Europa es el primer cliente de Mallorca. Y así seguirá siendo. Tanto para el turismo como para el resto de negocios. Pero las empresas mallorquinas miran cada vez más lejos. Quedan claro con Estados Unidos, convertido en objetivo de algunas de las firmas más exportadoras de la isla. En un año, el pasado, la cifra de empresas de las islas que venden en el país del dólar ha crecido más de un 50%, de 51 a 77. Allí se venden desde ´quelitas´ a zapatos de Inca, aceite de la isla o derivados del algarrobo local como el espesante más utilizado en los postres de todo el mundo, el E-410 de la compañía mallorquina Carob. La actividad crece igualmente en el resto de América, de hecho, con 191 compañías de la isla buscando ventas al otro lado del Atlántico (hace un año eran 137). Y al tiempo avanzan con fuerza mercados como el asiático y economías cercanas con divisa distinta que hoy están en el punto de mira con la bajada del euro, caso de Suiza y su franco. Aunque el negocio sigue siendo Europa, sus millones de turistas y sus clientes de todo pelo, que compran casi la mitad de lo que vende Balears en el extranjero (concretamente, el 43%).
Incluso los rusos vuelven a mirar a la isla. Les pasa como a los chinos: sus rublos (moneda rusa) y yuanes (divisa china) han ganado vigor con la caída de cotización del euro durante los últimos meses.
El resultado es que las ventas al exterior crecen y Mallorca sale de la peor crisis con más empresas exportadoras de las que nunca tuvo. Y subiendo.
