En el año 2005 era tanto el dinero que manejaba el Consell de Mallorca que incluso se tramitaban contratos públicos que no eran necesarios, salvo para gastar el presupuesto que no se había gastado. Así se hacía en el departamento de Cooperación Local, según resaltó ayer la responsable técnica, que señaló que se compraron sillas, pero bien se pudieron comprar camisetas o bolígrafos.

El tribunal no ha escuchado todavía el testimonio de Catalina Julve, que mantiene que es inocente y justifica que si bien autorizó este contrato amañado, fue por su inexperiencia y porque precisamente la secretaria técnica le indicó que todo era correcto y que se trataba de un expediente autorizado por su antecesor, el fallecido Miquel Riera. Julve sostendrá también que no tuvo ningún interés en beneficiar a Simón Galmés, pese a que eran del mismo pueblo y del mismo partido. De hecho, fue ella quien le destituyó de tesorero cuando asumió la presidencia del partido tras la muerte de Riera. La exconsellera, que no ha aceptado el pacto que le ofrecía el fiscal porque mantiene que es inocente y quiere demostrarlo, mantiene un enfrentamiento con Coloma Castañer. De hecho, interpreta que está intentando implicarla en este contrato amañado para apartarse ella de las responsabilidades que le exigen.