Diario de Mallorca

Diario de Mallorca

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Entrevista

Joan Besalduch: "Leucemias en las que moría el 80% de los pacientes ahora se curan"

Joan Besalduch, sexto por la izquierda, en segundo plano, rodeado de todo el equipo de hematología de Son Espases. diario de mallorca

-¿Cómo lleva su último día en Son Espases?

-Es un poco especial. Estoy como en las películas norteamericanas, recogiendo mis cosas en una caja de cartón...

-¿Cómo y cuándo llegó a la sanidad pública balear?

-Llevo en la sanidad pública cerca de cuarenta años. Hice la residencia (especialidad) en el hospital de la Fe de Valencia, donde luego me quedé como adjunto. Más tarde fui jefe de Hematología en el hospital de Sagunto antes de llegar en 1987 a Son Dureta como jefe de servicio de esta especialidad, plaza que gané en un concurso oposición.

-¿Trabaja en la sanidad privada?

-Sí, también. Desde los años noventa colaboro con el Grupo Quirón y cuento con una consulta en la Policlínica. No, no me aburriré tras jubilarme en la pública.

-¿No se ha planteado continuar un poco más al frente del servicio en Son Espases?

-Cumplo los 65 en el mes de junio y me han ofrecido seguir algún año más, pero soy de la opinión de que hay que dejar paso a los jóvenes, darles una oportunidad. Sí seguiría como médico emérito, como un facultativo con experiencia al que se liberase de la prática clínica diaria y que pudiera dar consejos prácticos a sus colegas más inexpertos.

-¿De qué se siente más orgulloso tras esta dilatada carrera profesional?

-De los avances científicos y clínicos que he podido vivir en primera persona. Así, por ejemplo, recuerdo que al principio el ochenta por ciento de los pacientes con leucemia promielocítica aguda fallecían en los tres primeros meses del diagnóstico. Luego, con la quimioterapia, sobrevivían un treinta por ciento de ellos. Hoy en día existe un tratamiento muy poco agresivo a base de un ácido transretinoico, un derivado de la vitamina A, y de trióxido de arsénico que consigue curar al 95% de los enfermos.

-¿Qué otros avances asistenciales ha vivido durante su trayectoria como hematólogo?

-Los tratamientos para la leucemia mieloide crónica. Hace años, sin un trasplante fallecía el cien por cien de los pacientes y con trasplante lo hacía el cincuenta por ciento. Hoy en día existe un tratamiento farmacológico que te puede curar de manera definitiva o salvarte tomando una sola pastilla al día durante el resto de tu vida que, además, no tiene efectos secundarios.

-¿En qué escenario nos coloca estos avances científicos y asistenciales?

-Todas estas variaciones me han hecho recapacitar y desear que, con los nuevos medicamentos, en un futuro muy próximo vamos a ir curando más enfermedades hematológicas.

-¿Cuáles han sido los peores momentos que ha pasado durante su carrera?

-Los peores momentos los he pasado cuando he perdido a un paciente. Aguantar las angustias de un enfermo es una presión que desgasta mucho al médico. Estos son los peores momentos. También recuerdo lo que tuve que pelear para conseguir que Son Dureta adquiriese una serología (estudio que permite comprobar la presencia de anticuerpos en la sangre) para descartar que nuestros donantes de sangre tuvieran el virus de la hepatitis C. Las luchas que tuve que mantener con la dirección de entonces para conseguirlo.

-¿Y los mejores?

-El alivio que proporcionas a tus pacientes cuando les curas. Esto, en general, es lo más satisfactorio de la profesión médica, es lo más importante para un médico sin lugar a dudas. Porque, en el sentido contrario, siempre te acuerdas de aquellos pacientes por lo que no pudiste hacer nada, es algo de lo que no te puedes olvidar.

-¿Qué consejo daría a los nuevos médicos que salen hoy en día de las facultades?

-En nuestro servicio de hematología formamos a residentes y les intento trasmitir que no solo se trata de curar a toda costa, de aplicar tratamientos que no van a solucionar el problema sino alargarlo, que no hay que ensañarse terapéuticamente con ningún paciente. En ocasiones es mejor ayudar al enfermo a pasar los malos tragos y procurarle una muerte lo más digna posible, sin sufrimientos innecesarios.

-¿Quién le va a suceder al frente del servicio a partir de mañana (por hoy)?

-Mi sucesora natural es Antònia Sampol, jefa clínica y responsable de la unidad de trasplantes hematopéyicos que se hará cargo del servicio hasta que se convoque y resuelva un concurso al que se podrán presentar todos los aspirantes que lo deseen. No obstante, en el servicio hay gente muy preparada que ha trabajado en hospitales de Londres y Seattle y mantenemos una muy buena relación con el mallorquín Guillermo García Manero que trabaja en el MD Anderson Cancer Center de la Universidad de Texas (el hospital monográfico sobre el cáncer más grande y antiguo del mundo), lo que nos permite enviar a facultativos a rotar unos meses por su servicio.

-¿En qué va a ocupar su tiempo a partir de ahora?

-Me apasiona navegar por el Mediterráneo. Soy capitán de yate y tengo un pequeño velero con el que pretendo dar la vuelta a Córcega. Y seguiré trabajando mientras continúe con fuerzas en Quirón y la Policlínica.

Compartir el artículo

stats