Habrá 'pelea' en la subasta que el martes se celebrará en Madrid para adjudicar el acuartelamiento palmesano de Son Simonet con el objetivo de que se construyan en él 272 viviendas, una vez que Defensa ha confirmado a la patronal de promotores de Balears que a la misma se ha inscrito más de una empresa con interés en hacerse con esos terrenos. El motivo de la expectación que esta enajenación ha despertado es que el precio de salida resulta sumamente atractivo, según se reconoce desde el sector inmobiliario, al situarse en 5,3 millones de euros, lo que permite sacar al mercado pisos por valor inferior a los 200.000. Sin embargo, esta operación tiene un riesgo: que este viejo cuartel caiga en manos de algún 'fondo buitre' con fines especulativos y sin intención de levantar ningún inmueble.
La subasta de Son Simonet por parte del ministerio de Defensa ha sido acogida con extraordinario interés por parte de las empresas de promotores y constructores por una razón fácil de entender: Palma es el municipio que concentra una mayor demanda de viviendas plurifamiliares a precio asequible pero hay escasez de suelo para poder desarrollar estos proyectos. El resultado es que durante el pasado año únicamente se visaron en toda Mallorca proyectos para la edificación de 207 viviendas plurifamiliares, según los datos del Colegio de Aparejadores de la isla, una cifra ridícula si se tiene en cuenta que antes de la crisis se superaban las 8.000 en un año. Pero solo en Son Simonet caben 272, más del total proyectado en la isla en 2014.
El presidente de la asociación de promotores del archipiélago, José Luis Guillén, y el director de la de constructores, Manuel Gómez, coinciden en que la zona en la que se encuentra el cuartel (la manzana de la carretera de Valldemossa y las calles Guillem de Forteza, Alfonso el Sabio y Cotlliure) no permite viviendas de lujo, sino que es más adecuada para pisos asequibles por un precio que se puede mover en el entorno de los 150.000 euros, precisamente el producto que más escasea en estos momentos. Y el coste de los terrenos y la edificabilidad autorizada hacen posible moverse en esos niveles.
Manuel Gómez subraya un segundo factor que eleva la importancia de la subasta: la edificación residencial es la tipología que más empleo genera, ya que por cada puesto de trabajo directo, genera tres indirectos, al implicarse en el proyecto electricistas, fontaneros o personal de almacenes, por citar algunos ejemplos.
Fuentes de Defensa han confirmado que más de una empresa ha presentado los avales para participar en la subasta que se celebrará el próximo martes. Eso supone que va a haber 'pelea', es decir, va a producirse una puja para hacerse con esos terrenos que incrementará el precio final del cuartel. En este sentido, desde el sector inmobiliario se apunta que el Ministerio solo saca a concurso un bien si tiene garantizado que va a haber alguien interesado en pujar por él, ante el recorte en su valor que se produce si la primera subasta queda desierta y se tiene que ir a una segunda o tercera. En cualquier caso, desde la asociación de promotores se rechaza utilizar el término "ganga", pero se admite que el valor que se ha fijado para este inmueble resulta muy atractivo.
Pero es precisamente en ese atractivo donde radica el mayor riesgo, que consiste que tras la puja el acuartelamiento sea adquirido por alguno de los denominados 'fondos buitre', cuyo objetivo es comprar bienes con bajo valor para especular con ellos y revenderlos posteriormente con un beneficio significativo. José Luis Guillén admite que esta última posibilidad sería "nefasta", por cuando significaría paralizar el desarrollo de estos terrenos y no ejecutar las viviendas previstas.
Por contra, si el terreno es adquirido por una empresa promotora, Guillén vaticina la construcción de los citados pisos a un precio asequible, aunque reconoce que dificilmente se levantarán los 272 de un solo golpe, sino que se irán desarrollando por fases para evitar así una saturación de la oferta.
