La basura italiana y la irlandesa dejará de quemarse en la incineradora de Son Reus. No obstante, el Consell de Mallorca ya tiene pensada la solución para hacer rentables las instalaciones y que la tarifa de eliminación de residuos no se encarezca. Se traerá la basura de Menorca, de Eivissa y de Formentera a quemar en Mallorca. Así lo explicó ayer el nuevo presidente del Consell, Miquel Ensenyat, quien recordó que Europa exige que antes del 2018 no exista ningún vertedero en nuestra comunidad si se quiere seguir recibiendo ayudas ambientales. Menorca e Eivissa los tienen todavía en activo. Ensenyat realizó estas declaraciones después del encuentro que mantuvo con su antecesora, la popular María Salom, para realizar el traspaso de poderes de la institución insular.

El Partido Popular puso en marcha en 2012 una modificación del Plan Director de Residuos que permitía la importación de 200.000 toneladas anuales de residuos procedentes de fuera de España. Llegaba a la isla una vez realizado un tratamiento que la convertía en combustible sólido recuperado (CSR). El objetivo era que la empresa concesionaria de la incineradora, Tirme, pudiera sacar un beneficio con este servicio y se evitaba que los mallorquines tuvieran que ver incrementado su recibo de basuras. La oposición criticó duramente la importación de basura de Nápoles y de Irlanda, e incluso se tuvo que paralizar un contrato con otra región italiana porque el exportador italiano tenía relación con la mafia. Asimismo, el pasado invierno ya se quemaron en Mallorca unas 12.000 toneladas de desechos procedentes de Menorca.

Este año están autorizadas 82.000 toneladas entre Italia, Nápoles y Sabadell. El pacto de izquierdas se marcó como una de sus premisas paralizar la importación de los residuos italianos y los irlandeses. Y así lo anunció el propio president Ensenyat durante su toma de posesión el pasado sábado: "Lo importante era paralizar la aberración de la importación de residuos".

No obstante, el nuevo Consell se ha encontrado con que esta paralización podría provocar un incremento de la tarifa de forma inmediata, ya que la empresa concesionaria repercute el dinero que no recauda en incineración a las arcas públicas. Por ello, debe buscar soluciones y la más factible es traer hasta Mallorca la basura de las otras islas. Esta operación no es considerada como importación de basuras al ser dentro de una misma comunidad. Mediante esta fórmula se conseguiría cumplir la promesa de paralizar la llegada de basura de fuera de las islas y, al mismo tiempo, poder garantizar que la tarifa de incineración que pagan los ayuntamientos no se incrementará. Asimismo, tanto Més como el PSOE ya apoyaron la llegada de los residuos de Menorca el pasado invierno.

Miquel Ensenyat relató que el problema que más preocupa es la amenaza de Europa: "La Unión Europea ha ordenado que todas las comunidades deben tener cero vertederos en 2018. En caso de seguir vertiendo la basura pueden quitarnos los fondos europeos de ayudas ambientales. Ello sería un grave problema para Balears".

Las ayudas europeas al medio ambiente y a la agricultura pueden suponer más de 300 millones de euros anuales para Balears. De este dinero dependen tanto la supervivencia del campo isleño como de numerosos proyectos ambientales que se desarrollan en Balears. "Necesitamos -apuntó Ensenyat- encontrar una solución global a los residuos de todas las islas".

En Menorca ya tienen el vertedero de Es Milà completamente saturado y por ello deben trasladar la basura hasta Mallorca. Asimismo, en Eivissa cuentan también con el vertedero de Ca na Putxa en fase de saturación y el Consell d'Eivissa tiene proyectado la construcción de una plata de selección y tratamiento de la basura para poder ser trasladados. La pitiusa mayor también recibe la basura de Formentera.

Del transporte entre islas se debe hacer cargo el Govern y se espera poder conseguir ayudas de Madrid y de Bruselas. Eso sí, los menorquines y los ibicencos deberán pagar la tarifa que pagan los mallorquines y que asciende a unos 130 euros por tonelada. Una cantidad mucho más elevada de su coste actual para eliminar los residuos que generan.

Reclamar competencias

Por otra parte, el presidente del Consell de Mallorca también anunció que querían reclamar más competencias para la institución insular. En este sentido aseveró que "tenemos que repensar la institución". Ensenyat piensa reclamar competencias que pertenecen al Govern como Promoción y Ordenación Turística, Juventud, Agricultura y Transporte Terrestre porque creen que "cada isla tiene unas características singulares y un mercado diferente, y desde un gobierno insular las regulaciones tendrán una mayor incidencia".

De igual modo, recordó que en el caso de Agricultura tanto los consells de Menorca como el de Eivissa ya gestionan sus competencias. "No tiene sentido que el Govern tenga unas competencias solo por Mallorca", aseveró Ensenyat.

La presidenta saliente, María Salom, indicó que el traspaso de poderes se había realizado con total normalidad y que ha dado orden a los consellers salientes de que se pongan a disposición de los nuevos titulares de departamento que hoy toman posesión.