"El mercado del suelo se mueve fundamentalmente por fondos de inversión que llegan, y lo mismo ocurre con paquetes de viviendas que se le compran a la Sareb (el banco malo creado para absorber los pisos que la banca no podía vender). También compran bloques de viviendas que dedican luego al alquiler vacacional", resumía ayer el director balear de Tinsa, José Antonio López. La presencia internacional en Mallorca también afecta al mercado del lujo, en el que entran fondos, sí, pero también particulares que buscan casas unifamiliares y de alto standing, generalmente pagadas sin hipotecas. En puntos costeros como el Portixol, Portals Nous o Andratx los fondos también han retomado obras que dejaron paradas algunas entidades financieras y ahora empiezan a salir al mercado, resumen en Tinsa.