-¿Cómo se ha encontrado las cuentas de la Conselleria? ¿Dispondrá de presupuesto para acometer su proyecto?
-El presupuesto, ahora mismo, no es suficiente. Estamos hablando de recuperar derechos sociales y somos conscientes de que eso implica una mejor financiación por la que va a luchar este Govern. Para poder hacer lo que queremos hace falta más dinero.
-¿Se ha encontrado alguna deuda importante del anterior equipo?
-Sí, hay una deuda y preocupación por ella. Hay un gasto consolidado hasta el mes de junio y una previsión de gasto hasta final de año que nos deja un déficit importante. Pero todavía tenemos que trabajar en asuntos que tienen un gran impacto económico.
-¿Me puede dar una cifra aproximativa del coste que va a suponer la devolución de la tarjeta sanitaria a los inmigrantes en situación irregular?
-Lo único que te puedo decir es que hemos hecho un seguimiento del número de tarjetas sanitarias desde que entró en vigor el real decreto de Rajoy hasta la fecha y lo cierto es que han aumentado. No tenemos ahora 20.000 tarjetas menos, tenemos más y, lógicamente, el gasto ha aumentado. Y lo que quiero resaltar es que esta medida reforzará las medidas de prevención y de salud pública, aspecto que sé que no dan réditos políticos. El Gobierno central ha reducido el presupuesto de salud pública un 50% en estos últimos años y nosotros queremos que recupere el protagonismo que tenía antes. Queremos pasar del modelo economicista de la pasada legislatura a un modelo centrado en la atención a las personas
-¿Qué les diría a los ciudadanos que no entienden por qué deben seguir pagando una tasa por su tarjeta sanitaria hasta final de año mientras que a los inmigrantes se les facilita el documento totalmente gratis?
-Que forma parte de nuestro acuerdo de Govern dejar de pagar la tasa sanitaria. Si lo pudiéramos hacer immediatamente, lo haríamos. La dificultad estriba, y no es una excusa, en que se tiene que aprobar por ley. Y como su tramitación en el Parlament, dándonos prisa, tardaría unos cinco meses, hemos pensado que la forma más rápida es hacerlo vía ley de presupuestos, que se aprobará antes, en el mes de noviembre.
-A partir de enero de 2016, cuando me caduque la tarjeta sanitaria, el IB-Salut me remitirá otra a mi domicilio como se hacía antes, ¿es así?
-No sé si por correo o habrá que desplazarse a recogerla al centro de salud porque la tarjeta va ahora con una foto que el usuario deberá aportar.
-¿Para cuándo prevé que los centros de salud vuelvan a estar abiertos por las tardes?
-Se tiene que recuperar el horario vespertino por muchos motivos. El primero, porque lo solicita la población que ha sufrido estos años una desatención que ha generado un mayor uso de los servicios de urgencias, lo que a la postre ha supuesto un coste mayor. Y no solo por el coste, sino porque las personas necesitan que se les haga un seguimiento de su patología. Hemos dejado de hacer seguimiento a las personas que no podían acudir a los centros de salud más que por las tardes.
-Bien, pero, ¿para cuándo?
-Para nosotros es muy importante tomar las medidas tras alcanzar un consenso con los profesionales. Si no hay participación, la implicación es mínima. Para conseguir realmente profesionales implicados, tienen que participar y queremos que participen en esta decisión. Cuando pasen las vacaciones de verano nos reuniremos con ellos para escuchar sus propuestas. Para nosotros, el cambio del modelo de Atención Primaria es un eje fundamental. Es una prioridad la atención a la cronicidad y un modelo innovador, diferente y eficiente de Atención Primaria. Y el cambio de horario debe ir asociado al cambio de modelo. Por eso queremos contar con los profesionales, para consensuar la mejor forma de hacerlo.
-Acaban las vacaciones, vuelven los profesionales... ¿cuándo calcula que se pondrá en marcha este nuevo modelo con centros de salud que vuelvan a estar abiertos hasta las 9 de la noche?
-A mi me gustaría poderlo cumplir antes de que acabara este año.“Espero que la facultad de Medicina se haga porque no me planteo otra cosa y los vientos soplan a favor”
-El estío pasado, con camas cerradas y las urgencias saturadas, se criticaron mucho los planes de verano de la conselleria de Salud. ¿Qué han hecho este verano? ¿Hay recursos asistenciales cerrados?
-Ahora estamos funcionando con el plan que dejó el equipo anterior. La realidad es esta, no hemos tomado decisiones diferentes. Creo que ahora solo hay una planta cerrada en Son Llàtzer.
-¿Solo una planta cerrada?
-Es lo que me aseguraron la semana pasada.Los datos de actividad de 2011 a 2015 reflejan que ha habido un descenso de más de 200 camas funcionantes. Si este descenso viniera acompañado de un nueva estrategia de atención a la cronicidad, sería entendible porque se produciría un trasvase de estos enfermos desde los hospitales de agudos a los centros sociosanitarios, pero sin este modelo lo que nos hemos encontrado es una ocupación por encima del cien por cien en la mayoría de los centros. Más del cien por cien significa que la misma cama se ocupa dos veces en el mismo día.
-¿Qué va a hacer para reducir las listas de espera?
-Lo primero que tenemos que hacer es publicarlas y darles más transparencia de la que tienen.
-Pues ya tocaría dar los datos del primer semestre del año...
-Sí, pero esos datos serían los de demora, no los datos de espera. La espera se empieza a contabilizar desde que el médico de familia deriva a su paciente al especialista. Pero ahora hay un tiempo, desconocemos cuánto, desde que la petición llega al hospital hasta que es introducida en el sistema informático de lista de espera. Y cuando se introduce, empieza a contar la demora.
-¿Y cuál es la explicación de ese desfase?
-Porque desgraciadamente se han vuelto a generar los famosos buzones en estos últimos cuatro años. Es decir, se recibe la petición pero esta no se introduce en el sistema. Lo hemos podido constatar al llamar a hospitales donde nos decían que no les constaba la petición cuando en el centro de salud sí la habíamos hecho. Es una práctica habitual pese a que nosotros, hace cuatro años, trabajamos muchísimo para dejar a cero esos buzones.
“Ahora mismo no están cesados ni Vadell ni Ribot. Debemos cesar como nos gustaría que nos cesaran”
-¿Cómo se las han encontrado ahora?
-Los datos de los que disponemos son alarmantes, muy preocupantes.
-Déme algo más concreto...
-Es complicado porque antes nos gustaría saber qué hay en los cajones, qué es lo que tiene que aflorar, si son cientos o miles las personas que todavía no están introducidas en el sistema. Porque eso variará mucho la forma de actuar y gestionar. Los datos de demora, que no de espera que desconocemos, triplican los que teníamos en 2011 respecto a las consultas con el especialista. En referencia a la espera quirúrgica, en 2011 nadie aguardaba más de seis meses para pasar por el quirófano y hoy tenemos a más de dos mil de pacientes que esperan más. Y cuando abramos los cajones pueden convertirse en 5.000.
-Independientemente del volumen de la lista de espera, ¿cómo va a abordarla? ¿Con peonadas, conciertos con la sanidad privada o apostando por la sanidad pública?
-Nuestra idea y nuestro compromiso es apostar por lo público. Y los profesionales también prefieren que los recursos que se destinen a las listas de espera vayan a lo público. Todos los modelos de peonadas tienen sus perversiones y se podrá volver a operar por las tardes siempre que se cumplan unos mínimos de intervenciones hechas por la mañana.
-¿Para cuándo el nuevo decreto de garantía de demora y en qué terminos? ¿Igual que el anterior? (Este decreto, derogado la pasada legislatura, permitía al usuario del IB-Salut acudir a la sanidad privada a cargo del primero siempre que esperara más de seis meses una intervención quirúrgica o más de dos meses una consulta con el especialista)
-Hasta que no sepamos la realidad de las listas de espera sería irreal hablar de cuándo vamos a recuperar este decreto. Es un proyecto a más largo plazo.
-Pero no descarta recuperarlo en esta legislatura...
-Sí, es una apuesta firme y trabajaremos intensamente durante estos cuatro años para recuperarlo.
-Hasta ahora solo me ha hablado de más gasto. ¿En qué partidas prevé ahorrar?
-La primera medida es conseguir una mejor financiación...
-Sí, pero esta es una vieja reivindicación que escuchamos siempre y no llega nunca. ¿Tienen un plan B?
-Sí, hay plan B. En primer lugar intentaremos evitar duplicidades, por ejemplo en pruebas diagnósticas. Evitar que si un paciente va a tres especialistas, cada uno le pida una analítica. También hay que mejorar mucho la información que tienen los profesionales para tomar sus decisiones. Esto quiere decir que si no sabemos el coste que implican nuestras decisiones, es imposible ser eficientes. Sería deseable que los médicos de Primaria, por ejemplo, supieran cada mes el coste que implica los medicamentos que prescriben, ya que el gasto en fármacos es el segundo más elevado del Servei de Salut tras el de personal. Por falta de información se solicitan muchísimas pruebas o se prescriben muchos medicamentos que tienen un coste muy elevado y se siguen pidiendo por ese desconocimiento. Por eso le pediré a mis gerentes que gestionen conforme a la evidencia igual que se hace con la práctica clínica. Y es que siento lo público como muy mío. Más mío que mi coche. Y cualquier decisión que se toma hoy condiciona el futuro. Seamos por tanto muy prudentes.
-¿Va a suspender el concierto que mantiene el IB-Salut con la Fundación Kovacs como prometió la presidenta Armengol antes de los comicios?
-Soy partidaria de evaluar todo lo que hacemos. Vamos a reforzar la dirección general de Planificación para que trabaje en la definición de la cartera de servicios de esta comunidad, porque estamos ofreciendo servicios que no están en nuestra cartera que es la obligatoria, la que fija el Sistema Nacional de Salud. Y queremos reforzarla. Y a partir de ahí, cuando vayamos evaluando todas las prestaciones, veremos si el concierto con Kovacs se mantiene o si se modifica. Hay profesionales que están a favor y otros en contra. No decidiremos nada antes de evaluar los resultados de su técnica y, desde luego sería un avance si el señor Kovacs la compartiera un poco más.
-Facultad de Medicina, ¿se va a hacer o no?
-Espero con todas mis fuerzas que sí. Están los cimientos y no me planteo no hacerla. Los vientos soplan a favor y en estos momentos hay profesionales elaborando un informe que antes del mes de agosto nos dirá qué es lo que necesitaremos para arrancar en el curso 2016-2017.
-Más tarde caducaría la autorización de la Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación (ANECA)...
-Sí, sería perder una oportunidad que los ciudadanos no se merecen perder.
-¿Todos los cursos o solo los últimos?
-Estamos recabando la opinión de varios colectivos.
-Dígame si fallo en esta quiniela: Catalina Vadell, gerente del hospital de Manacor, Soledad Gallardo, del de Inca, Xisco Marí para Son Llàtzer y Víctor Ribot para dirigir Son Espases.
-(Risas) Ahora mismo no están cesados ni Víctor Ribot ni Catalina Vadell. Respecto a los otros dos (los actuales gerentes de Inca, Rafael Marcote, y de Son Llàtzer, Xavier Feliu), desconozco si están cesados, es una cuestión de tiempos. Y no me parece oportuno hablar de futuros nombramientos si todavía no se ha producido el cese. Por respeto. Debemos cesar a las personas como nos gustaría que nos cesaran a nosotros.
-¿Le permitirá a su pareja que se inmiscuya en su trabajo o qué le dirá cuándo le reclame más presupuesto?
-En primer lugar, mi pareja no me pide más presupuesto, lo hace el director general del IB-Salut, que dirige la mayor empresa de Balears. Y quien piense que gestionar esta empresa lo puede hacer cualquiera, está muy equivocado.
-No ve entonces nepotismo en la elección de Juli Fuster.
-La gestión sanitaria, desgraciadamente, interesa a muy pocos profesionales. Y es cierto que aquí somos muy pocos los que nos dedicamos a la gestión sanitaria desde hace muchos años. No aparecemos de la nada para ocupar cargos públicos. Y yo quiero conmigo a los mejores. Y estoy segura que hay personas mejores que yo para ocupar el cargo de conseller.
