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Sanidad

Víctor Ribot comunica que no continuará como gerente de Son Espases

El director del hospital de referencia, al que el IB-Salut ha pedido que siga, ha rechazado la oferta alegando "razones personales y familiares"

Ribot, en el medio, junto a dos responsables médicos en una presentación en Son Espases. G. Bosch

Finalmente no habrá continuidad en la gestión del hospital de referencia de las islas. El actual director gerente, Víctor Ribot, ha declinado la oferta de Juli Fuster, director general del Servei de Salut, de continuar al frente de Son Espases. Una decisión que el propio interesado comunicó a primera hora de la mañana de ayer a todos los jefes de servicios médicos, a los responsables de enfermería y técnicos, al equipo de dirección y, en definitiva, a todos los mandos intermedios del hospital.

Como se recordará, antes de los pasados comicios municipales y autonómicos, los 44 jefes de los servicios médicos del hospital de referencia habían reclamado a las autoridades sanitarias que saliesen elegidas en las urnas, fueran cuales fueran estas, que mantuvieran a Ribot al frente de la gerencia hospitalaria para garantizar la continuidad de los proyectos clínicos y de investigación iniciados. Y para desvincular de una vez por todas la gestión sanitaria de los vaivenes políticos, como se acostumbra a hacer en países europeos con más honda tradición democrática.

Pero esta petición de continuidad de Ribot, un director gerente que ha suscitado una adhesión unánime y sin precedentes, finalmente caerá en saco roto por la negativa del propio interesado a continuar al frente del hospital de referencia.

Este diario se puso en contacto con algunos de los jefes de servicio que fueron convocados a las 8.30 de la mañana de ayer por su director gerente para informarles de su decisión definitiva y, en términos generales, lamentaron su negativa a continuar: "Lo lamentamos porque, desgraciadamente, el talento no abunda", recalcó uno de ellos.

"Entendemos perfectamente sus razones, muy sensatas y comprensibles, sus argumentos han sido muy claros. Nos ha dicho que no seguía por razones personales y familiares, que creía que era mejor dejarlo aquí. Nos recalcó no obstante que el trato recibido por parte de Juli Fuster (director general del IB-Salut, su jefe directo que debía decidir su continuidad o su destitución) había sido muy cordial, que le había insistido en que siguiera al frente del hospital", reveló uno de los asistentes a la reunión.

"Es una lástima. Al margen de que se trataba de una persona muy válida, seguimos pensando que su relevo no ayudará a continuar los proyectos y las líneas de trabajo iniciadas. Es una situación negativa y por eso continuamos pensando que habría que separar la gestión sanitaria de la filiación política", reiteró un jefe de servicio que reclamó el anonimato.

Imponerle a alguien

"Me ha sabido muy mal", admitió otro que leyó entre líneas en los argumentos dados por Ribot para no seguir que "parecía que le querían imponer a alguien. Me ha dado la impresión de que no ha luchado demasiado por continuar para no meterse en líos", interpretó pese a que el gerente saliente les aseguró en todo momento que no tenía nada en contra de los actuales directivos del Servei de Salut.

"No puede haber un cambio de dirección cada dos años. Cuando ya dominan su trabajo y empiezan a enterarse de algo, se tienen que ir. Esto es muy perjudicial para la continuidad de los proyectos iniciados", señaló otro responsable médico que sustentó su apreciación enumerando a los cuatro gerentes que, recalcó, ha conocido en los últimos seis años: Juan Serra, Luis Carretero, Juan Sanz (antecesor del actual director fallecido a consecuencia de un cáncer) y el propio Ribot. "Y el nuevo que llegue será el quinto", remachó.

Los rumores sobre quién será el nuevo gerente del hospital de referencia se reactivaron ayer en Son Espases tras extenderse la noticia de que Ribot no seguirá.

Pese a que la opinión generalizada es que será difícil sustituirle, hubo quien ya hablaba de dos candidatos a hacerlo: Luis Carretero, exdirector gerente primero de Son Dureta y más tarde de Son Espases que, además, organizó el traslado desde el viejo hospital de la calle Andrea Doria hasta el novísimo de la carretera de Valldemossa, y de Luis Alegre, exgerente del hospital de Son Llàtzer.

Sobre el primero, un jefe médico lamentó que ahora haya sido vetado por una de las fuerzas políticas que conforman el actual tripartito por su vinculación en la pasada legislatura con el servicio de salud de Castilla-La Mancha de María Dolores de Cospedal cuando, recriminó, "la secretaria general del Partido Popular no dudó en ficharlo por su profesionalidad pese a proceder de un Gobierno socialista".

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