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IX legislatura

El Govern tendrá 250 millones más en 2016 por la mejoría económica

De las arcas del Gobierno central y del modelo de financiación llegarán 180 millones adicionales a las islas

El nuevo Ejecutivo autonómico, el día de su estreno, el pasado viernes. M. M.

El nuevo equipo de Hacienda nuevo equipo de Haciendase estrena con la mejor noticia que ha llegado a la sede de la Conselleria desde que empezó la crisis allá por el 2008: los ingresos públicos autonómicos aumentarán con tanta fuerza el año que viene que batirán récords. Lo confirman en fuentes del Ministerio de Hacienda, en el que hablan de un regreso a la situación previa al estallido financiero, que permitirá al Estado poner a disposición de las autonomías entre 10.000 y 12.000 millones de euros adicionales. Balears ingresará así cerca de 180 millones de euros más del sistema de redistribución estatal, que aportaría al presupuesto de la comunidad casi 2.200 millones, la mayor cifra de la historia, en una autonomía que sigue sintiéndose maltratada por el modelo de financiación regional. A ese incremento se unirá el previsto en los tributos propios, más de 70 millones adicionales. En total, el avance en la recaudación rondará los 250 millones.

"Es efecto de la reactivación económica", explican desde Madrid, aludiendo a los aumentos de recaudación que se derivan de la mayor actividad económica. A las mismas causas apuntan en el equipo de Hacienda saliente, liderado por el ya exconseller José Vicente Marí. Esa mejoría económica y de la recaudación hará que el Gobierno central, tradicionalmente rápido a la hora de recortar la dotación cuando la crisis asoma y exageradamente lento cuando se trata de compartir bonanza, eleva en esos 180 millones citados los adelantos a cuenta del sistema de financiación.

La cifra definitiva se conocerá en el Consejo de Política Fiscal y Financiera que se celebrará a finales de esta semana o principios de la próxima. Y con esos mimbres los nuevos equipos de Hacienda de los gobiernos regionales salidos de las elecciones de mayo podrán empezar a tejer las cuentas de 2016. Que en el caso de Balears suponen un reto de primera: la comunidad, que cerró 2014 gastando 458 millones más de los que ingresó (un 1,7% de déficit, en relación al PIB balear), debe reducir esa brecha el año que viene a apenas 90 millones (el 0,3%). Eso le exige a la nueva consellera del Govern Armengol, Catalina Cladera, recortar 368 millones en un solo año, algo así como cerrar la mitad de los colegios de las islas o la mitad de los hospitales. Demasiado. Y más cuando el acuerdo entre PSOE, Més y Podemos promete lo contrario: contratar a los sanitarios y profesores liquidados en tiempos de Bauzá (2.225 profesionales, que cuestan unos 80 millones por año).

Impuestos propios

De ahí la importancia de la mejoría económica. Y de su efecto en la recaudación pública. Que no afecta solo a los tributos compartidos con el Estado (los que llegan a través del sistema de financiación, como el IVA o el IRPF): los impuestos propios de Balears también está mejorando. Los dos más importantes lo dejan claro: tanto el de Transmisiones Patrimoniales como el de Actos Jurídicos están elevando su captación de recursos este año por encima del 20%, tasa incluso superior al 14% que previó el anterior equipo económico (al que los hoy gobernantes atacaron por ser excesivamente optimista). El caso es que esa mejoría en los ingresos de ambos tributos, que el año pasado aportaron 357 millones, repercutiría en las cuentas con más de 70 millones adicionales (de seguir el ritmo de mejoría de lo que va de año). Y algo parecido, aunque a un ritmo más moderado, sucede con la recaudación por tasas.

O resumido: si se mantiene la tendencia, el nuevo Govern manejará en 2016 unos ingresos tributarios por primera vez cercanos a los 3.000 millones de euros. Muchos. Concretamente mil millones más que los que manejó el último conseller socialista del Govern, Carles Manera, allá por 2011, en el último año del Pacto de Progrés liderado por Antich. Entonces solo entraron 2.054 millones, que llevaron a Manera a asegurar que el déficit disparatado que legaba era fruto de un desplome brutal de los ingresos por efecto de la crisis. También dejaba en herencia un modelo de financiación que ha aportado 400 millones adicionales al año al equipo de Bauzá. La consellera Cladera será ahora la primera gestora de la izquierda que se beneficia de la mejora lograda por su partido hace ya seis años.

Nuevos tributos

Y aún así no lo tendrá nada fácil. Los 180 millones adicionales del Estado y los alrededor de 70 más que aportarán los tributos propios llevarán los ingresos a máximos, sí, pero por el camino hay que reducir déficit. Ya no vale cerrar el año gastando 458 millones más de los que se ingresan como en 2014 con Bauzá. O 1.313 millones más, como el agujero presupuestario del último año de Antich (2011). En 2016 el objetivo son 90 millones de desfase máximo. Con lo que hay que reducir el agujero en eso 368 citados. Tantos como recortó Bauzá en cuatro ejercicios de extenuación por exceso casi sádico de tijera .Solo que en un solo año, en vez de en cuatro. Casi 250 vendrán del lado de los ingresos. Pero seguirán faltando más de 150 millones. ¿Recortes? Pues no. El plan del nuevo Govern pasa por nuevos tributos. Concretamente, una ecotasa o impuesto turístico (hasta 100 millones de aportación) y algún otro tributo de corte ambiental.

Gastos y promesas

Y sigue sin bastar, porque el nuevo Govern ha prometido medidas como una renta mínima que, según ellos mismos, cuesta 60 millones al año, o la recuperación de personal docente sanitario (otros 80 millones). ¿Es consciente de ello la nueva consellera? Pues está aterrizando, aunque le va a costar. El viernes aún no tenía ni director general de presupuestos, la silla caliente de su consellería, la que nadie quiere: quien la ocupe será el encargado de lidiar con tres partidos y sus respectivos líderes y cargos electos para convencerles de lo que es un hecho, que la caja está al límite. Con más ingresos que nunca, sí, pero más exigida que nunca por compromisos de gasto elevados y limitaciones de dureza sin precedentes impuesta desde Bruselas y, sobre todo, desde Madrid.

Que esa es otra de las misiones de Cladera en los próximos días. La cita es en el Consejo de Política Fiscal y Financiera. De allí saldrá en unos días el reparto de los objetivos de déficit, que tanto con el Gobierno Rajoy como antes con el de Zapatero se ha hecho siempre del mismo modo: el ajuste se hace sobre todo en las autonomías, condenadas a un déficit máximo mucho más restrictivo que el de la administración estatal, y eso que son las regiones y sus gobiernos las que gestionan y pagan la educación, la sanidad y los servicios sociales. "Eso no va a cambiar, como tampoco van a aceptar modificar sustancialmente los objetivos de déficit", explican en el equipo de Hacienda de Bauzá. Lo confirman tanto en Madrid como en círculos fiscales, en los que dan por descontado que los recortes seguirán siendo forzosos.

Dinero barato

Al menos si se quiere disfrutar de la financiación a coste cero del Estado. Que es clave. Un dato lo deja claro. En 2011, Balears pagaba por financiar su deuda un tipo de interés medio del 3,77%, que se elevó al 4,51% en 2012. En el último año los intereses fueron solo del 1,3%. Bajísimos. Algo atribuible a los fondos de rescate autonómico activados por el Gobierno Rajoy, que adelanta a coste cero el dinero que antes había que pedir a los bancos. Pero a cambio de cumplir con los objetivos de déficit. Si no se hace, el dinero barato deja de fluir. O con eso ha amenazado el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, que pondrá a disposición de las autonomías un montante récord en 2016 (cerca de 100.000 millones, frente a los 84.000 de este año), pero promete a cambio ser más exigente que nunca.

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