De protestar y manifestarse frente al Consolat de Mar a ser recibidos en su estancia más importante por la presidenta de la comunidad autónoma. "Nunca habíamos pasado esta puerta", comentaba Joana Maria Mas, presidenta de la Asociación de Directores de Infantil y Primaria (ADIPMA), a la salida de la macroreunión que mantuvo ayer Francina Armengol con alrededor de una treintena de representantes de la comunidad educativa y que acabó con un aplauso.

Padres, sindicatos, directores, Assemblea de Docents, inspectores, Universitat, patronales... todos estuvieron presentes en la primera audiencia de Armengol como presidenta, un acto con el que el Govern quiso escenificar el fin del conflicto en el sector y el inicio de una nueva etapa. La socialista reiteró a los asistentes su "agradecimiento" tras "cuatro años de mucho sufrimiento".

Durante el encuentro, Armengol, junto al conseller Martí March y su equipo (incluyendo Maria Alorda, que será responsable de la dirección general de Formación Profesional y Formación del Profesorado y completa así el organigrama de Educación) anunciaron su intención de trabajar por un pacto por la educación, partiendo de la base del documento ya elaborado por la Plataforma Illes per un Pacte.

Según expuso Armengol, el conseller de Educación empezará la próxima semana a mantener reuniones bilaterales con las diferentes entidades que asistieron ayer al Consolat para ir analizando las distintas problemáticas de cada una, para marcar una hoja de ruta y también para trabajar por ese pacto social.

Una vez conseguido ese acuerdo social, la labor continuaría en el Parlament, ya que su idea, precisó March, es que el pacto sea "inclusivo" y sume a las otras fuerzas políticas "para garantizar estabilidad" al sector: "Queremos que todos los partidos renuncien a un mínimo para que llegue a firmarse, porque es algo bueno para la sociedad, para la comunidad y también para ellos, que podrían recuperar así la confianza de los ciudadanos, algo que los partidos necesitan".

Ese documento de base podría ser un paso previo a una ley de Educación propia de Balears, apuntó el catedrático, que no obstante señaló que también es importante la "micropolítica" educativa. En este sentido destacó que su objetivo es dar una autonomía significativa a los colegios e institutos y reducir el papel de la Administración al mínimo: "Queremos dar más poder a los centros, solo desde ahí podemos mejorar la educación".

Muchos de los asistentes salieron satisfechos del encuentro, pero también se mostraron cautos. Quien mejor describió la sensación predominante fue Vicente Rodrigo, presidente de la Federación de Asociaciones de Padres FAPA: "Es una ilusión prudente", apuntó, "ahora les tocará hacer realidad las buenas palabras en unas circustancias complicadas y nosotros trataremos de facilitar la tarea pero siempre con una actitud crítica y lo más leal posible hacia las familias".

Biel Caldentey, en nombre del STEI-i, expresó su confianza en que "se demuestren con hechos las buenas palabras". Indicó ser consciente de que habrá dificultades financieras debido al límite de déficit impuesto desde Madrid pero aún así le pidió a March que "afronte desde el realismo" los recortes sufridos por el sector y los revierta, ya que según recordó, la comunidad educativa no solo se movió por temas como el TIL o la ley de Símbolos -ya enterrados por Armengol- sino también por las condiciones sociolaborales del profesorado y los ajustes en becas, personal de atención a la diversidad...

Gloria Escudero, representante de CCOO, también valoró el acercamiento del Govern y abogó por un "diálogo real para lograr la paz social" mientras que FETE-UGT y ANPE también agradecieron el encuentro y confiaron en que tras las buenas intenciones ahora lleguen los hechos.

Guillem Barceló, portavoz de la Assemblea de Docents, se mostró "muy contento" ya que "se nos ha escuchado a todos". Expresó su confianza en que esta voluntad de entendimiento -la presidenta habló de "un diálogo sincero y abierto"- se mantenga durante la legislatura, que esta reunión no sea la última y que pronto se vean medidas.

Desde el sector concertado, tanto el sindicato USO como la patronal Escola Catòlica aplaudieron el cambio de talante.