Solo 48 horas antes de estrellarse en los Alpes franceses, el Airbus 320 de Germanwings estuvo en Palma. El aparato llegó el domingo por la mañana procedente de Düsseldorf, la ciudad a la que se dirigía cuando sufrió el accidente, y regresó allí desde Son Sant Joan una hora después. Con 24 años de antigüedad, cubría habitualmente las rutas de la compañía de bajo coste germana entre Mallorca y Berlín, Colonia, Hamburgo y Dortmund.
La aeronave, con la matrícula D-AIPX, visitó la isla por última vez el domingo. Partió de Düsseldorf a las 8:40 y tomó tierra en Son Sant Joan, puntual, a las 9:50. Una hora después despegó rumbo a la misma ciudad alemana, donde aterrizó sin contratiempos a la una de la tarde. Desde el pasado mes de diciembre, el avión estuvo otras seis veces en Mallorca procedente de varias ciudades alemanas, según los registros oficiales. En todas las ocasiones regresó después al aeropuerto desde el que había llegado.
Construido en 1990 para Lufthansa, empresa matriz de Germanwings, el aparató realizó su primer vuelo a principios del año siguiente. En enero de 2014 se incorporó definitivamente a la flota de la filial de bajo coste y desde entonces conectó varias ciudades europeas. En la última semana, el avión realizó 28 vuelos, casi todos con origen o destino Düsseldorf. Desde que estuvo en Palma el pasado domingo, el aparato voló a Berlín, Londres, Madrid y Barcelona.
El avión A320 es el aparato emblema del fabricante aeronáutico europeo Airbus y en la actualidad operan en todo el mundo 6.191 de esas aeronaves. Con 11.537 pedidos en total y 6.452 aparatos entregados desde su vuelo inaugural en 1987, el A320 es actualmente el segundo avión más vendido del mundo, solo superado por el Boeing 737 estadounidense. Los A320, familia que se compone de los aparatos A318, A319, A320 y A321, son aviones bimotor de un solo pasillo con capacidad para entre 107 y 220 pasajeros. Pueden recorrer hasta 3.000 millas náuticas (5.556 kilómetros) sin repostar y son los aparatos más utilizados, por ejemplo, para recorridos de media distancia en Europa.
Su versión más grande mide 44,51 metros de longitud, 34,10 metros de envergadura y 12,11 metros de altura y al despegue suma 93.500 kilos de masa con el depósito lleno. Su precio de catálogo oscila entre los 74,3 y los 124,4 millones de dólares, según la capacidad y el tipo de motor que elija el cliente. Cuentan con ese tipo de aviones en su flota compañías aéreas como la francesa Air France, la británica Easy Jet, la asiática China Southern, la estadounidense US Airways, la brasileña TAM o la española Iberia, entre otras, además de la alemana Lufthansa, cuya filial de bajo coste, Germanwings, operaba el avión siniestrado. El fabricante aeronáutico Airbus, que en 2014 registró un beneficio neto de 2.343 millones y facturó 60.700 millones de euros, perdió cerca de un 2 por ciento en la Bolsa de París al conocerse la noticia del siniestro.
Diferentes modelos de Airbus han sufrido en los últimos años graves accidentes aéreos. El 17 julio de 2007 un total de 199 personas murieron al estrellarse un Airbus A320 de la aerolínea brasileña TAM en el aeropuerto de Congonhas, en Sao Paulo (Brasil). El aparato atravesó una avenida y se estrelló contra un edificio que servía de depósito a la misma TAM. El 10 de junio de 2008, treinta personas murieron y seis desaparecieron al incendiarse un Airbus A310 de las Líneas Aéreas Sudanesas con 204 pasajeros a bordo en el aeropuerto de Jartum (Sudán). El 1 de junio de 2009, un Airbus A330 de Air France se precipita en aguas del Atlántico cuando volaba de Río de Janeiro a París. Murieron sus 228 pasajeros, la mayoría brasileños y franceses. El 28 de julio de 2010 fallecieron 153 personas que viajaban a bordo del Airbus A321 en unas colinas cercanas a la capital de Pakistán, Islamabad. El avión de la compañía Air Blue, había partido de Karachi con destino a Islamabad.
El último accidente de un aparato Airbus antes del ocurrido ayer en los Alpes franceses se produjo el pasado 28 de diciembre. Fallecieron los 162 ocupantes de un Airbus A320-200 de AirAsia, la mayoría indonesios, que había despegado de Surabaya (Indonesia) con destino a Singapur al caer al mar de Java, al suroeste de la isla de Borneo. Poco antes de perderse el contacto el piloto había pedido variar el rumbo para evitar una tormenta.
