Albert Moragues, como presidente de la federación independiente de taxistas de Balears, advirtió ayer del riesgo de que Mallorca quede inundada de coches de alquiler con conductor, lo que supondría la quiebra del mercado de taxis y autocares discrecionales. El problema parte de un vacío legal que se generó en 2009 por una reforma de la ley de Transportes y que fue corregido en 2013, pero que dio tiempo a una empresa de Madrid para que solicitara 260 autorizaciones para prestar el citado servicio de coches con conductor en las islas, que se sumarían a las 166 ya existentes. Ante la posibilidad de multiplicar esta flota, Moragues reconoció que su organización creó una sociedad limitada con la que reclamó a su vez 700 licencias de coche con conductor para Mallorca y 300 para Eivissa, de forma que se pueda plantear la amenaza de que la entrada de estos vehículos rompa no solo al sector del taxi, sino al conjunto de la actividad del transporte por carretera. Tras buscar una alianza con los taxistas de Caeb y los de la part forana, ahora se reclama una reunión con el Govern para arreglar esta situación e incluso negociar con la empresa madrileña para que no se instale en Balears.