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Economía

El zombi cultural y la fuerza de los alimentos

Las ventas del comercio mallorquín presentan crecimientos moderados, que se mueven entre el 1,5% y el 2%

El sector comercial de la alimentación es uno de los que mejor ha resistido la crisis. B. Ramon

El comercio mallorquín también aparece ya entre los beneficiados de la reactivación del consumo local, aunque en su caso con tasas de crecimiento en su facturación muy moderadas y que se cifran entre un 1,5% y un 2% en relación al pasado año. Además, en este caso las alegrías van por barrios, y frente a la fortaleza que sigue mostrando la demanda en los establecimientos de alimentación, se apunta el estancamiento de segmentos como la imagen y el sonido o la caída en barrena de los productos culturales, sector este último que ya recibe el calificativo de zombi.

En un punto coinciden los representantes tanto de las grandes superficies comerciales como del comercio tradicional: los mallorquines están perdiendo poco a poco el miedo al futuro y comienzan a animarse a gastar más allá de la adquisición de los productos de primera necesidad. Sin embargo, hay una diferencia importate en relación a lo que sucedía en 2005 o 2006: ha desaparecido el ´consumo por impulso´ y ahora lo que prima es el ´consumo de reposición´. Es decir, ya no compramos cosas que en realidad no necesitamos por el simple hecho de que nos gustan, y ahora solo buscamos aquello a lo que estamos obligados por deterioro de lo anterior. En palabras de un comerciante, "nos compramos una camisa blanca nueva cuando la que tenemos ya amarillea, o una nevera cuando la vieja se nos ha caído a pedazos".

Evolución por segmentos

Un aspecto a tener en cuenta es que a diferencia de los sectores más vinculados al ocio, muchos de los productos del comercio entran en la categoría de ´primera necesidad´, lo que ha supuesto descensos durante la crisis mucho más moderados y, consecuentemente, tasas de reactivación mucho menos espectaculares que las que se pueden estar registrando en otros ámbitos.

Por ello, la mayor fortaleza se asigna claramente al sector de la alimentación. No solo ha sido la que mejor ha resistido la crisis, sino que además es la que primero ha empezado a crecer, de forma moderada pero firme, de ahí que el porcentaje de mejoría del último año se sitúe aquí en torno al 2%, según apunta el portavoz de las grandes empresas de distribución de las islas, Francisco García.

Hay otro segmento del comercio que está manteniendo una fortaleza igualmente destacable: el de la informática y los gadgets. No se trata solo de que disfrute de una clientela enormemente fiel y pendiente de la menor novedad (como lo demuestra que uno de los productos más demandados durante la pasada campaña navideña fueran los ´palos de los selfies´), sino que además se ha beneficiado de un cambio en las prioridades de muchos consumidores, tal y como señala el presidente de la patronal del comercio tradicional Pimeco, Bernat Coll: ahora para muchos es más importante contar con un smartphone que con unos pantalones o una camisa nueva.

Aunque con menor impulso, hay otros segmentos del comercio que también comienzan a ver la luz al final del túnel. Y uno de ellos es el de la moda y complementos. Se insiste en que impera la mentalidad del consumo de reposición, pero se detecta también una ligera reactivación de las compras, aunque siempre bajo el prisma del precio. Según se apunta desde una conocida firma comercial, quizás el punto débil durante los últimos meses ha sido el segmento de la moda juvenil, especialmente la masculina, algo que se achaca en parte a los bajos salarios con los que muchos de estos clientes acceden al mercado laboral.

La ayuda de la vivienda

Otro grupo que mejora es el del comercio relacionado con los electrodomésticos, un hecho que se vincula a la reactivación que comienza a detectarse en la adquisición de viviendas de segunda mano. A ello se añade el que se trata de aparatos cuya vida útil se ha querido aprovechar al máximo durante la crisis, y cuya sustitución ya no se puede prolongar por más tiempo en muchos de ellos.

Este dato contrasta con la ausencia de incrementos en las ventas de imagen y sonido, aunque aquí hay una explicación muy simple: la celebración el año pasado del Mundial de Fútbol en Brasil llevo a muchos hogares a renovar sus televisores, lo que en ese momento conllevó una más que apreciable alza en las ventas. Eso implica que se trata de aparatos recien renovados.

El peor balance se hace en lo relativo al comercio de productos culturales, como música, libros y películas, al que se denomina sector zombie porque en su peso en la facturación es ya mínimo y cada vez ocupa peores lugares y menos espacio dentro de las grandes superficies.

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