­La cadena hotelera mallorquina Riu informó ayer de que todavía continúan en estado grave seis de los heridos en el atentado del pasado viernes en uno de sus hoteles en la localidad tunecina de Susa, en el que murieron al menos 39 personas. En la compañía aseguran que están en contacto permanente con los hospitales de la zona para conocer el estado de los heridos que aún se encuentran ingresados. Precisan además que el número de hospitalizados desciende, pero aún seis de los al menos 36 heridos en el atentado se encuentran en estado grave.

La empresa, junto a las agencias de viajes y turoperadores, ofrece también apoyo psicológico y las atenciones que requieren las víctimas y familiares, según añade. Riu dice que actúa de forma coordinada y permanente con las autoridades tunecinas "para todo lo que puedan necesitar para la investigación y la delicada labor de identificación de las víctimas".

Medio centenar de personas continúan alejadas en el hotel Imperial Marhaba de Susa, atacado el pasado viernes, detalla el hotel, a pesar de que la mayoría ha preferido regresar a sus países.

Ayer regresaba también un grupo de españoles, que a su llegada lamentaban que dejan atrás un país "desolado" por el atentado yihadista del pasado viernes, ya que es un pueblo pacífico que teme perder su fuente de ingresos por el turismo. En declaraciones tras aterrizar en el aeropuerto de El Prat de Barcelona, Fernando, que pasó la última semana trabajando en Túnez, comentó que los tunecinos están "consternados" por la situación en la que queda su país, tras el atentado del viernes.

Cancelaciones

El turismo es una de las principales fuentes de ingresos de Túnez, por lo que los tunecinos temen que el atentado cause una desbandada de turistas, según Fernando. Y los datos de los touroperadores y las agencias de viajes apuntan justo a eso: a una estampida de turistas que están en el país, a la que se une el efecto continuado de una ola de cancelaciones de reservas que empezó el mismo viernes, horas después del atentado.

En la misma línea, Isabel, una española residente en Túnez, ha insistido que los tunecinos son gente pacífica y muy tranquila, que ahora están muy preocupados por la incidencia que puede tener el atentado en el turismo. "Lo que quieren los terroristas es que la gente tenga miedo", indicó.

Y lo han conseguido. Aunque en Europa ya se trabaja por mejorar la seguridad. Ayer mismo, Reino Unido envió a un equipo de expertos a Túnez para evaluar las medidas de seguridad adoptadas en los complejos turísticos del país, tras el atentado del viernes, informó la titular británica de Interior, Theresa May. El ministerio de Exteriores ha actualizado su asesoramiento sobre los viajes a Túnez y ha advertido de la posibilidad de más ataques, por lo que pide a los británicos que mantengan la vigilancia.