­La Xylella fastidiosa, también conocida como el "ébola del olivo", que ha devastado más de un millón de árboles en el sur de Italia, está cada vez más cerca de Mallorca. Hace unos días las autoridades francesas detectaron un arbusto de la familia de los mirtos infectado con la temible bacteria en una zona comercial de la isla de Córcega. La llegada de esta bacteria a Mallorca podría tener consecuencias muy negativas, ya que en la isla existen más de 8.000 hectáreas de olivos y una 40.000 de almendros. La isla francesa está situada a menos de 400 kilómetros de nuestro archipiélago, lo que su llegada vía plantas o vía insectos no es descartable.

El temor de los agricultores franceses es mayúsculo, ya que temen no solo por los olivos. Hay que tener en cuenta que esta bacteria se transmite a través de insectos y puede acabar con miles de árboles de especies como almendros, cítricos, castaños, robles, adelfas y matorrales de todo tipo. Estas dos últimas especies son muy utilizadas en jardinería y se cree que son el gran peligro para la propagación. De hecho, dos periódicos de la importancia de Le Monde y Liberation se hacían eco con grandes titulares.

La bacteria invade el xilema de la planta y se multiplica en su interior hasta obstruir el flujo de savia bruta. Los síntomas son de estrés hídrico, decaimiento y marchitez hasta el secado de hojas y ramas que provocan la muerte de toda la planta. La capacidad de propagación es vertiginosa, ya que los insectos son portadores hasta su muerte, y en pocas semanas plantaciones de varios cientos de hectáreas pueden estar contagiadas, tal y como ha ocurrido en Puglia (Italia). No existe ningún tipo de remedio conocido para acabar con esta bacteria procedente de América Central. La única solución, según apuntan los técnicos, es arrancar el árbol y quemarlo completamente para que pueda seguir transmitiendo la enfermedad.

La conselleria de Agricultura, cuando supo que los olivos italianos estaban siendo devastados, tomó medidas mediante inspecciones masivas en plantaciones, viveros y comercios de venta de plantas. Estas inspecciones, de momento, han dado negativo. Lo que ocurre es que el Govern tiene más dificultades a la hora de controlar la importación de plantas, ya que esta es una competencia que pertenece al Estado.

La Unión Europa también ordeno estrictas medidas con el traslado y el manejo de plantas ornamentales y árboles. Bruselas prohibió cualquier importación del sur de Italia y de países centroamericanos. En concreto prohíbe cualquier importación de plantas de café de Honduras y Costa Rica. Asimismo, exige a los países una regulación extrema para la circulación de plantas y la expedición de un certificado de origen.

Medidas sin efectos

Esta medidas de la Unión Europea se adoptaron el pasado mes de mayo. No obstante, no han servido para evitar que la plaga llegue a Córcega. En la isla francesa se detectó la bacteria en un arbusto utilizado para jardinería. Unas plantas con mucho mercado en Europa y que la mayoría de ellas son originarias de América. En estos momentos las autoridades francesas están analizando si la bacteria es de la misma cepa que la que devastó los olivares de Puglia. El objetivo es conocer la procedencia del arbusto infectado.

Las informaciones de los periódicos franceses apuntan a que la proximidad de Córcega con la península italiana provoca que exista un intercambio comercial muy importante, especialmente de plantas y alimentos frescos. De hecho, apuntan que esta es "la gran amenza para Córcega".

Asimismo, las agrupaciones de agricultores corsas exigen al Gobierno francés y a Bruselas que tomen cartas en el asunto.

En la isla se cultivan muchos cítricos, castañas y evidentemente muchas aceitunas.

Gran repercusión: los diarios franceses hablan de la "bacteria asesina"

La llegada a Córcega de la ´Xylella fastidiosa´ ha tenido una gran repercusión en Francia, ya que muchos cultivos de cítricos, castaños, viña y olivos se pueden ver afectados por esta bacteria. El diario francés ´Liberation´ titulaba en su portada de hace tres días: "La muerte del olivo". En páginas interiores señalaba que el sector olivarero de Córcega, uno de los más importantes del país galo, podía sufrir un duro golpe. De igual modo, el rotativo ´Le Monde´ indicaba que Córcega estaba en alerta por la llegada de la "bacteria asesina" de los olivos y que también puede afectar a otros cultivos leñosos.