La presidenta del Govern, la socialista Francina Armengol, emplazó ayer a la Sindicatura de Comptes a no limitarse a su función de órgano de fiscalización de las cuentas públicas, ya que "los nuevos tiempos exigen que su trabajo también sirva de brújula ética para los que deben gestionar el dinero público con extremo cuidado". La jefa del Ejecutivo balear efectuó estas declaraciones durante el acto de toma de posesión de Joan Rosselló Villalonga como Síndic Major.

Armengol insistió en la apuesta de su Govern porque "el diálogo, el consenso y la transparencia al servicio de la ciudadanía" sean "los pilares" de su actuación y como ejemplo puso la creación de una Consellería específica, con el fin de dar respuesta a las "reclamaciones" de la sociedad para un mayor control de la gestión pública. Añadió que la Sindicatura de Comptes juega "un papel fundamental" para lograr este objetivo, por lo que animó a los nuevos miembros de este organismo a esforzarse para lograr una "mayor transparencia" que permita "poner luz a la realidad de Balears" y la rendición de cuentas por parte las instituciones públicas.

En este sentido, resaltó la necesidad de que la Sindicatura actúe como "brújula ética" para los cargos políticos que gestionan, en especial en unos momentos en los que el uso de los fondos públicos debe dirigirse de manera prioritaria a "asegurar el estado de bienestar, la recuperación de los derechos de los ciudadanos y la mejora de los servicios sociales, siempre desde el máximo respeto a la normativa y al interés general".

Armengol, quien resaltó los "meritos, experiencia y prestigio profesional" de Rosselló, cerró con su intervención el acto en el que el nuevo Síndic Major, tras jurar su cargo, aseguró que no tiene intención de llevar a cabo una "revolución" en el seno de la Sindicatura, pero sí impulsar mejoras con el fin de "no caer en la autocomplacencia".

"Intentaré liderar, pero que nadie piense que cambiaremos la Sindicatura de arriba abajo", declaró Rosselló. En este sentido, apostó por "cambiar lo que no funciona y mantener lo que funciona" con el fin de adecuar la Sindicatura a "las necesidades de transparencia y oportunidades tecnológicas".

"Es más fácil girar la cara y evitar problemas sin decir lo que se hace mal, pero no es la función de esta Sindicatura", resaltó Rosselló quien sucede en el cargo a Pere Antoni Mas. No obstante, dejó claro que la Sindicatura tiene "una buena base", a la vez que recordó que su función es la de controlar "las cuentas del sector público", un trabajo por el que mostró su deseo de que no se la considere como "una institución que pretende poner trabas a la administración". En este sentido, consideró que la consecuencia de su actuación fiscalizadora "debe ser estimular actuaciones" que mejoren "la eficacia" en la gestión pública.

Al acto de toma de posesión de Rosselló asistieron, entre otros, representantes de todos los partidos parlamentarios, así como la presidenta de la Cámara, Xelo Huertas; la delegada del Gobierno, Teresa Palmer, y varios consellers, además de los Síndics Bernat Salvà i Fernando Toll-Messía.