"Me tiembla todo el cuerpo", afirmó Francina Armengol desde la tribuna del hemiciclo minutos antes de convertirse, ayer, en la primera mujer que preside el Govern de las Illes Balears. La candidata del PSOE fue elegida por 34 votos a favor, 22 en contra (20 del PP y dos de Ciudadanos) y tres abstenciones de los regionalistas de El Pi (Proposta per les Illes). Toda la izquierda parlamentaria apoyó la investidura de la socialista, que obtuvo los 14 votos de su grupo, los diez de Podemos, los nueve de Més y el de la diputada de Gent per Formentera (GxF), Sílvia Tur.

Finalmente no hubo sorpresas y todos los diputados de Podemos secundaron el nombramiento de la política socialista, después del amago hecho días antes de votar solo seis a favor y abstenerse los otros cuatro. El acuerdo in extremis alcanzado el lunes para rebajar los sueldos en el Parlament evitó que Armengol saliera elegida por 30 votos, la mayoría absoluta justa.

A pesar de este apoyo de Podemos, el líder de la formación, Alberto Jarabo, que ayer se estrenó como orador parlamentario, advirtió a la nueva presidenta de que "no se lleve a engaño", ya que el voto afirmativo de su partido a la investidura como presidenta no equivale a "un cheque en blanco" para toda la legislatura. Con todo, en la réplica Jarabo se mostró más conciliador ante al talante de diálogo mostrado por Armengol: "Si usted hace este discurso, nos entenderemos normalmente".

La elección de esta licenciada en Farmacia, de 43 años y nacida en Inca, pone fin formalmente al Govern de José Ramón Bauzá, que estuvo presente en toda la sesión aunque delegó su discurso en la portavoz de su grupo, Marga Prohens, al no considerarse "la persona más adecuada" para pronunciarlo, dadas las circunstancias vividas dentro de su partido.

Retraso por la firma del Rey

Armengol no podrá tomar posesión de su cargo como presidenta del Govern hasta mañana a las 19.30 horas en el patio del Consolat, ya que el rey Felipe VI se encontraba de viaje oficial en México y debe firmar hoy el Real decreto de nombramiento, por lo que saldrá publicado mañana en el Boletín Oficial de Estado.

La demora también ha provocado que mientras tanto los consellers del Govern sean todavía los del PP en funciones, hasta que el viernes por la mañana puedan tomar posesión los diez nuevos del PSOE y Més, integrantes del nuevo Ejecutivo.

"Me siento muy orgullosa de ser la primera mujer que preside las Illes Balears", recalcó Armengol una vez terminada la votación, asegurando que se "dejará la piel" en su nueva tarea política. Es el segundo cargo más importante que ocupa, después de que ya fuera presidenta del Consell de Mallorca entre 2007 y 2011. "Quiero gobernar esta Comunidad Autónoma con lealtad a los ciudadanos", puso el acento Armengol en sus últimas palabras como candidata rasa.

El PP, que pese a su descalabro electoral sigue siendo la fuerza con más escaños de la Cámara, votó en contra de la socialista acusándola de escorar el nuevo Ejecutivo "hacia los extremismos", así como de "iniciar una aventura que no se sabe hacia dónde llevará", en clara alusión al pacto con Podemos. Por su parte, Jaume Font, de El Pi, justificó las tres abstenciones de su grupo parlamentario como "un voto de confianza" hacia la nueva presidenta.

Armengol había cerrado el debate de investidura con un compromiso: "Me dejaré la piel para trabajar intensamente por los ciudadanos, desde mis principios y valores pero pensando en todos", con "independencia de lo que votaron el 24 de mayo". La líder socialista aprovechó su réplica a la portavoz parlamentaria del PSOE, Pilar Costa, para lanzar sus últimos mensajes, en los que apostó de nuevo por el "diálogo y consenso", palabras que había repetido en todas sus respuestas a los distintos grupos parlamentarios. "Soy una mujer de izquierdas que quiere gobernar desde el diálogo", insistió tras afirmar que trabajará en defensa de Balears "con pasión y desde el diálogo y la capacidad de consenso", ya que desea que "los ciudadanos crean de nuevo en las instituciones y en la política".

La segunda jornada del debate de investidura había comenzado con la intervención de la portavoz popular, Marga Prohens, quien acusó a la dirigente socialista de escorarse hacia "los extremismos" al pactar con Més y Podemos. Armengol insistió en que los ciudadanos votaron en las pasadas elecciones a favor de un "claro giro a la izquierda" y de una forma de gobernar que no fuera "desde la imposición" que ha sido la marca del Ejecutivo del popular José Ramon Bauzá. "Quiero gobernar desde el diálogo, no desde el enfrentamiento y la persecución", insistió.

Ante las críticas de la portavoz parlamentaria popular de haber caído en manos de la radicalidad, replicó que para ella "lo radical" es quitar 20.000 tarjetas sanitarias a los inmigrantes sin papeles o "no escuchar a los 100.000 ciudadanos" que salieron a la calle para protestar por la política educativa del Govern de Bauzá, como ocurrió en la pasada legislatura.

Además, se mostró de acuerdo con suprimir los aforamientos para los diputados, como planteó Prohens, y recordó que es una de las cuestiones defendidas por PSOE, Podemos y Més, a la vez que reprochó a los populares que propongan ahora esta medida cuando no solo no lo han hecho en la legislatura que acaba de terminar sino que incluso votaron en contra de la misma. Además, sostuvo que, a diferencia de Bauzá con el PSOE, ella estará abierta al diálogo con el PP, al que pidió su apoyo para cuestiones "urgentes", en especial aquellas de carácter económico que dependen del Gobierno central.

Junto a ello, rechazó que el pacto con Més y Podemos sea un "reparto de sillas", como había afirmado Prohens, ya que nace "con mucha ilusión" y "no es justo con la realidad que se vive en la Comunidad Autónoma" que alguien haga está acusación a los partidos que han alcanzado un acuerdo de gobernabilidad.

Precisamente uno de ellos, Podemos, era el que planteaba la mayor dificultad para Armengol al enfrentarse en el debate. El discurso del líder del partido de los círculos, Albert Jarabo, repleto de reproches y advertencias, fue recibido por la dirigente socialista con calma, un lenguaje conciliador y tendiendo constantemente la mano. "Le agradezco que no me de un cheque en blanco porque quiero presidir un Govern que rinda cuentas", dijo a Jarabo. Añadió que "es lógico" que existan reservas por parte de Podemos ya que "comenzamos a hacer un camino juntos y se han de ir creando complicidades y confianzas y es bueno que en política y democracia sea así".

"Si nos alejamos de nuestros compromisos, avísenos ya que queremos cumplir con la palabra dada", dijo a Jarabo insistiendo en que ella "rendirá cuentas" y si se equivoca, rectificará. Entre los anuncios que efectuó, estuvo la ampliación del Parque Nacional de Cabrera y la promesa de que los conciertos educativos con centros que "segregan" por géneros "serán anulados", en referencia a los de los colegios del Opus del ParcBIT, una cuestión por la que le había preguntado Jarabo.

En cuanto a la ecotasa, afirmó que el impuesto turístico será finalista y consensuado con el sector, una cuestión que le había planteado Jaume Font (El Pi), al que además garantizó que se recuperará el decreto de mínimos en la educación pública "lo más rápido posible".

Precisamente la cuestión lingüística fue uno de los asuntos que destacó Xavier Pericay (Ciudadanos) quien sostuvo que el nuevo Govern quiere "la inmersión obligatoria en catalán" , lo que demuestra a su juicio que Armengol "se ha dejado llevar por los radicales" en lo que se refiere a la educación. "Lo que queremos es volver a la normalidad", replicó la líder socialista quien pidió a Pericay que no "dramatice" con este asunto para utilizar la lengua propia como arma arrojadiza por intereses políticos.