­Tras jurar o prometer sus cargos en el patio del Consolat de la Mar y antes de escenificar el tradicional traspaso de carteras, los nuevos consellers marcaron las que serán sus líneas rojas en este comienzo legislatura. Unas promesas que no pueden dejar de cumplir como la implantación de un nuevo impuesto turístico finalista o la definición de una normativa lingüística clara y flexible que, entre otras consecuencias, evitará tener seguir que escuchando el artículo salat en los informativos de la radiotelevisión autonómica.

Así, Biel Barceló, vicepresidente del Govern y conseller de Innovación, Investigación y Turismo, comprometió que sus esfuerzos iniciales estarán dedicados a diseñar e implantar un impuesto turístico que permita hacer inversiones para modernizar la oferta de las islas.

"No correremos para hacer las cosas mal", puntualizó Barceló, que recordó que el acuerdo de gobernabilidad entre PSIB, Més y Podemos contempla que el impuesto turístico no recaerá sobre los residentes, lo pagarán usuarios de todo tipo de alojamientos y se negociará con todos los sectores afectados. "Muchos destinos están apostando por reinvertir en producto turístico, en medio ambiente, en innovación, y no podemos quedarnos atrás", dijo.

También aseguró Barceló que promoverá la reforma de la Ley General de Turismo en sus "aspectos más desreguladores", porque es una norma centrada en cuestiones turísticas que "olvida toda una serie de aspectos de producto turístico".

El nuevo conseller de Educación y Universidad, Martí March, defendió por su parte la necesidad de "una normativa lingüística clara y flexible" en Balears, a partir del Decreto de Mínimos, que permita a los centros elaborar un proyecto lingüístico que se ajuste a sus características.

En el ámbito lingüístico, el nuevo conseller se marcó como objetivo que los estudiantes finalicen la educación obligatoria con "un conocimiento lo mejor posible del catalán y el castellano" y defendió que el catalán, como lengua propia, "sea más importante en la enseñanza a nivel de lengua vehicular". También expresó su interés en que los alumnos "no solo hablen mejor catalán y castellano, sino también que una tercera lengua se imponga, pero de otra manera".

Abrir el diálogo efectivo con la comunidad educativa, trabajar para que el inicio de curso sea normal, en pro de un pacto educativo que dé estabilidad al sistema ante cambios políticos y llegar a acuerdos con la UIB, fueron otras de las prioridades que se marcó el sustituto de Núria Riera.

También la nueva consellera de Participación, Transparencia y Cultura, Esperança Camps, que acudió junto a March a recibir la cartera de su antecesora en un traspaso en el que la tercera consellera de la pasada legislatura les deseó "mucha suerte", aludió al tema lingüístico en sus primeras declaraciones al anunciar que una de las primeras medidas que adoptará será devolver al ente público IB3 el modelo lingüístico definido por la UIB. "IB3 debe ser un vehículo de normalización lingüística", recalcó Camps, que subrayó asimismo que los únicos criterios que deben regir la actuación del ente público son los periodísticos: "El poder político debe quitar sus manos de IB3", reclamó.

El traspaso de carteras entre Joaquín García y Iago Negueruela contó con su particular coro de plañideras: cuatro secretarias personales del conseller de Trabajo saliente no pudieron reprimir las lágrimas por el adiós.

García aconsejó a los responsables entrantes que disfrutaran del sábado y el domingo, "porque son días muy bonitos y porque a partir del lunes ya veréis lo que os espera", les advirtió a lo que Negueruela, que ya ejerció labores de gestión en el último Pacto de Progreso, le contrapuso: "Ya sabemos lo que nos viene encima". Pequeño rifirrafe que no evitó que los dos equipos económicos se intercambiaran teléfonos.

Antes, en el Consolat, el nuevo responsable de Trabajo, Comercio e Industria prometió que una de las primeras medidas que desarrollará será un plan de lucha contra la explotación laboral y sus prioridades serán los desempleados, sobre todo los de larga duración, así como la recuperación de derechos laborales.

Patricia Gómez, consellera de Salud, tras bromear con Sansaloni sobre lo mucho que pesaba la cartera que el dirigente saliente acababa de dejar en sus manos, volvió a reiterar lo que antes había afirmado en el Consolat: que su pareja, Juli Fuster, es la persona más idónea para dirigir el Servei de Salut. "La relación profesional estará por encima de la personal", prometió.

Gómez, tal y como le había aconsejado Sansaloni minutos antes, cuando le emplazó a rodearse de un cohesionado equipo de colaboradores y a escuchar a los profesionales sanitarios, se definió como "una persona prudente que sabe escuchar para saber cuál es la realidad". Por ello dijo que tendrá en cuenta la carta firmada por todos los jefes de servicio de Son Espases pidiendo la continuidad de Víctor Ribot al frente del hospital "por el consenso alcanzado, algo no muy frecuente. Todavía no he decidido nada sobre ninguna de las gerencias de los hospitales pero para elegir a sus responsables tendré en cuenta dos variables: su eficiencia y sus resultados en salud", adelantó Gómez antes de concluir con otra declaración de intenciones: "Pretendo poner a las personas por encima de las cifras de déficit".

De déficit también habló la nueva responsable de Hacienda y Administraciones Públicas, Catalina Cladera, que anunció tras su toma de posesión que pedirá al Ejecutivo central que incremente el techo de déficit para este año, fijado en el 0,7 % del PIB, y que se fijó como "máxima prioridad" una mejora de la financiación para tener más recursos para Balears y poder dar así una mejor prestación de servicios públicos. También dijo que reclamará la paralización del REB pactado poco antes de las elecciones por Bauzá y Rajoy y que perfilará reformas fiscales para que paguen más impuestos quien más tiene.

Sobre la necesidad de mejorar la financiación también se pronunció la consellera de Servicios Sociales y Cooperación, Fina santiago, que advirtió que si no llegan más fondos "no se podrán mejorar los servicios públicos".

Santiago, que reveló que su antecesora, Sandra Fernández se llevó la cartera de Familia y Serveis Socials como recuerdo porque ella misma se la ofreció al no poderla reciclar por el cambio de designación del departamento, explicó que sus prioridades son poner en marcha una renta mínima garantizada para las personas con menos recursos, mejorar la atención de las personas con dolencias mentales con la creación de viviendas tuteladas y centros de día y favorecer la integración de "jóvenes extutelados".

Biel Company traspasó su macrocartera a dos consellers, Vicenç Vidal, que pasará a llevar Medio Ambiente, Agricultura y Pesca, y a Joan Boned, que asumirá Territorio, Energía y Movilidad, con una profética advertencia: "Cada uno se tiene que equivocar defendiendo sus ideas".

Antes, Vidal prometió revisar la Ley Agraria para expurgarla de aquellos "aspectos urbanísticos" que puedan ir contra el sector, mientras que Boned hará lo propio con la Ley del Suelo, aseguró el conseller ibicenco, que prometió asimismo prestar atención prioritaria a los problemas de vivienda.

Por último, el menorquín Marc Pons, conseller de Presidencia y portavoz del Govern, admitió que el nuevo bipartito con apoyo parlamentario de Podemos requerirá de "un gran esfuerzo de diálogo para mantener la cohesión. Soy muy consciente de que la política es encontrar espacios de acuerdo y no hacer exactamente lo que uno quiere".