Andrés Vidal preside la Asociación Balear de Distribuidores de Automóviles (Aseda) en un momento en el que la actividad en el sector registra una evidente mejoría.

-El pasado mes de marzo se superaron los 100.000 turismos vendidos en España, una cifra que no se había alcanzado en los últimos cuatro años y medio. ¿Es sólida esta recuperación?

-Las claves de esta reactivación de las ventas son varias. Para empezar, nuestro sector, junto al de la construcción, fue el primero en registrar un descenso en picado. La adquisición de un coche es la segunda compra más importante que hace una familia, por detrás del acceso a una vivienda, y los años de crisis han sido muy malos. Ahora registramos crecimientos muy importantes porque venimos de volúmenes muy bajos. El segundo motivo que está impulsando al alza las ventas es el plan PIVE, con las ayudas económicas que concede el Gobierno. Y en tercer lugar, está la mejora económica y el incremento de la confianza de los consumidores.

-¿La recuperación de las ventas de automóviles en Balears está siendo más intensa que en el resto del país?

-Si analizamos los datos del primer trimestre de este año, el mercado balear está creciendo a un ritmo del 59,5%, mientras que en el conjunto del país lo ha hecho un 32%. Nuestro incremento prácticamente duplica el estatal. Es verdad que el efecto de los rent a car se hace notar más en las islas, pero lo que está claro es que la evolución balear está siendo más positiva que la nacional. El motivo es que la economía del archipiélago se está comportando mejor debido a que el turismo está teniendo una excelente evolución. La ventaja balear es que nuestros visitantes proceden del Reino Unido o de Alemania, países que han sufrido menos la crisis que España, mientras que otras zonas, como la Comunidad Valenciana, tienen una mayor dependencia del turismo nacional.

-Antes ha mencionado el plan PIVE. Los concesionarios están reivindicando una nueva prórroga y que se mantenga.

-El plan PIVE es una herramienta importantísima en nuestra actividad. Es indiscutible que genera ventas adicionales. También tiene ventajas colaterales, ya que además de vender más coches, lo que persigue es fortalecer la industria de fabricación de automóviles en España, ya que en esta crisis las grandes empresas han creído en nuestro país y en las reformas que se han realizado, y han derivado modelos y han invertido en sus fábricas españolas. Además, la edad media del parque automovilístico nacional está en torno a los 11 años y medio, y lo que también se quiere es rejuvenecerlo porque actualmente los coches consumen prácticamente la mitad de lo que hacían hace diez años, por lo que contaminan menos de la mitad. Hay un factor medioambiental. Y a todo ello hay que sumar el que los nuevos coches son mucho más seguros, por lo que también se impulsa la reducción de la siniestralidad. Si tenemos en cuenta la elevada fiscalidad que se aplica sobre el sector, por cada euro que se aporta al PIVE se generan tres en impuestos. Al Gobierno realmente no le cuesta nada."El coche autónomo, en el que el conductor será un simple pasajero, llegará a medio o largo plazo"

-¿La crisis ha conllevado un envejecimiento y un deterioro del parque automovilístico?

-Es evidente, y existe una relación con el aumento de los accidentes. El problema no es solo que el coche sea más antiguo, sino que con esta crisis los mantenimientos también han sido peores y la gente ha acudido menos a los talleres.

-¿Su sector ha tenido problemas con la banca a la hora de obtener financiación para sus inversiones y para sus clientes?

-Ha sido un problema grave. Los bancos nos habían cerrado el grifo tanto a nuestras empresas como a nuestros clientes. Pero es verdad que en el último año hemos pasado de un extremo al otro y ahora los bancos están haciendo campañas para financiar la compra de más vehículos. Es otra clave en la mejora de las ventas."Los servicios oficiales ofrecen la mejor relación calidad-precio y reparaciones más rápidas"

-¿Hay diferencias en la recuperación según la gama del coche?

-El descenso de ventas ha sido generalizado durante la crisis, pero la recuperación está siendo más importante en vehículos pequeños y medios. Esta gama está copando prácticamente el 70% de las nuevas adquisiciones. La explicación que doy es que venimos de un momento complicado y ahora los cambios de automóvil son muy racionales. Compramos el coche que necesitamos, no el que nos gustaría. Las compras emocionales ya vendrán en un futuro."El plan PIVE no le cuesta nada al Gobierno, y por cada euro que aporta recibe tres en impuestos"

-Algo que llama la atención es la fuerte bajada de precios que se ha producido. ¿Antes de la crisis nos hacían pagar demasiado?

-Esto lo marca la necesidad. Una baja demanda obliga a acentuar las ofertas. Pero los márgenes con los que trabajamos los concesionarios no permiten los descuentos que hoy en día se aplican, así que buena parte de este esfuerzo proviene de los fabricantes, que están poniendo mucho dinero para poder hacer estas campañas. Es verdad que en estos momentos se pueden encontrar ofertas espectaculares, pero en su mayor parte provienen del plan PIVE y de la iniciativa de los fabricantes.

-¿El sector de los concesionarios estaba sobredimensionado antes de la crisis?

-Cada fabricante quería tener su punto de venta. Lo que se ha producido en esta crisis es una concentración. Antes había muchos pequeños empresarios, y ahora se han generado grupos que distribuyen distintas marcas.

-Una crítica que se les hace: los servicios oficiales son muy caros.

-No sé si somos caros o no, pero lo que sí puedo asegurar es que los servicios oficiales tenemos la mejor relación calidad-precio. El taller de la esquina no va a dar las garantías que da un concesionario, ni va a poner los recambios originales, ni tiene la plantilla con los planes de formación que tenemos nosotros, ni cuenta con nuestras herramientas. Y aunque la hora de mano de obra sea más cara, con todos esos medios hacemos las reparaciones más rápido.

-En los nuevos coches los plazos de garantía son cada vez más largos.

-La competencia en nuestro sector es tan grande que nos obliga a aplicar estas estrategias. Pero como los automóviles actuales son muy fiables, damos al cliente algo que nos pide pero que no nos cuesta dinero.

-¿Qué nivel de reclamaciones registra el sector del automóvil?

-Diría que es bajo. Tenemos unos estándares de calidad muy altos, unas plantillas muy bien formadas, y nuestras reparaciones, en términos generales, son muy buenas. Cuando tenemos un problema nos sentamos con el cliente para aclarar los motivos y solventarlo, porque en el fondo a lo que aspiramos es a venderle otro coche en el futuro o volver a reparárselo.

-¿Cómo será el coche futuro?

-Nuestro sector es una punta de lanza tecnológica. Los coches actuales son ordenadores rodando. Nos vamos a encontrar un desarrollo muy importante de la conectividad, y desde el vehículo se podrá navegar por internet o saber dónde hay atascos. Y a medio y largo plazo viene el coche autónomo, en el que el conductor será un simple pasajero.