo, Presidencia, Hacienda, Salud (el sustituto del dimitido Thomas) y Trabajo-, y en el Consell también quedan algunos puestos vacantes. El grupo del PSOE tiene dos plazas de secretario segundo aún sin asignar, y El Pi también tiene dos de sus tres plazas pendientes de designación.
Precisamente en el Consell tiene lugar ahora una nueva polémica soto vocce: algunos cargos de confianza ya nombrados para los distintos grupos de consellers protestan porque el sueldo asignado es, a la hora de la verdad, más bajo del pactado cuando los políticos les captaron. Es consecuencia de la duplicación de partidos con representación en el pleno -se ha pasado de tres a seis- tras las elecciones; se ha evitado crear muchas más plazas de personal eventual que las que había con el PP, para no armar más ruido. En el reparto todos tocan a menos por cabeza. Para poder cerrar las contrataciones de su personal afín cuanto antes, PSOE, Podemos y Més buscaron un artificio jurídico consistente en adjudicar primero aquellas plazas con salarios mayores, independientemente de las funciones que llevaban aparejadas. De ahí que haya responsables de áreas de comunicación que en realidad hacen de jefe de gabinete. El nuevo gobierno insular modificará ahora la relación de puestos de trabajo eventual para adoptar una nueva terminología, y erradicar al máximo la palabra ´asesor´.
Listado de personal eventual nombrado por el Consell de Mallorca y sus sueldos. Son 26 cargos de confianza que se reparten los 6 partidos.
Con todo, la verdadera gran batalla está aún por llegar, y se librará en las empresas públicas. PSOE y Més llevan días maniobrando para colocar en este segundo nivel a sus ´fontaneros´, tanto en gerencias como en consejos de administración, y premiar así lealtades. Es probable que Podemos no se quede del todo al margen del reparto, que seguro que abrirá nuevos frentes.
Los primeros nombres en aflorar generan más rifirrafes entre socios, como el del veterano socialista Antoni Garcías, que estará al frente de Abaqua. El mayor ente de contratación del Govern depende de la conselleria de Medio Ambiente, en manos de Més. El PSOE endosará a este histórico del partido a los ecosoberanistas, en uno de los cambios de cromos pactados durante la negociación del Pacto. En Més hablan no ya del regreso de "dinosaurios, sino lo siguiente".
