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Investigación en la Iglesia de Mallorca

El joven que denunció al exprior de Lluc relata a la juez el calvario que sufrió

El denunciante entrega los correos electrónicos que se cruzó con el sacerdote Antoni Vallespir para demostrar la veracidad de su relato

Vallespir podría salir libre gracias a la prescripción. m.m.

­El joven que hace tres meses denunció por abusos sexuales al entonces prior de Lluc, Antoni Vallespir, relató con todo tipo de detalle la traumática experiencia que padeció en su infancia, y más tarde en su adolescencia, por el contacto al que le sometió el religioso. El denunciante detalló este calvario a la juez Ana San José, la encargada de investigar la veracidad de los hechos. En la declaración, que se tomó hace varios días en los juzgados de Palma, asistió el fiscal Julio Cano y el abogado Jaime Campaner, que defiende al sacerdote. También estuvo presente una abogada de Barcelona, que asesora al denunciante, cuya declaración se realizó como testigo. El propio denunciante se había dirigido por escrito al juzgado, proponiendo desplazarse a Mallorca (en estos momentos reside en Madrid) para contar personalmente a la juez los hechos que estaba relatando.

El antiguo blauet del santuario contó a la juez unos hechos que se habrían cometido a principios de los años 90 cuando estuvo internado en la escolanía de Lluc. Unos abusos que después se habrían repetido cuando la víctima se trasladó a Palma y estuvo interno en el monasterio de Secar de la Real. En esa época Vallespir, al igual que ya había ocurrido en Lluc, representaba el papel de tutor del entonces estudiante. Y aprovechando esta cercanía con la víctima, según su denuncia, habría continuado abusando presuntamente del entonces menor, al igual que ya había hechos años antes en el santuario de Escorca.

Fuentes próximas a la investigación han señalado que el joven se mostró muy tranquilo durante su declaración. Contó con todo tipo de detalles los hechos que estaba describiendo, que antes de acudir a la comisaría para ponerlos en conocimiento de la Policía, denunció ante las autoridades eclesiásticas. El Obispado de Mallorca ha dado credibilidad a las acusaciones que hace el joven, ya que al día siguiente de presentarse la denuncia, se acordó el inmediato cese de Vallespir como máximo representante de la Iglesia en el santuario de Lluc.

Pero además de relatar cómo se desarrollaron los hechos, empezando desde que entró como blauet en Lluc y cómo después continuaron en Secar de la Real, el denunciante aportó una prueba clave. Se trata de las comunicaciones escritas que cruzó con Vallespir. Esta documentación ya la había entregado anteriormente ante la Policía de Barcelona.

En estos correos electrónicos, que datan del mes de septiembre de 2014, el joven acusa directamente a Vallespir de haber abusado sexualmente de él cuando era un niño, aprovechándose de su inocencia. El sacerdote contesta a este correo electrónico y viene a confesar su arrepentimiento. Vallespir le pide perdón “sinceramente” por lo ocurrido, confesando que en ese momento no era consciente del daño que le estaba haciendo al menor y reconoce que la situación se le fue de las manos.

El denunciante entregó también el segundo correo electrónico que se cruzó con Vallespir. En esta otra carta el religioso viene a reconocer de nuevo los hechos y se muestra arrepentido por el dolor causado. En su declaración el adolescente reconoció que hasta hace unos meses la relación con Vallespir era cordial, hasta el extremo de que le consideraba una persona muy próxima y que incluso le invitó a que asistiera a su enlace matrimonial. Explicó que había aprendido a aceptar la situación que había padecido durante su infancia y adolescencia.

Sin embargo, la situación cambio a raíz de una conversación que escuchó hace varias semanas. Un padre de un menor habló de que su hijo tenía contacto con Vallespir. El hombre llevaba más de una década guardando este secreto, pero que al escuchar este comentario decidió que ese menor no iba a padecer lo mismo que él sufrió. Por ello, buscó asesoramiento y decidió denunciar los hechos. Antes de ello el antiguo blauet ya había decidido cortar cualquier tipo de relación con el sacerdote. Vallespir ha negado, a través de su abogado, la veracidad del contenido de la denuncia.

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