­Aguanta el pulso, pero el ultimátum se mantiene. José Ramón Bauzá agota el plazo de 48 horas que el martes le dieron los sublevados de su partido para que dimitiera y no tener que echarlo. En una jornada de infarto en el PP balear, el todavía presidente movió sin éxito ayer cielo y tierra para lograr una prórroga hasta septiembre y desactivar la conjura de esta noche que exigirá su cabeza.

Bauzá llamó a capítulo a sus dos consellers insurrectos, Biel Company y Martí Sansaloni, con los que mantuvo tensas reuniones y se cruzó duros reproches. Pidió auxilio a los ´rodriguistas´ -su único puntal-, y también a la dirección del PP estatal, que entre otros telefoneó a Biel Cañellas para pedirle que detuviera la rebelión: "Yo ya no mando, no puedo parar nada", se despachó con su sorna habitual el padre fundador, que supervisa toda la ofensiva desde la sombra.

Madrid ve bien que Bauzá no continúe, pero ayer intervino directamente porque rechaza que se someta a un linchamiento público a su dirigente en las islas; preferiría una sucesión ordenada, lo mismo que José María Rodríguez, que ha pedido a los concejales del PP en Cort que no secunden la revuelta. "Ha llevado al partido al límite", reaccionan los insurrectos.

Tras horas de esfuerzo e infinitas gestiones, finalmente Bauzá no logró neutralizar a los sublevados, que mantienen la convocatoria para esta tarde a las 19 horas en un restaurante de Algaida con un centenar de cargos electos de todas las islas. Les darán a firmar un manifiesto exigiendo la dimisión de Bauzá por el bien del PP balear. "Me sabe mal por ti, pero lo mejor para el bien partido es que te vayas", tuvo que escuchar ayer el presidente en funciones del PP y del Govern por boca de varios populares.

"El 95% del partido en Mallorca está con nosotros", aseguraron ayer los opositores, que señalan que también cuentan con el apoyo mayoritario en Eivissa, mientras que en Menorca hay más división. Los alcaldes populares de los municipios ibicencos de Santa Eulària, Vicent Marí, y de Sant Joan, Antoni Marí, le reclamaron ayer públicamente su dimisión inmediata: "Su salida más elegante es que se vaya cuanto antes mejor".

"Como un gato panza arriba"

"Bauzá lleva desde el día de las elecciones atrincherado en el Consolat y ahora intenta defenderse como gato panza arriba", señaló ayer uno de los sublevados. Recuerda que con él de candidato el PP ha perdido quince diputados y ha pasado a la oposición prácticamente en toda Balears. Ante esta situación, Bauzá "solo tiene dos salidas: irse a su casa o dimitir ya del partido y marcharse de senador autonómico", remachó.

Los díscolos mantienen el órdago a Bauzá, se sienten fuertes para tumbarle hoy mismo y dar un giro radical al PP balear. Los ´bauzanistas´ les recriminan su "crueldad" con el líder derrotado en las urnas, y que le estén vetando "una salida digna". Ellos rebaten que están "hartos" de que Bauzá les engañe y se atrinchere en el poder.

El Consolat trató ayer de que los díscolos se reunieran con tres intermediarios para encontrar una solución a la grave crisis: Rodríguez, Miquel Vidal (secretario general del PP balear), y Jeroni Salom (presidente del PP de Mallorca). El grupo encabezado por Company, Sansaloni, Mateo Isern, Pere Rotger y María Salom, entre otros, lo rechazó porque solo querían negociar con el propio Bauzá, y no con personas interpuestas.

La propuesta que les quería trasladar el aún presidente a través de sus mediadores era que le permitieran irse de senador autonómico y a la vez quedarse al frente del PP hasta principios de septiembre, antes de reanudarse el periodo de sesiones en el Parlamento (que él ya no empezaría). Si entonces Madrid no había autorizado el prometido congreso extraordinario para elegir a su sustituto, Bauzá dimitiría de su cargo en el partido.

Desde la calle Génova -sede central del PP madrileño- intervinieron ayer fuertemente para convencer a los críticos de que desconvocaran la revuelta de esta tarde, con el compromiso de que Bauzá encontraría una solución en pocos días. María Salom fue la interlocutora en este caso.

Escarmentados

Sin embargo, los sublevados están escarmentados y ya no se fían de la palabra de Bauzá -"todo son mentiras"-, por lo que se plantaron. Solo habrían aceptado un cara a cara con el presidente, para emplazarle directamente a dimitir. No les agrada que Bauzá se vaya de senador a Madrid, teniendo en cuenta que hay pocos cargos a repartir con el pase a la oposición, ya que piensan que deberían ser para la gente que se quede en activo. Con todo, habrían estado dispuestos a dejar que se quedara con el escaño en el Senado si hubiera dimitido o por lo menos fijado una fecha inminente para hacerlo, lo que no sucedió.

Company, Sansaloni, Rotger y demás se organizaron y empezaron a convocar a alcaldes, concejales y demás cargos electos al acto en Algaida. Isern telefoneó a su sucesora, Marga Durán, para pedirle que acuda con los 8 ediles palmesanos. No obstante, el PP de Palma -que controla Rodríguez- les ha convocado a todos hoy antes del encuentro, y vetará su asistencia a la revuelta.

A su vez, Bauzá ha convocado a las 17 horas al comité ejecutivo regional, en un último intento de que los dirigentes de su cuerda le arropen y se salve in extremis. Al saberlo, los críticos se desternillaron -"¡pero si no lo ha reunido hace casi tres años!"- y lo interpretan como una huida hacia adelante. Ayer cenaron y valoraron las presiones recibidas durante la jornada, tanto de Génova como del Consolat, pero acordaron mantenerse unidos y llegar hasta el final. Sabían que si daban marcha atrás los ´muertos´ habrían sido ellos.