Nadie se plantea construir una línea de metro hasta que en un mismo corredor no se alcanzan los 20 millones de usuarios al año, según destacaba recientemente el que fuera director general de Transportes durante el anterior Govern del Pacto, Antoni Verger. Sin embargo, dos metros españoles se quedan por debajo de ese nivel, como son los de Palma y de Sevilla, y quizá por eso ambos han sido incluidos en el informe elaborado por el consultor Gregory Carmona sobre las inversiones injustificables realizadas en España en esta materia. Aunque hay un matiz, y es que el suburbano sevillano se mueve por encima del millón de usuarios al mes, y el palmesano ni siquiera alcanza los 100.000 mensuales de media. El caso de la capital balear es único.

En concreto, Verger destaca que una línea de autobus es el medio idóneo para atener el servicio en corredores en los que no se alcanzan los cinco millones de pasajeros, y que la solución del tranvía comienza a ponerse sobre la mesa al llegar a los seis millones, una situación que solo se vive en la ruta Pont d'Inca-Illetes y en el enlace entre la Platja de Palma y la ciudad si se suman el servicio normal y el que se realiza por la autopista.

Pero ni un solo corredor de la isla se acerca, ni remotamente, a los 20 millones de usuarios que justifique el gasto de 350 millones de euros que se realizó en el metro y en la estación intermodal de Palma.